jueves, 12 de enero de 2023

KICK THE BUCKET, ESTIRAR LA PATA: IT´S A MAD MAD MAD MAD WORLD (PIE)

    Este histórico, monuental, portentoso y clásico film, comedia de los sesenta, It´s a mad, mad, mad, mad world, que ayer tuvimos la suerte de ver en una pantalla de las de antes, no en un monitor capitisdisminuido de televisión, por muy grandes que los quieran hacer, esta clásica y completa comedia de los sesenta arranca como un western, con una gran e inconmensurable panórámica del paisaje desértico de California, por el cual zigzaguea una fina cinta de asfalto en la que un coche desaforado adelanta como poseído a cuantos automóviles encuentra a su paso.

                                

Circula poseído por no se sabe qué, un coche negro, haciendo adelantamientos a cuál más peligroso, y por encima de los ciento cincuenta kilómetros. De repente, el automóvil enfebrecido se sale de la vía, remonta un peralte y sale volando sobre el fondo azul del cielo para caer estrepitosamente en la ladera de la carretera.


Hacia el borde de la misma, los coches que anteriormente habían sido suicidamente adelantados, se detiene y se asoman al borde. Bajan a continuación hacia el automóvil destrozado, en busca de un posible socorro los hombres, pues las mujeres quedan a la expectativa.

Allí, un personaje mayor, de negro, quien conducía el desaforado coche, delira y agoniza. 

En sus últimas palabras, les dice dónde está escondido un dinero, 350000 dólares, a saber su origen, que sería lo de menos. Bajo la gran doble uve, se ve fácilmente, allí está enterrado. Corran y desentiérrenlo, y en un arranque de lirismo, les desea el mayor disfrute de su dinero a su salud.



Gira bruscamente el cuello y queda tieso, inmóvil. A continuación, su pie, aún flexionado, se sacude, se estira y de resultas, da una patada sorpresiva a un balde de metal caído junto a su cuerpo.

Kick the bucket, “patada al balde”, la expresión inglesa similar a “estirar la pata”.


Da una patada, no estira la pata, patada al balde que se encontraba casualmente allí.

En ese momento y del ruido, pega un brinco del susto Benjy, el simplón compañero de Rooney. La cámara se demora un poco mostrando como el cubo cae rebotando entre las piedras ladera abajo.

    Como la vida misma.

Y, sin embargo, hay toda una gracia y una comicidad en la escena, con aquellos singulares personajes reunidos y arremolinados por un azar junto a aquel individuo agonizante. El mismo que va a ser el culpable de que a partir de ese momento una frenética y desesperada carrara por el ansiado botín de dólares los consuma, y consuma a los espectadores en un trajín impagable e hilarante de situaciones graciosas y guasona.

    Un clásico de la comedia de los años sesenta y del cine de aquellos años. Por azares de las reposiciones, el grupo del aula de cine tuvieron a bien reponerla en pantalla grande en su ciclo de comedias y ladrones.

https://www.youtube.com/watch?v=nf5_FvKXxvE&ab_channel=oSYaRtc


P.D. Como colofón, menor, a tan prodigiosa en enredos, situaciones y peripecias vividas por aquel grupo casual de personajes variopintos y disparatados, la última escena transcurre en el hospital, en una sala donde se encuentran todos, unos enyesados, otros con colgadoras, tensores y un largo etecétera de ortopedias y terapias, el pago a su loca y desmedida ambición. En este caso un resbalón es el efecto cómico con el que culmina el film.


La sonrisa está ausente en aquella sala deprimente. Ausente hasta que, de pronto, el trío de féminas del film, encabezadas por la intratable y mandona suegra, enfila el pasiloo en formación y penetra en el salón como siu de los mandos suoeriores de un ejército en derrota se tratara.

Casualmente, momentos antes de la entrada de estas jefas, el simplón de Benjy ha vuelto a hacer de las suyas y tras engullirse un plátano, ha arrojado la cáscara por los aires, yendo a caer al centro de la sala.

Al centro de la sala, donde justamente, momentos después, la pisa la susodicha suegra, cuando ya estaba lanzanado las primeras filipicas, y dando un vuelco vertiginoso e inesperado en el aire, cae despatarrada al suelo.


Todos estallan en carcajadas, incluso el depresivo Spencer Tracy, que había profetizado no hacerlo nunca más.


La película, que había comenzado con un Kick the bucket, estirar la pata, termina de nuevo con un traspié, en pleno resbalón, arrancando sonrisas y carcajadas de verdad y por más que no se quisiera. La adornada banda sonora comienza su fase final para acompañar a los espectadores, durante algunos minutos, en su deambular puertas afuera de la sala de cine.

https://www.youtube.com/watch?v=vZqr-1GJIAk&ab_channel=Movieclips 



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