sábado, 9 de noviembre de 2013

PAN, EDUCACIÓN Y LIBERTAD, de Petros Márkaris


Ésta es la última novela de la llamada "trilogía de la crisis", como ha denominado el autor a las  tres obras escritas en estos tiempos. Con ella dice que acaba el ciclo, seguirá con el comisario Járitos, su familia y sus peculiares amistades, pero la crisis dejará de ser el tema principal.
En esta novela el autor pasa revista a la crisis griega a través de los asesinatos de tres personas, ex-líderes estudiantiles en los años setenta contra la dictadura de los coroneles. Da una visión desilusionada de lo que pudo haber sido aquel movimiento de rebeldía que ayudó a derrocar la dictadura, y cómo algunos de sus líderes perdieron el empuje inicial con el que habían empezado y olvidaron sus primeros ideales.
La novela hace un poco de ¿ficción?, situándonos desde el principio en el año 2014. Grecia ha vuelto al dracma, abandona el euro (y también España, Portugal y con Italia pendiente) , el gobierno decreta suspensión de pagos por tres meses a los funcionarios y se presenta una nueva situación, aún peor de la que se estaba. Pero la memoria griega está viva, aún no están lejanos los años sesenta, la emigración de griegos, a los países europeos, el hambre, los engaños, las malas condiciones de trabajo, etc. Todo esto vuelve a salir en estas circunstancias, demostrando la capacidad de supervivencia del pueblo griego.
Mención aparte merece la figura de Adrianí, la peculiar esposa de Járitos. Como si fuera una Lisístrata del siglo XXI, en lugar de caer en la desesperación, organiza la nueva economía familiar a base de sentido común, sacrificio y austeridad. Al principio de la novela, reorganiza las comidas de las dos familias, la suya y la de su hija, con el sentido común ese que, dicen, es el menos común de los sentidos.
Dice lo siguiente:
"Así es la mente femenina: pare ideas.- Adrianí ya ha soltado su máxima-. Por lo demás, volveremos a los pueblos de donde nacimos. Comeremos carne de uvas a peras y sobreviviremos con verduras y legumbres. Hace años que los expertos aconsejan alimentarse de manera sana. Mira por dónde, ahora lo haremos por obligación. En cuanto al ahorro, mi madre, que en paz descanse, me decía: "Gota a gota se llena la bota". Y cada noche cenaréis hasta relameros."
Hasta aquí la cita, pero sigue el siguiente pensamiento del comisario:
"Pienso que Adrianí acaba de ponerse al mando de las dos familias. Durante los últimos cuatro años han mandado la Comisión Europea y el Banco Central Europeo. Mejor que se haga cargo Adrianí."
Como se ve, también el comisario está a favor de que las mujeres se pongan al frente de los asuntos importantes de un país, como ya propusiera su antepasado Aristófanes pero en clave cómica. 
Recuerda al fragmento de Lisístrata cuando una de las mujeres le enseña a un magistrado como solucionarían los problemas de la polis, de la misma manera que ellas tratan la lana.

LISÍSTRATA.- También vosotros si tuvierais cabeza haríais toda vuestra política tomando el manejo de la lana como modelo. 
CONSEJERO.- ¿Cómo es eso, vamos a ver? 
LISÍSTRATA.- Ante todo, como se hace con los vellones, habría que desprender de la  ciudad en un baño de agua toda la porquería que tiene agarrada, quitar los nudos y eliminar  a los malvados, vareándolos sobre un lecho de tablas, y a los que aún se quedan pegados y se apretujan para conseguir cargos arrancarlos con el cardador y cortarles la cabeza; cardar después en un canastillo la buena voluntad común, mezclando a todos los que la tienen sin excluir a los metecos y extranjeros que nos quieren bien y mezclar también allí a los que tienen deudas con el tesoro público y además, por Zeus, todas las ciudades que cuentan con colonos salidos de esta tierra, comprendiendo que todas ellas son para nosotros como mechones de lana esparcidos por el suelo cada cual por su lado. Y luego, cogiendo de todos ellos un hilo, reunirlos y juntarlos aquí y hacer con ellos un ovillo enorme y tejer de él un manto para el pueblo. 

La novela es amena y presenta un retrato, una fotografía de la sociedad griega, centrada en Atenas, tratando de describir cómo se está sobrellevando la situación. Recoge diversas respuestas de los ciudadanos ante la crisis, desde la solidaridad espontánea por parte de jóvenes preparados y sin trabajo, al margen del Gobierno, hasta los grupos de extrema derecha, que aumentan su presencia en estas épocas. Hace un pequeño recordatorio a los años setenta, cuando los griegos expulsaron a la dictadura del país, pero con desilusión, pues aquellos líderes no supieron mantener las líneas políticas propuestas. Y las familias siempre tienen presencia en sus novelas, desde la propia del comisario, hasta la de las víctimas, que reflejan éstas últimas una ruptura generacional grave entre padres e hijos.

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