sábado, 6 de marzo de 2010

La gorgona Medusa aparece en el arte occidental.


Sobre el mito de Perseo, uno de los episodios principales es el del enfrentamiento con la gorgona Medusa (hay que recordar que Gorgo era un nombre que se oía en Grecia, al menos la mujer de Leónidas, el general espartano de las termópilas, se llamaba así; cf. su etimología). En esta página encontramos seleccionados por su autor tres textos clásicos que tratan el mito. Además, en la misma página ofrece un relato más detallado del mito y una colección de imágenes artísticas que han tratado el episodio desde la antigüedad hasta casi la actualidad (habría que incluir también las recientes versiones cinematográficas, por ejemplo). La dirección es
http://www.pixelteca.com/apuntes/grecia/arte.html.

Entre las diversas referencias literarias que he encontrado por el momento, incluyo las 3 que más datos aportan: un texto de Hesíodo, donde se explica el linaje y la descripción de las Gorgonas; un texto del genial Ovidio, que resulta muy interesante al proponer otra explicación para la monstruosidad de Medusa; y una última referencia en Apolodoro.

Hesiodo. La Teogonía [270]

«A su vez Ceto tuvo con Forcis a las Grayas de bellas mejillas, canosas desde su nacimiento; las llaman Viejas los dioses inmortales y los hombres que pululan por la tierra. También a Penfredo de bello peplo, a Enío de peplo azafranado y a las Gorgonas que viven al otro lado del ilustre Océano, en el confín del mundo hacia la noche, donde las Hespérides de aguda voz: Esteno, Euríale y la Medusa desventurada; ésta era mortal y las otras inmortales y exentas de la vejez las dos.

»Con ella sola se acostó el de la Azulada Cabellera [Poseidón] en un suave prado, entre primaverales flores. Y cuando Perseo le cercenó la cabeza, de dentro brotó el enorme Crisaor y el caballo Pégaso. A éste le venía el nombre de que nació junto a los manantiales del Océano, y a aquél porque tenía en sus manos una espada de oro.

»Pégaso, levantando el vuelo y abandonando la tierra madre de rebaños, marchó a la mansión de los Inmortales y allí habita, en los palacios de Zeus, llevando el trueno y el rayo al prudente Zeus. Crisaor engendró al tricéfalo Gerión unido con Calirroe, hija del ilustre Océano; a éste lo mató el fornido Heracles por sus bueyes de marcha basculante en Eritrea rodeada de corrientes…»

[Hesiodo. La Teogonía.
Biblioteca Básica Gredos.
Traducción de Aurelio Pérez Jiménez
Hesiodo nació en Ascra, un pueblecito de la región de Beocia, hacia el siglo VIII a. C. y murió en la misma localidad en algún momento del siglo VII. Después de Homero, es el más antiguo poeta heleno del que tengamos noticia. Fue uno de los primeros autores en escribir una recopilación sistemática de la tradición mítica griega.

Aunque se le atribuían diversas obras, con certeza tan solo se suelen considerar suyas La Teogonía, donde expone la genealogía y los hechos de los principales dioses del panteón griego, y Los trabajos y los días, un manual que incluye información útil para el trabajo en el campo.
]

Ovidio. Las metamorfosis. (Libro IV. - 772)

«El hijo de Agenor les contó que había un lugar al pie
del helado Atlas protegido por la defensa de una masa rocosa;
que a su entrada habitaban las hermanas gemelas, las Fórcidas,
que compartían el uso de un solo ojo; que él lo cogió
secretamente mediante un ardid, poniendo la mano debajo
mientras se lo estaban pasando; después, por regiones
muy ocultas, inaccesibles, y rocas erizadas de abruptas selvas
había llegado a la morada de las Gorgonas; por todas partes
por campos y caminos, había visto estatuas de hombres y
animales, convertidos de lo que eran en piedras al ver a Medusa.

»El, sin embargo, había mirado la cara de la horrenda Medusa
reflejado en el bronce del escudo que llevaba en la izquierda;
mientras un profundo sueño embargaba a las culebras
y a ella misma, le arrancó la cabeza del cuello y de la sangre
de su madre nacieron Pegaso, fugaz con sus alas, y su hermano.

»Añadió también los peligros, no fingidos, de su largo viaje,
los mares y las tierras que había visto desde lo alto debajo de él
y las estrellas que tocó con el batir de sus alas.

»Calló sin embargo antes de lo esperado; uno de los nobles toma
la palabra para preguntarle por qué sólo una de las hermanas
llevaba serpientes mezcladas alternativamente con sus cabellos.

»El extranjero dijo “pues preguntas algo digno de contarse,
he aquí la respuesta. Ella era la de figura más bella
y el partido codiciado por muchos,
y en toda ella no había parte más admirable que sus cabellos;
he conocido a quien dijo haberla visto. El soberano
del piélago [Poseidón], cuentan, la deshonró en el templo de Minerva [Atenea];
la hija de Júpiter [Zeus] se volvió y se cubrió el casto semblante
con la égida, y para que el hecho no quedara impune,
cambió la cabellera de la Gorgona en feas hidras.

»Y aún ahora, para aterrar y dejar paralizados a sus enemigos,
lleva delante del pecho las serpientes que creó».

[Ovidio. Metamorfosis.
Alianza Editorial.
Traducción de Antonio Ramírez de Verger y Fernando Navarro Antolín
]

Publio Ovidio Nasón nació en Sulmona (Italia central) en el año 43 a . C., en el seno de una familia noble que no vio con buenos ojos la carrera literaria su hijo. Tras realizar diversos viajes por el Próximo Oriente, Atenas y Sicilia, se asentó en Roma, donde no tardó en alcanzar un reputado prestigio como poeta y erudito. Por razones aún desconocidas fue condenado por Augusto al destierro en el año 8 a . C. Le enviaron a Tomos (en la costa occidental del Mar Negro), donde vivió tristes años hasta su muerte acaecida el año 17 d. C. De su magnífica obra, sugiero leer cuanto menos su Ars amandi y, sobre todo, Las metamorfosis, una obra fundamental para los amantes de la mitología.

Apolodoro. Biblioteca Mitológica. [Libro II – 34]

«A Acrisio, que había consultado un oráculo sobre el nacimiento de hijos varones, le respondió el dios que de su hija nacería un niño que le daría muerte. Temiendo esto, Acrisio preparó bajo tierra una habitación blindada y puso bajo vigilancia a su hija Dánae. Sin embargo, según cuentan algunos, la sedujo Preto, por lo que surgió entre ellos una disputa, o tal como afirman otros, Zeus se transformó en oro y se derramó a través del techo llegando hasta el seno de Danae.

»Cuando más tarde Acrisio se enteró de que ella había dado a luz a Perseo, no creyó que hubiese sido seducida por Zeus y metiendo a su hija junto con el niño en una cesta los arrojó al mar.

»La cesta fue llevada hasta Sérifos y Dictis la recogió y crió al niño. Reinaba entonces en Sérifos Polidectes, hermano de Dictis, que se enamoró de Dánae y, no pudiendo unirse ya con ella cuando Perseo se hizo un hombre, convocó a los amigos, entre ellos Perseo, dicéndoles que se trataba de reunir una dote para el matrimonio de Hipodamia, la hija de Enómao. Entonces Perseo dijo que no lo rechazaría ni por la cabeza de la Gorgona. Polidectes pidió caballos a los demás, pero no aceptó los de Perseo, sino que le ordenó traer la cabeza de la Gorgona.

»Perseo, bajo la guía de Hermes y Atenea, fue hacia las hijas de Forcis: Enio, Pefredo y Dino. Eran hijas de Ceto y Forcis, hermanas de las Gorgonas y ancianas ya desde su nacimiento. Entre las tres tenían un solo ojo y un solo diente, que se intercambiaban sucesivamente de una en otra.

»Una vez que se adueñó de ellos Perseo, cuando ellas se los reclamaron, les dijo que se los devolvería si le indicaban el camino que llevaba hacia las ninfas. Estas ninfas tenían sandalias aladas y el “kíbisis”, que dicen era una especie de alforja (Píndaro y Hesíodo en el Escudo dice sobre Perseo: "toda la espalda estaba cubierta por la cabeza del terrible monstruo Gorgona, y el kíbisis lo rodeaba". Se llamaba kíbisis porque en ella se metían ropa y alimentos). Tenían también el yelmo de Hades.

»Luego que las Fórcides le señalaron el camino, les devolvió el diente y el ojo, y se fue hacia las ninfas y consiguió lo que buscaba; se echó alrededor del cuello el kíbisis, se ajustó las sandalias a los tobillos y se puso el yelmo en la cabeza, con el cual podía ver a los que quería pero sin ser visto por los demás. Tomó también de Hermes una hoz de acero, echó a volar y llegó al Océano, sorprendiendo a las Gorgonas dormidas. Eran éstas Estenio, Euríales y Medusa. La única mortal era Medusa. Por eso, Perseo fue enviado a por su cabeza.

»Las Gorgonas tenían cabezas rodeadas de escamosas espirales de serpientes, grandes dientes como de jabalíes, manos de bronce y alas de oro, por medio de las cuales volaban. Convertían en piedra a los que las miraban. Perseo, por tanto, se situó sobre ellas mientras dormían y guiando Atenea su mano se volvió y miró al escudo de de bronce por medio del cual veía la imagen de la Gorgona, y le cortó la cabeza.

»Una vez cercenada la cabeza, salió volando de la Gorgona el caballo alado Pegaso y Crisaor, el padre de Gerión. Éstos los tuvo de Poseidón. Entonces Perseo metió en el kíbisis la cabeza de Medusa y regresó, pero las Gorgonas se despertaron del sueño y empezaron a perseguirlo; sin embargo no podían verlo a causa del yelmo que lo ocultaba».

[Apolodoro. Biblioteca Mitológica.
Akal Clásica.
Edición de José Calderón Felices
]

No sabemos con certeza quién fue realmente el autor de La Biblioteca Mitológica de Apolodoro, una especie de manual del siglo II (aproximadamente), que reúne de forma sistemática los principales mitos de la antigua Grecia



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