sábado, 28 de mayo de 2022

CLASSICS: ENAMORAMIENTO Y TEMPESTADES: DE DIDO Y ENEAS A "RETORNO AL PASADO".

AMORES, TEMPESTADES Y ELIPSIS.
    
    En el libro IV de la Eneida es conocido que se narran los amores, amores y desventuras, de la reina Dido de Cartago y el viajero navegante Eneas
    Este amor termina fatalmente, por intervención del destino divino.
    Igualmente, el enamoramiento de ambos personajes se produce también por orden divina, engaño mediante. Intervienen Juno y Venus en la trama engañosa.
    La confirmación y declaración amorosa tiene lugar en el marco de una cacería, acontecimiento principal, a la cual Dido invita a Eneas.
    En un momento de la tal cacería, sobrevienen una tempestad. Los miembros de la montería se dispersan en confusión.
    Dido y Eneas acaban juntos y unidos, y se refugian en una cueva en espera a que capee el temporal.
    Entre truenos, lluvias y tempestrades, Dido cae rendidamente enamorada y juntos se juran amor.
    Esta conexión entre salida campestre, cacería, o algo similar, luego una tempestad o fenómenos atmosférico que altera la clama chicha del día e incita alos protagonistas a buscar refugio, y finalmente, el definitivo encuentro y la culminación del amor por primera vez se ve y repite en ocasiones.


    En el cine también se producen estas escenas.
    Anoche mismo, en Classics, revisitando Retorno al pasado, película del año 1947, un clásico del cine negro dirigida por el artesano y algo mas Jacques Tourneur, se seleccionaba las escenas más reconocidas. (https://www.youtube.com/watch?v=AAhTAdA9A-A, minuto 28 ss..)
    Alguno, varios en verdad, coincidieron en una, la escena del enamoramiento por primera vez entre Mitchum-Bailey y Jane Greer. 
    Están en una playa idílica, en un idílico y anónimo Acapulco. Se encuentran ya al atardecer en la playa, lejos del mundo y la gente, solos e íntimos. Allí son felices.



 De pronto, caen unas gotas y empieza a arreciar la lluvia. Un viento amenazador sobrevuela también la tarde noche. Entre la lluvia y el viento, la pareja de protagonistas corre a refugiarse en el bungalow que tienen alquilado.



Una vez dentro, empapados de agua, urgen a secarse, se acomodan cariñosamente en el sofá  y se aproximan sus cuerpos.


En pleno arrumaco, Jane arroja su camisa, que derriba la lámpara delatora que hacia de chivato indeseable, que diría en cómico Aristófanes en una de sus obras.


La cámara enfoca  a la lámpara que cae. Entonces una ráfaga de viento abre de sopetón la puerta, y el viento huracanado entro de golpe en la casa. La finura del director aparta la cámara de lo que luego le acontezca a la pareja.


La cámara, y nostros con ella, sigue enfocando hacia la puerta, avanza, atraviesa el umbral y sale afuera, abriéndose en el espacio y mostrando una panorámica gradual de la lluvia, la tormenta y el viento  que cae con ganas sobre las palmeras y las tierras que rodean la casa. 


    Así se consuma el acto amoroso, identificando la pasión de June y Mitchum con la de las fuerzas desatadas de la naturaleza y la lluvia, como el de Dido y Eneas dos mil años atrás.
    A continuación, hay una elipsis. La siguiente escena nos muestra a Mitchum ya de día, vestido, feliz y sonriente. Hemos de suponer que se ha consumado la unión amorosa de ambos.
    
    Virgilio, como lo señala E. del Río en su reciente libro Locos por los clásicos (2022), lo repite e insiste en ello. "Dos mil años antes, Virgilio utiliza este recurso magistral(la elipsis): el poeta no entra en la cueva y no describe qué hacen Dido y Eneas mientras cae la enorme tormenta que han preparado los diosos para que se "consume la relación". No, él tan solo escribe: 
Summoque ulularunt vertice Nymphae... 
Y allá en lo alto ulularon las ninfas".


EL HOMBRE TRANQUILO.
Otra película donde hay una escena similar es la de El hombre tranquilo. 
Es célebre, conocida por "The kiss", "El beso".

En otro momento del film, sucede algo similar, y más parecido a la escena de Retorno ... y de La Eneida, por lo del fondo tesmpstuoso y la lluvia que los acompaña. Allí, una pareja de prometidos, aún sin consumar la relación, pasea por el campo. 
De repente, el cielo se ensombrece, ese oyen truenos y rayos, y empieza a llover.
La pareja corre presurosa a guarecerse en una casa perdida del paraje.
Allí, en medio del ventarrón y la lluvia, se produce el enlace verdadero.
Es cuando Wayne lanza esa mirada delatora, la de saberse comprometido desde ese momento con una persona en su vida.


    Aunque esta escena que ponemos no es de la que estamos hablando, encontramos los mismo elementos: pareja de enamorados, tormenta y tempestad, declaración, aunque aquí muy especial por el carácter de los personajes, declaración de compromiso de amor entre los dos protagonistas.

           


    EL ENAMORAMIENTO DE DIDO Y ENEAS EN EL LIBRO IV DE LA ENEIDA:

    La escena de la consumación amorosa en este libro IV está planteada en dos partes, una antecediendo a la otra. 
    En la primera, Juno y Venus idean el plan y exponen lo que va a ocurrir como tal. En la segunda se relata la escena tal como les ocurre a Dido y Eneas en el  día de la cacería. 

Primera parte: Juno le expone a Venus el plan para propiciar la relación y unión amorosa: (Eneida, IV, 115 ss.)

tum sic excepit regia Iuno:
'mecum erit iste labor. nunc qua ratione quod instat
       

confieri possit, paucis (aduerte) docebo.
uenatum Aeneas unaque miserrima Dido
in nemus ire parant, ubi primos crastinus ortus
extulerit Titan radiisque retexerit orbem.
his ego nigrantem commixta grandine nimbum,
       

dum trepidant alae saltusque indagine cingunt,
desuper infundam et tonitru caelum omne ciebo.
diffugient comites et nocte tegentur opaca:
speluncam Dido dux et Troianus eandem
deuenient. adero et, tua si mihi certa uoluntas,
       

conubio iungam stabili propriamque dicabo.
hic hymenaeus erit.' non aduersata petenti
adnuit atque dolis risit Cytherea repertis.


    "... Así lo aceptó entonces Juno soberana: «Ésa será mi tarea. Ahora, cómo lograr podemos lo que nos ocupa en pocas palabras (atiende) te explicaré. Eneas, y con él la muy desgraciada Dido, se disponen a marchar al bosque a cazar en cuanto su orto primero haya hecho salir el titán de mañana y desvele el orbe con sus rayos. Yo a ellos les he de enviar desde lo alto un negro nubarrón de granizo, mientras se apresuran los flancos y rodean el lugar con sus redes, y agitaré con truenos el cielo entero. El séquito huirá y les envolverá una noche espesa; Dido y el jefe troyano en la misma cueva se encontrarán. Allí estaré yo, y, si es firme hacia mí tu voluntad, los uniré en estable matrimonio, consagrándola como legítima esposa. Entonces se cumplirá el himeneo.» Accedió sin oponerse Citerea a su demanda,..."

Segunda parte: desarrollo del encuentro en la cacería. Eneida, libro IV, 160 ss.

Interea magno misceri murmure caelum
       
incipit, insequitur commixta grandine nimbus,
et Tyrii comites passim et Troiana iuuentus
Dardaniusque nepos Veneris diuersa per agros
tecta metu petiere; ruunt de montibus amnes.
speluncam Dido dux et Troianus eandem
       

deueniunt. prima et Tellus et pronuba Iuno
dant signum; fulsere ignes et conscius aether
conubiis summoque ulularunt uertice Nymphae.
ille dies primus leti primusque malorum
causa fuit; ...


    "... Entretanto el cielo de terrible rugido empieza a llenarse, sigue una tormenta mezclada con granizo y el séquito tirio, dispersado, y la juventud troyana y el dardanio nieto de, Venus asustados buscaron los techos de todos los campos; ríos bajan corriendo del monte. A la misma gruta Dido y el caudillo troyano acuden. La Tierra, la primera, y Prónuba Juno dan la señal; brillaron los fuegos y cómplice el aire del casamiento en su alta cumbre ulularon las Ninfas. Aquél fue el primer día de la muerte y la causa primera de las desgracias;..."

    Una cosa en que coincide este fragmento con la escena de Retorno... es la elipsis con la que se omite la imagen directa de la consumación amorosa. En la película, la cámara abandna repentinamente a los amantes, sigue la blusa en el aire que choca y derriba la lámpara, se oscurece la habiracuón, de improviso se abre de giolpe la puerta y un viento ululante penetra por ella. La cámara va hacia la puerta, sale hacia fuera y nos muestra en pleno apogeo la lluvia y la tempestad que se desparrama libre y torrencial sobre las plantas y la naturaleza.

    En el fregmento de la Eneida ocurre los mismo. El autor escribe primero la descrpción de la naturaleza desatada que rodea a la pareja. Luego, nos dice que "a la misma gruta Dido y el caudillo troyano acuden", speluncam Dido dux et Troianus eandem / deueniunt... Y se produce la elipsis, como en el film. 

    Nos dice a continuación, desplazando la visión de la pareja, que la Tierra y Juno dan la señal prima et Tellus et pronuba Iuno dant signum, para que se consume lo que tenían previamente ideado, la unión de los amantes. La Eneida lo representa como un simulacro de casamiento. De hecho, a partir de entonces Dido se comportará como una recién casada, aunque el hecho real es que nose ha producido el enlace matrimonial oficial. Pero eso a ella ya no le importa.
    Además, el fondo trágico con que remata la escena en Virgilio no lo tiene, al menos a ese nivel, pues el de Retorno también tiene una línea de fatalidad, el fondo trágico en Virgilio lo diferencia de Retorno.





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