sábado, 5 de abril de 2014

CARTAGO EN LLAMAS, de Emilio Salgari



Una novela de Emilio Salgari, el famoso autor de la saga de Sandokán, llevada a televisión hace ya unos cuantos años, demasiados para el que esto escribe y también para los que se acuerdan. A principio cuesta un poco encontrarle el hilo a la novelita, será lo que les pasa a toda novela histórica, pero al poco, ya empieza la lectura a dejarse ir fácilmente.
Como leí aquí, , más que una novela histórica, parece una novela de aventuras, que igual así deberían ser todas las históricas.
Es una típica novela de Salgari, de folletín, acción, con diferentes personajes entremezclados, historias de amor entrecruzadas y, de fondo, lo que le da tensión a la obra, el ataque definitivo de los romanos contra Cartago.
La verdad es que no sabemos cómo en la época de Salgari se veía la sociedad cartaginesa frente a la romana. Hoy en día, con el boom de la novela histórica, hay libros de todas clases y pelajes del mundo antiguo, especialmente Grecia y, creo no equivocarme, Roma. Encontrar novelas donde aparezca cartago como principal centro no deben ser frecuentes (estoy hablando como simple visitante de librerías.
Por eso llama la atención que toda la acción de la novela transcurra en la antigua Cartago, y en sus principales ciudades. aquí y allá hay detalles de vida cotidiana, costumbres sociales, las justas y necesarias para ambientar la acción en su ugar.
El protagonista es un antiguo capitán que luchó valientemente en los ejércitos de Aníbal, a quien sigue profesando lealtad y devoción. Fidelidad tal que lo hace ser perseguido por los propios cartagineses, aquellos que siempre rivalizaron con Aníbal.
Uno de ellos es el padre de su amada, quien la ha comprometido en un matrimonio de conveniencia con un mercader a su hija. iram, junto con su fiel y experimentada tropa, tratará de recuperar a su chica, y todo ello en medio de la amenazante llegada de las tropas romanas.
Los romanos apenas se ven, sólo al final, y para recordar el modo mezquino y miserable de negociar las últimas condiciones de rendición de la ciudad de cartago.
Una novela entretenida, mucho más, en ocasiones, de bastantes de las novelas históricas que nos encontramos en las estanterías actualmente, donde los protagonistas y la acción transcurre en un territorio, el cartaginés, que no suele ser l que protagoniza este tipo de novelas de tema clásico, y que reconoce y devuelve algunas virtudes a estas naciones que quedaron fuera del camino de la historia al ser aparcadas por otras mucho más fuertes y victoriosas. No deja de ser curioso que en nuestra época no abunden más novelas de este tipo, y que la mayoría de las que salen siempre tengan como referente el imperio romano, ya sea enfocado de forma positiva o negativa. Quizás el siglo XIX era más dado a esta amplitud de enfoque.

PD. Mirando por la red, enseguida aparece una versión cinematográfica de esta novela, de 1960. Como curiosidad, trabajaba Terence Hill


En este enlace se puede ver la película, aunque en francés. Los últimos minutos de la película , así como en el libro, se dedican a la lucha desesperada de los habitantes de Cartago contra el ejército romano, y las escenas finales recuerdan a la caída de Troya, con llamas y destrucción por todos lados. A pesar de los años, se ve que fue una gran superproducción por los decorados, actores, el número de extras y otros detalles recogidos a simple vista.

Nota: tampoco está de más recordar la triste figura del escritor Emilio Salgari, , autor de numerosísimas obras de literatura juvenil que están por todas partes, y su temprana muerte. Esta novela se publicó a los tres años de su fallecimiento.



sábado, 29 de marzo de 2014

Eunomía, concordia, Adolfo Suárez


No va a perecer jamás nuestra ciudad por designio
de Zeus ni a instancias de los dioses felices.
Tan magnífica es Palas Atenea nuestra protectora,
hija del más fuerte, que extiende sus manos sobre ella.
Pero sus propios ciudadanos, con actos de locura,
quieren destruir esta gran ciudad por buscar sus provechos,
y la injusta codicia de los jefes del pueblo, a los que aguardan
numerosos dolores que sufrir por sus grandes abusos.
Porque no saben dominar el hartazgo ni orden poner
a sus actuales triunfos en una fiesta en paz.
Se hacen ricos cediendo a manejos injustos.
Ni de los tesoros sagrados ni de los bienes públicos
se abstienen en sus hurtos, cada uno por un lado al pillaje,
ni siquiera respetan los augustos cimientos de Díke,
quien, silenciosa, conoce lo presente y el pasado,
y al cabo del tiempo en cualquier forma viene a vengarse.
Entonces alcanza a toda la ciudad esa herida inevitable,
y pronto la arrastra a una pésima esclavitud,
que despierta la lucha civil y la guerra dormida,
lo que arruina de muchos la amable virtud.
Porque no tarda en agostarse una espléndida ciudad
formada de enemigos, en bandas que sólo los malos aprecian.
Mientras esos males van rodando en el pueblo, hay muchos
de los pobres que emigran a tierra extranjera,
vendidos y encadenados con crueles argollas y lazos
Así la pública desgracia invade el hogar de cada uno,
y las puertas del atrio no logran entonces frenarla,
sino que salta el muro del patio y encuentra siempre
incluso a quien se esconde huyendo en el cuarto más remoto.
Mi corazón me impulsa a enseñarles a los atenienses esto:
que muchísimas desdichas procura a la ciudad el mal gobierno,
y que el bueno lo deja todo en buen orden y equilibrio,
y a menudo apresa a los injustos con cepos y grillos;
alisa asperezas, detiene el exceso, y borra el abuso,
y agosta los brotes de un progresivo desastre,
endereza sentencias torcidas, suaviza los actos soberbios,
y hace que cesen los ánimos de discordia civil,
y calma la ira de la funesta disputa, y con Buen Gobierno

todos los asuntos humanos son rectos y ecuánimes.

Eunomía, de Solón de Atenas

sábado, 22 de marzo de 2014

ATLANTES DE PRAGA, MITOLOGÍA REVOLUCIONARIA EN BUDAPEST








Monumentos levantados cuando la liberación de Budapest por parte de los soviéticos del as fuerzas del Eje. Con unos tipos que parecen representar al nuevo sujeto de la historia, el trabajdor, vemos como se apoyan, de todas formas, en elementos de la mitología clásica. El personaje que corre con la antorcha, cuyo título es "Libertad", semeja bastante al héroe Prometeo. En el otro lado, vemos la figura de este musculoso trabjador que, como un Hércules, tiene vencida ya a un monstruo mitológico de varias cabezas, en clara alusión a alguno de los monstruos con los que tuvo que luchar el héroe clásico.
Por último, el elemento principal del conjunto, una dama que eleva en sus brazos una hoja de palma, parece, se haya elevada sobre una gran columna, al estilo clasicista también, aunque sin aquel adorno, más bien de aspecto severo y austero.



EN los jardines traseros del Palacio Real de Viena también encontramos los rastros de la cultura clásica.
El personaje de Orfeo


 La horripilante Medusa adornando el escudo de una de las muchas esculturas que acompañan los paseos de estos jardines.
La diosa Atenea

En el Palacio Belvedere podemos encontrar a estas enigmáticas esfinges, con su rostro impasible, a pesar de los múltiiples toqueteos que tienen que aguantar de turistas de diversas nacionalidades, dicen que da buena suerte.


jueves, 27 de febrero de 2014

Este es mi powerpoint sobre el juicio de Sócrates en alguna diapositiva solo hay imágenes porque yo soy la que dice la explicación.

martes, 18 de febrero de 2014

Dios Zeus



Zeus es el rey de los dioses olímpico y dios del cielo y del trueno. Es un dios de múltiples apetencias eróticas, de ahí sus varios matrimonios, sus numerosas aventuras con diosas y, sobre todo, con mortales e incluso un amor homosexual con el joven Ganímedes. De estos abundantes afaires nacerán gran cantidad de hijos, divinos los tenidos con diosas y mortales los engendrados por madres mortales.

Zeus preside no sólo las manifestaciones celestes (provoca la lluvia y lanza el rayo y el relámpago), sino que, fundamentalmente, mantiene el orden y la justicia en el mundo. También es el encargado de purificar a los homicidas de la mancha de la sangre, vela por el mantenimiento de los juramentos y por el respeto de los deberes con los huéspedes; es garante del poder real y, en general ,de la jerarquía social, tanto en lo que se refiere a los hombres como en el seno de la sociedad de los dioses.


"Zeus. El más grande de los dioses del panteón helénico. Soberano de hombres y dioses, reina en las alturas luminosas del cielo, el Olimpo, la región étera donde moraban los dioses."