"¿OS HABÉIS DIVERTIDO?" EL RECHAZO AL ESPECTÁCULO GLADIATORIO EN GLAD. Y ESP. (I)
Máximo se vuelve contra el público que le aclama. |
En GLD hay una escena que recuerda
mucho otra de ESP. En la segunda lucha en los anfiteatros de provincia, se
supone que Máximo ya lleva tiempo luchando, hay una elipsis clara, como después
se demuestra pues a continuación viene la charla con Próximo y el anuncio de
que viajarán a Roma a luchar en los espectáculos de Cómodo... Pues bien, en
este segundo combate de la película, pero al que hay que suponerle muchos más
ya realizados, a Máximo ya se le ve famoso, aclamado y querido por el público.
En ese
momento, en lo alto de su apogeo provinciano, cuando ha resuelto magníficamente
la lucha demostrando su fiereza y sangre fría, en plena aclamación, oyendo las
voces de “Hispano, Hispano”, Máximo se vuelve contra ese mismo público que lo
aclama y sacando a la luz el dolor y la rabia que lleva dentro, junto con su
profunda insatisfacción personal, exclama de forma despreciativa “¿Os habéis
divertido? ¿Os habéis divertido?” Y, en ese momento, arroja sus armas en clara
actitud de desprecio hacia el público, contra la simple tribuna del anfiteatro
provincial y el graderío de madera.
Por
contra de lo que hubiésemos podido esperar, tras unos instantes de silencio que
se hace en el público, que evidencian la perplejidad de esa inesperada salida
de tono del gladiador, el público explota de nuevo y vuelve a aclamar con más
fuerza aún si cabe su alias “¡Hispano, Hispano!”.
Esta
actitud de Máximo, que implicaría una reflexión sobre la calificación moral del
espectáculos de gladiadores, se queda ahí, no hay una reflexión moral posterior
sobre violencia como elemento de diversión favorito entre las masas de
espectadores. En GLD queda apuntada la reflexión, pero no da lugar a ir más
allá.
Cuando
Máximo arroja las armas de gladiador contra el graderío y la tribuna, enseguida
pensamos en Dragba lanzando el
tridente contra las dos perversas y malévolas parejas de patricios romanos,
Craso, Glabro y sus acompañantes. Dragba ha tenido la oportunidad de rematar a Espartaco, le ha vencido en el combate
a muerte, él combatiendo de reciario.
Es más,
llegado el momento, Espartaco no rehúye la muerte, es claro que a los
gladiadores se les adiestraba a saber morir en la arena, y llegado dicho momento, cierra los ojos y
espera el desenlace final ante el tridente rozando su garganta.
Dragba
entonces, y contra lo esperado, quién sabe lo que se le pasaría entonces por la
cabeza a este gladiador, el mismo Dragba que había rehusado trabar amistad con
Espartaco y con ningún otro gladiador, ha de suponerse, en la convicción de que
un día u otro habrían de enfrentarse en la arena como enemigos. (Que es en lo
que incidirá esta película, cf. el combate final entre Antonino y Esp.), este
Dragba rehúsa acabar con la vida del otro gladiador vencido.
Suponemos
que el público es quien pone en la mente del gladiador negro esas razones, que
sería la cruel diversión de los depravados patricios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario