Estos días de Semana Santa, no se por qué, se han vaciado a conciencia, creo que más que en otras ocasiones, las remesas de películas de tema bíblico, tan populares hace unas décadas, pero que hace tiempo ya decayeron y fueron sustituidas por películas de tema antiguo, ya sea romano o griego sin la carga religiosa de las de aquel tiempo.
Por cierto, mientras veía en la pantalla a Charlton Heston haciendo de Moisés, retirado al duro desierto acompañado de una adorable esposa, Sephora-Ivonne de Carlo, hice zapping y me volví a encontrar al Heston, también envuelto en harapos como en la bíblica, tratando de escapar de los simios en su planeta en el Planeta de los simios.
Volviendo a la anécdota que nos llamó la atención, por lo demás conocida, ocurre en un momento de la película, hacia las 2:11 minutos, justo en el intermedio. La escena posterior a éste es un recibimiento de autoridades diversas ante el faraón de Egipto, Ramsés II. La segunda o la tercera es presentada como el rey Príamo de Troya, al que se le introduce con la pompa adecuada a estos momentos.
Así pues y según la película, la vida y hechos de Moisés, por un lado, y la épica guerra de Troya, por otro, momentos tan decisivos ellos, corren contemporáneos en la historia.
Así pues y según la película, la vida y hechos de Moisés, por un lado, y la épica guerra de Troya, por otro, momentos tan decisivos ellos, corren contemporáneos en la historia.
Y no sólo esta presentación de Príamo con Moisés, sino que Príamo como ofrenda trae una tela teñida de rojo hecha con un material desconocido, al que se le llama seda.
Pensándolo mejor, quizás pudieran tener alguna relación, aunque sea por aproximación. Es conocido que la guerra de Troya no es un hecho aislado, sino está en relación con un horizonte de guerras y batallas que asolan toda esa zona del Mediterráneo. Es lo que se llama los Pueblos del mar. Como hemos dicho, parece que la guerra de Troya fue un episodio más de esta serie de destrucciones contemporáneas que sufren todos estos lugares.
Ahora bien, esto sucede algo después de donde los sitúa Los Diez mandamientos, no en relación con Ramsés II sino con Ramsés III. Por lo tanto, tampoco andaban tan desencaminados, más bien acertaron al hacerlos coincidir. Años después los Pueblos del Mar invaden y asolan esas zonas del Mediterráneo oriental, y el que hubiese sido el rey de Troya entonces, se llamase Príamo o no, verá su reino destruido.
(cf. este enlace de la UAB)
Pensándolo mejor, quizás pudieran tener alguna relación, aunque sea por aproximación. Es conocido que la guerra de Troya no es un hecho aislado, sino está en relación con un horizonte de guerras y batallas que asolan toda esa zona del Mediterráneo. Es lo que se llama los Pueblos del mar. Como hemos dicho, parece que la guerra de Troya fue un episodio más de esta serie de destrucciones contemporáneas que sufren todos estos lugares.
Ahora bien, esto sucede algo después de donde los sitúa Los Diez mandamientos, no en relación con Ramsés II sino con Ramsés III. Por lo tanto, tampoco andaban tan desencaminados, más bien acertaron al hacerlos coincidir. Años después los Pueblos del Mar invaden y asolan esas zonas del Mediterráneo oriental, y el que hubiese sido el rey de Troya entonces, se llamase Príamo o no, verá su reino destruido.
(cf. este enlace de la UAB)
En fin, cosas de los guionistas de Hollywood en aquellos años dorados de la meca del cine.