MATAR AL PADRE. LA FAMILIA
Espartaco, al contrario de los moldes clásicos, no es una historia que se desarrolle en el seno de una familia y todo el entramado emocional que se crea en ella, mientras que Gladiator , en la línea de las historias clásicas, como en la tragedia griega, centra parte de su historia en la familia y los conflictos generados dentro de ella. Frente al complejo mundo familiar que presenta Gladiator, la familia que presenta Espartaco es mínima por no decir nula.
Es bien
sabido que la muerte de Marco Aurelio fue a causa de unas fiebres que
cogió en el mismo escenario de batalla, en una de sus campañas contra los
bárbaros de la frontera del limes. Los guionistas de Gladiator prefirieron cambiar esta verdad histórica a
sabiendas, adecuando el guión a la caracterización del cruel personaje de
Cómodo, y decidieron que el hijo acabara con la poca vida que tenía ya el
padre.
Se repiten así hechos conocidos en la mitología clásica, desde sus mismos
orígenes, y que se ve reiterada en multitud de sagas legendarias, herederas a
su vez de ésta. Urano es desbancado por Crono, quien a su vez lo es por Zeus, y
éste a lo largo de su mandato tiene que enfrentarse en varias ocasiones a los
intentos de usurpación de su poder.
En Espartaco
no encontramos esto. Si acaso esa relación que hay entre Craso y Roma, en el
monólogo que tiene ante un ventanal de su mansión, momento en el cual Antonino
aprovecha para huir. Craso habla de Roma
como de una madre a la que hay que amar y servir, pero todo ello de una forma
tortuosa y maquiavélica.
Espartaco no tiene, que sepamos, familia. De su vida
anterior al momento en que lo encontramos en las canteras, no sabemos nada. Sus
ansias de liberación de la esclavitud son deseos universales, sentimientos de
humanidad plenos. No le vemos añorar, como a Máximo, por su familia o sus antepasados.
es más, parece que él ha venido de ningún lugar a fundar un nuevo mundo, una
nueva religión, huérfano y sin otras ataduras familiares y patrióticas.
De hecho, al tiempo que inicia como líder la revuelta de
los esclavos y su ideal liberalizador, al mismo tiempo encuentra su pareja
ideal, Varinia, con la que entablará
su idílica relación y que pronto fructificará en la concepción de un nuevo hijo,
hijo cargado de esperanzas paternas y sobre todo, de esperanzas para la
humanidad, pues éste nuevo retoño nacerá, y esto es lo importante, nacerá
libre.
En cambio, de Máximo
sabemos casi desde el inicio de la película cuál es su familia, dónde viven, la
añoranza que siente por ellos, cómo mezcla sus sentimientos religiosos con los
amorosos cuando reza por ellos. Y, al contrario que Espartaco, del que no
sabemos nada previo, la mujer, el hijo y la hacienda de Máximo serán
destruidos, lo que acabará por hundirlo en una depresión y un ansia de venganza
que no se detendrá ni ante la muerte.
Así, podemos considerar hasta cierto punto que Espartaco, al contrario de los
moldes clásicos, no es una historia que se desarrolle en el seno de una familia y todo el entramado emocional
que se crea en ella, mientras que Gladiator
, en la línea de las historias clásicas, de la tragedia, centra parte de su historia en la familia: encontramos
a Máximo y Cómodo como hermanos rivales y enfrentados por la herencia, la envidia
atroz de Cómodo hacia Máximo, la añoranza de éste por su familia destruida, las relaciones desvirtuadas entre Comodo y Lucila.
Frente al complejo mundo familiar que presenta Gladiator, la familia que presenta Espartaco es mínima por no decir nula. La única que encontramos es la que hay entre Espartaco y Varinia, y ésta propiamente es una historia de enamoramiento más que la de una familia ya en pleno desarrollo. Espartaco no sabemos que familia tuvo antes de ser esclavo, y luego tampoco sabremos que será de su hijo que crecerá sin su padre.
Evidentemente, el mensaje es otro, y dentro de la utopía social que planea en la película, el hecho familiar parece fundirse en la liberación igualitaria del nuevo mundo que trae Espartaco al mundo.
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