BATIATO VS. A PRÓXIMO
Léntulo Batiato es un personaje cobarde y servil,
que vive y medra a la sombra de los nobles y patricios. Su figura produce
comicidad en la tensión general de la trama. Próximo, por el contrario, es un
personaje funesto, asociado con la muerte, serio, grave, iracundo. Máximo
resucitará en él las ansias de fama y éxito que alcanzó cuando era un gladiador
de renombre. Tendrá una muerte digna, mientras que Batiato, un experto en
sobrevivir, acabará escapando del peligroso mundo en el que ha estado inmerso.
Léntulo Batiato, el lanista de Espartaco,
es un personaje totalmente opuesto a Próximo, el lanista y exgladiador de Gladiator.
Batiato es acomodaticio, de gestos algo afeminados, débil, servil. Para tratar
con los gladiadores de su escuela tiene al siniestro Marcelo, verdadero personaje infernal, adiestrador y exgladiador
también (en esto conecta con Próximo), guardián tétrico en el que van a entrar
los gladiadores una vez lleguen a la escuela de Cumas.
Próximo, en cambio, es un
personaje que vive una existencia resignada pues añora sus tiempos de gloria
cuando era gladiador famoso y aclamado por el público. Es seco, agrio, de
mirada furibunda, duro tratante de esclavos, mundo difícil este en el que se
mueve con aspereza y contundencia.
Sólo va
a encontrar una motivación en su vida cuando se da cuenta de que Máximo el Hispano
se ha convertido en un éxito en los anfiteatros y planea junto con él la
participación en los juegos organizados por Cómodo a la muerte de su padre en
Roma, en el mismísimo Coliseo.
Es
cuando dice “la gran puta nos amamantará”,
mirando desde la ventana con ansia a los días que han de venir, cuando participen
en los espectáculos de Roma.
Anteriormente,
en esa misma escena, había hablado con Máximo, le había ofrecido alguna
satisfacción de tipo sexual con quien aquél quisiera, le había brindado unas
armas especiales y se había sincerado con él.
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Ya no
es, hablando con Máximo, el Próximo mal encarado y funesto, figura infernal,
asociado con la muerte, siempre arengando a los gladiadores cada vez que éstos se
tienen que jugar la vida en el anfiteatro.
No, ahora,
hablando con Máximo, se sincera, le enseña la rudus, la espada de honor que se les entrega a los gladiadores que
se retiran con éxito después de una carrera satisfactoria en los anfiteatros. Se
la había entregado el propio Marco Aurelio, exclama con reverencia, a lo que
Máximo responde soltando una risotada, “¿Conocías a Marco Aurelio?”, sorprendiendo
a Próximo por la familiaridad con la que usa el nombre del emperador.
Batiato, en cambio, es de aspecto
fláccido y casi endeble, le encantan los placeres sensuales, la buena vida, las
mujeres, pero evita como puede el enfrentamiento con quien sea; su actitud ante
los nobles y patricios es de sumisión y servilismo, consciente de su lugar
social.
Intenta
sin éxito convencer a las damas de que escojan a los gladiadores que él cree
menos capaces, pero no tiene la firmeza para convencerlas.
Hará
buenas migas con Graco, el senador, en el afán de éste de hacerle la vida
imposible a Craso, pero del mismo modo también servirá de confidente a Craso
para identificar a Espartaco, cosa que éste no consigue. En cambio, Próximo es
un personaje de una pieza, y solo tomará partido a favor de la conjura de
Lucila y los senadores contra Cómodo.
Batiato
es una figura en algunos momentos cómica, que da el contrapunto a la tensa trama
de la película, al igual que Graco en cierta medida lo hace en el nivel de los
patricios. Sin embargo, Próximo es un personaje serio, grave, iracundo, en
absoluto se deja se objeto de burla o mofa, y tiene el papel infernal que
comentamos, el de ser intermediario entre la vida y la muerte en relación a sus
gladiadores. En este caso, será Marcelo, el adiestrador de Batiato, quien
encarne ese papel.

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