Máximo arenga a su caballería en el bosque antes de entrar en combate. Irónicamente, alude al paraíso
romano que habrían de alcanzar sus soldados si mueren en la batalla, la buena muerte, el
τεθνὰμενοι γὰρ καλόν de los griegos, o la famosa devotio
romana. Aquí la cita, "Si os veis cabalgando solos por verdes prados, el rostro
bañado por el sol, que no os cause temor, estareis en el Elíseo y ya habréis
muerto". Les arenga gritando y sonriente para expulsar el
temor a la muerte, y nombra el Elíseo como el lugar de residencia de las almas
puras y buenas que han tenido una bella muerte.
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