martes, 11 de julio de 2017

GLD. vs, ESP: "¿OS HABÉIS DIVERTIDO?"

"¿OS HABÉIS DIVERTIDO?" EL RECHAZO AL ESPECTÁCULO GLADIATORIO  EN GLAD. Y ESP. (I)

Máximo se vuelve contra el público que le aclama.


            En GLD hay una escena que recuerda mucho otra de ESP. En la segunda lucha en los anfiteatros de provincia, se supone que Máximo ya lleva tiempo luchando, hay una elipsis clara, como después se demuestra pues a continuación viene la charla con Próximo y el anuncio de que viajarán a Roma a luchar en los espectáculos de Cómodo... Pues bien, en este segundo combate de la película, pero al que hay que suponerle muchos más ya realizados, a Máximo ya se le ve famoso, aclamado y querido por el público.
            En ese momento, en lo alto de su apogeo provinciano, cuando ha resuelto magníficamente la lucha demostrando su fiereza y sangre fría, en plena aclamación, oyendo las voces de “Hispano, Hispano”, Máximo se vuelve contra ese mismo público que lo aclama y sacando a la luz el dolor y la rabia que lleva dentro, junto con su profunda insatisfacción personal, exclama de forma despreciativa “¿Os habéis divertido? ¿Os habéis divertido?” Y, en ese momento, arroja sus armas en clara actitud de desprecio hacia el público, contra la simple tribuna del anfiteatro provincial y el graderío de madera.
            Por contra de lo que hubiésemos podido esperar, tras unos instantes de silencio que se hace en el público, que evidencian la perplejidad de esa inesperada salida de tono del gladiador, el público explota de nuevo y vuelve a aclamar con más fuerza aún si cabe su alias “¡Hispano, Hispano!”.
            Esta actitud de Máximo, que implicaría una reflexión sobre la calificación moral del espectáculos de gladiadores, se queda ahí, no hay una reflexión moral posterior sobre violencia como elemento de diversión favorito entre las masas de espectadores. En GLD queda apuntada la reflexión, pero no da lugar a ir más allá.
            Cuando Máximo arroja las armas de gladiador contra el graderío y la tribuna, enseguida pensamos en Dragba lanzando el tridente contra las dos perversas y malévolas parejas de patricios romanos, Craso, Glabro y sus acompañantes. Dragba ha tenido la oportunidad de rematar a Espartaco, le ha vencido en el combate a muerte, él combatiendo de reciario.
            Es más, llegado el momento, Espartaco no rehúye la muerte, es claro que a los gladiadores se les adiestraba a saber morir en la arena,  y llegado dicho momento, cierra los ojos y espera el desenlace final ante el tridente rozando su garganta.
            Dragba entonces, y contra lo esperado, quién sabe lo que se le pasaría entonces por la cabeza a este gladiador, el mismo Dragba  que había rehusado trabar amistad con Espartaco y con ningún otro gladiador, ha de suponerse, en la convicción de que un día u otro habrían de enfrentarse en la arena como enemigos. (Que es en lo que incidirá esta película, cf. el combate final entre Antonino y Esp.), este Dragba rehúsa acabar con la vida del otro gladiador vencido.

            Suponemos que el público es quien pone en la mente del gladiador negro esas razones, que sería la cruel diversión de los depravados patricios.

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