jueves, 6 de julio de 2017

Gladiator: Léntulo Batiato, el opuesto a Próximo

BATIATO VS. A PRÓXIMO

Léntulo Batiato es un personaje cobarde y servil, que vive y medra a la sombra de los nobles y patricios. Su figura produce comicidad en la tensión general de la trama. Próximo, por el contrario, es un personaje funesto, asociado con la muerte, serio, grave, iracundo. Máximo resucitará en él las ansias de fama y éxito que alcanzó cuando era un gladiador de renombre. Tendrá una muerte digna, mientras que Batiato, un experto en sobrevivir, acabará escapando del peligroso mundo en el que ha estado inmerso.

            Léntulo Batiato, el lanista de Espartaco, es un personaje totalmente opuesto a Próximo, el lanista y exgladiador de Gladiator. Batiato es acomodaticio, de gestos algo afeminados, débil, servil. Para tratar con los gladiadores de su escuela tiene al siniestro Marcelo, verdadero personaje infernal, adiestrador y exgladiador también (en esto conecta con Próximo), guardián tétrico en el que van a entrar los gladiadores una vez lleguen a la escuela de Cumas.
            Próximo, en cambio, es un personaje que vive una existencia resignada pues añora sus tiempos de gloria cuando era gladiador famoso y aclamado por el público. Es seco, agrio, de mirada furibunda, duro tratante de esclavos, mundo difícil este en el que se mueve con aspereza y contundencia.
            Sólo va a encontrar una motivación en su vida cuando se da cuenta de que Máximo el Hispano se ha convertido en un éxito en los anfiteatros y planea junto con él la participación en los juegos organizados por Cómodo a la muerte de su padre en Roma, en el mismísimo Coliseo.
            Es cuando dice “la gran puta nos amamantará”, mirando desde la ventana con ansia a los días que han de venir, cuando participen en los espectáculos de Roma.
            Anteriormente, en esa misma escena, había hablado con Máximo, le había ofrecido alguna satisfacción de tipo sexual con quien aquél quisiera, le había brindado unas armas especiales y se había sincerado con él.
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            Ya no es, hablando con Máximo, el Próximo mal encarado y funesto, figura infernal, asociado con la muerte, siempre arengando a los gladiadores cada vez que éstos se tienen que jugar la vida en el anfiteatro.
            No, ahora, hablando con Máximo, se sincera, le enseña la rudus, la espada de honor que se les entrega a los gladiadores que se retiran con éxito después de una carrera satisfactoria en los anfiteatros. Se la había entregado el propio Marco Aurelio, exclama con reverencia, a lo que Máximo responde soltando una risotada, “¿Conocías a Marco Aurelio?”, sorprendiendo a Próximo por la familiaridad con la que usa el nombre del emperador.
            Batiato, en cambio, es de aspecto fláccido y casi endeble, le encantan los placeres sensuales, la buena vida, las mujeres, pero evita como puede el enfrentamiento con quien sea; su actitud ante los nobles y patricios es de sumisión y servilismo, consciente de su lugar social.
            Intenta sin éxito convencer a las damas de que escojan a los gladiadores que él cree menos capaces, pero no tiene la firmeza para convencerlas.
            Hará buenas migas con Graco, el senador, en el afán de éste de hacerle la vida imposible a Craso, pero del mismo modo también servirá de confidente a Craso para identificar a Espartaco, cosa que éste no consigue. En cambio, Próximo es un personaje de una pieza, y solo tomará partido a favor de la conjura de Lucila y los senadores contra Cómodo.
            Batiato es una figura en algunos momentos cómica, que da el contrapunto a la tensa trama de la película, al igual que Graco en cierta medida lo hace en el nivel de los patricios. Sin embargo, Próximo es un personaje serio, grave, iracundo, en absoluto se deja se objeto de burla o mofa, y tiene el papel infernal que comentamos, el de ser intermediario entre la vida y la muerte en relación a sus gladiadores. En este caso, será Marcelo, el adiestrador de Batiato, quien encarne ese papel.

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lunes, 3 de julio de 2017

GLADIATOR VS. ESPARTACO: LA ICONOGRAFÍA DE LA CRUZ.

GLADIATOR VS. ESPARTACO: LA ICONOGRAFÍA DE LA CRUZ.

            De verdad que desde que veo películas de romanos, desde pequeño y, claro, asociado con las figuras del cristianismo, siempre me han estremecido las figuras de las personas atormentadas en la cruz.
         Exceptuando, claro, y doy gracias porque hicieran esa labor purificadora, excepto la crucifixión de Bryan en Monthy Python mientras cantan esa canción de autoayuda Always look at the side bright of life!
            Pues bien, exceptuando a los irreverentes cómicos británicos, las escenas de crucifixión y similares deben provocar en el público en general como a mí, un cosquilleo y un estremecimiento generalizado en todo el cuerpo. De ahí que no haya peplum sin alguna escena de éstas. O, en su defecto, cualquier otra de sometimiento o tortura, que parece que son más horripilantes cuanto más antiguo sea el film. Quizás de ahí que cada vez se superen más los cineastas a la hora de proponer escenas terroríficas en las películas actuales, a cual peor.

       La crucifixión en Espartaco.    

       En fin, volviendo a las crucifixiones. En Espartaco, al poco de empezar la película, ya tenemos al protagonista maniatado en la roca con grilletes, cual Prometeo en el Cáucaso, de donde se adivina, para el que esté acostumbrado a ver las imágenes del Titán benefactor, que este nuevo personaje greñudo y de magnífica dentadura está en vías de ser el próximo benefactor de los romanos, qué digo, de la humanidad. Ni más ni menos que va a traer la libertad a los hombres, él, un simple y bruto esclavo de Tracia que no ha pasado por las manos de ningún sabio estoico, y a cien años casi de que Cristo ponga en pie su nuevo y revolucionario mensaje de amor entre los hombres.
            Así que Espartaco, en un alarde de compromiso y piedad interreligioso, empieza tomando la apariencia del titán Prometeo encadenado a la piedra, pero termina crucificado en la más romana de las vías, la Apia, como un predecesor en la lista de liberadores de la humanidad hasta llegar al propio Cristo.

       Las crucifixiones de Gladiator.

La primera  ejecución en el limes de Germania:           

Las crucifixiones y sufrimientos de Máximo carecen de ese fondo religioso de la iconografía de Espartaco. Para empezar, la primera de las varias ejecuciones a las que tiene que enfrentarse Máximo, la ordenada por el emperador Cómodo en el limes de Germania, es la propia de un militar romano. En principio iba a ser decapitado como un vulgar ladrón, pero Máximo, viendo alguna posibilidad de salvación propia y de su familia, pide la venia de que lo ejecuten como un soldado, esto es, que le atraviesen con la espada desde la clavícula hasta el corazón. El pretoriano accede, mal hecho, máximo retiene la hoja antes de que entre en su carne, ahí seguro que se tuvo que hacer daño, al coger la hoja con las desnudas manos, uff, imagínense los cortes.           
       Suelta un cabezazo o algo así, se desmelena, reparte mandobles a diestro y siniestro y herido y ensangrentado por el espadazo de un pretoriano a caballo, emprende la huida y el camino desesperado a su casa en Emérita, con la confianza de llegar antes de las tropas enviadas por el emperador para ejecutar a su familia y arrasar la hacienda y todo lo que tenga que ver con su persona.

La segunda crucifixión: la entrevista con Lucila en las mazmorras.

            La segunda crucifixión, que no es tal, pero se parece, es cuando tiene la entrevista concertada por Lucila en las mazmorras de algún lugar, no se sabe bien. Allí está maniatado, con los brazos también en cruz, puede moverse, pero lo justo para que sus brazos lleguen al límite de su postura en cruz y de ahí no pasen. En esta postura atormentada Lucila trata de reencontrar al valiente  militar que había sido Máximo y ganarlo para el complot que planean contra el emperador. Sutilmente, la escena tiene también una carga sensual y erótica que los dos actores ponen de relieve a través de los brazos impotentes de Máximo y la sensualidad a flor de piel de Lucila.
            En estas dos fallidas ejecuciones o tormentos no encontramos atisbos de la figura legendaria de Prometeo ni menos la del cristianismo. En cambio, en la última tiene alguna connotación de los peplum clásicos.

La tercera crucifixión: el martirio de Máximo.

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          Estamos, ya en el final de la película, de nuevo en los subterráneos del Coliseo. Allí encontramos a Máximo encadenado, otra vez con los brazos en cruz y abiertos, como si estuviera crucificado. Entra Cómodo en el cubículo donde está encerrado y después de una breve conversación donde deja ver claro su lado más perverso, lo apuñala en un costado, cual si Máximo fuera uno de tantos mártires cristianos torturados por sus creencias.
            Para enfatizar la secuencia, suben en un ascensor desde los sótanos a la arena del Coliseo bañados por una luz cenital que da a la escena un aire beatífico. Máximo ha tomado aquí la imagen de uno de tantos mártires o hombres buenos de los peplum de siempre,  torturados por el malo de turno, el emperador Cómodo en este caso.
            Quizás en esta última escena podamos enlazar Gladiator con el final de Espartaco, cuando Varinia y su hijo salen huyendo de Roma junto con Batiato, y se detienen un último momento ante la cruz en la que se encuentra Espartaco.


Gladiator vs Espartaco: el final

EL FINAL

            El final de Espartaco  el mensaje de la película, la lucha contra la explotación del hombre sobre el hombre a través de todos los tiempos. Varinia le muestra a su hijo y le dice que ha nacido libre. En Gladiator, Máximo ha logrado terminar con Cómodo en la arena del anfiteatro, y con él su reinado de terror. Roma volverá a ser una república y recuperará los ideales de grandeza que siempre tuvo. Él, por su parte, se reencontrará con su familia en el más allá, el lugar donde ha querido estar desde el principio de su historia.


       Como una buena novela bizantina, el final dramático de Gladiator tiene lugar ante un público numeroso y con el anfiteatro como lugar de excepción. Los finales felices de las novelas bizantinas ocurren en lugares públicos y concurridos y ante una multitud congregada de gentes que celebran el happy end de la historia.
            En este caso, el escenario no puede ser más famoso, el propio Coliseo de Roma, y la multitud congregada reúne al público general que ha asistido a los espectáculos, y a los personajes más cercanos a Máximo. Ante su cuerpo moribundo se encuentra, en primer lugar, Lucila, quien es la última en despedir y darle paz al gladiador. También vemos a Juba, el senador Graco, ...
            Es el senador Graco quién lanza una invocación al público, pidiendo que ayuden a llevar el cuerpo de un hombre bueno.
            Juba será quien de la sepultura final a las figurillas representativas de la familia de Máximo. Despedirá la película con esa frase que ha dicho en otra ocasión a Máximo, nos veremos en el más allá, pero aún no, aún no.
            Lucila serena a Máximo diciéndole que ya va a reunirse con los suyos, ese dolor que llevaba guardado el gladiador desde que le arrancaron la vida a su familia. Eso parece proporcionarle la paz necesaria a Máximo. En un último esfuerzo, donde sigue revelando su calidad de hombre bueno, de vir bonus, pregunta por sus soldados y gladiadores, y por Lucio, el hijo de Lucila. Con la respuesta que recibe parece finalmente alcanzar el sosiego necesario para enfrentar el último viaje.
            En cambio, el final de Espartaco es el de una ilusión futura pero aquí en la tierra. Varinia le enseña a su recién nacido y le dice las palabras “será libre, libre”. Al final, la lucha aun fracasada, de la revuelta de esclavos, ha conseguido el éxito, menor por un lado, pero de enorme alcance por su valor simbólico. De unos esclavos ha nacido un ser que será libre, no estará sometido a otro hombre, alcanzará la dicha y la felicidad por el mero hecho de ser un ser humano, el mensaje fraternal y universal que nos quiere manifestar la película.
            Gladiator, por su parte, deja de lado esta lucha social contra la esclavitud y se desenvuelve por los terrenos más personales de las creencias de los individuos y de los sentimientos más cercanos. Pero Máximo ha luchado como un héroe, y su esfuerzo ha sido coronado por el éxito, ha derrotado al terrible Cómodo y a su régimen de terror y opresión. Roma volverá a ser una república y podrá recobrar sus ideales de grandeza, los que quiso Marco Aurelio que salvaguardara.
            La idea de la grandeza de Roma como un lugar de orden y justicia social se alza como lo más importante, frente al mensaje más universal y solidario de Espartaco, la lucha contra la esclavitud y contra la explotación  del hombre por el hombre a través de todos los tiempos.


Gladiator vs. Espartaco: Lucila, la contrapartida de Varinia.

VARINIA-LUCILA

 Varinia suma a la explotación que sufren los esclavos la segunda explotación de las mujeres por el hecho de serlo en una sociedad patriarca. Su papel responde a una postura claramente reivindicativa de su condición femenina. Lucila aparece como una mujer mundana y frívola, poderosa y plenamente consciente de sus poderes. Es una mujer fuerte que no  tiene el papel reivindicativo que representa Varinia para los espectadores de los años sesenta.

EL ENCUENTRO DE VARINIA Y ESPARTACO: 

Espartaco: “Yo no soy un animal”
Varinia: “Yo tampoco”

El primer encuentro entre Varinia y Espartaco ocurre en las cárceles-cubículos en los que se alojan los gladiadores. Este primer encuentro Espartaco-Varinia toca de forma llamativa el papel de la mujer en una sociedad clasista y, en este caso, esclavista.
Toda la escena está cargada de sensualidad y romanticismo, es la primera aparición de la música del ballet de Espartaco, y hay una delicadeza y finura en la secuencia.
Ahora bien, el detalle que marca la escena es la contestación de Varinia cuando Espartaco, que ha sido espiado desde arriba de la celda por los perversos Marcelo y Batiato, les responde “yo no soy un animal”.
Varinia entonces es el momento en que contesta “yo tampoco lo soy”.
Estamos aquí ante la explotación del hombre como fuerza productiva en un sistema esclavista, Espartaco como tal así es utilizado y sin ninguna concesión a su humanidad. Y, sobre esto, encontramos también la explotación que ejerce el  hombre, ahora ya independientemente de cualquiera que sea su condición, rico o pobre, noble o esclavo, de la explotación que ejerce sobre la mujer, en una referencia clara a los movimientos sociales de los sesenta en pro de los derechos de la mujer.
Con toda sencillez pero con total dignidad y valentía, Varinia hace valer sus derechos como mujer frente a la condición superior del hombre.

EL ENCUENTRO DE MÁXIMO Y LUCILA.

El primer encuentro entre Máximo y Lucila está cargada de tensión y tirantez. Descubrimos enseguida cuál es la situación personal de cada uno. Nos enteramos de que hubo tiempo atrás una relación íntima entre ambos, relación que no duró por las veleidades y la frivolidad de Lucila. Lucila se nos muestra como una mujer de dos caras, frívola y cínica, pero también tierna e insegura. Al final de la conversación le confiesa a Máximo que todavía piensa, reza por él. Máximo, más reconciliado ya, además de haber sentido la complicidad con ella por el hecho de tener un hijo de la misma edad, se retira a su  tienda.

EL TRASFONDO SOCIAL Y REIVINDICATIVO DE ESPARTACO.

Como vemos, en una y otra escena los comportamientos y contextos son diferentes. En la relación Varinia-Espartaco encontramos un trasfondo claramente social y reivindicativo, que, como hemos dicho para otras cosas, quizás sea anacrónico pero de un claro éxito y conexión con los gustos del público de la época.
En el de Lucila y Máximo encontramos la relación de dos personas, hombre y mujer, y de sus diferentes modos de plantear su relación íntima. No encontramos aquí nada de su condición social femenina, Lucila se encuentra consciente de su rolo social como noble, fuerte e inteligente, persona asociada a los círculos de poder y hasta cierto punto bastante autónoma e independiente.

VARINIA

Varinia, en cambio, es una esclava, evidentemente, aunque quisiera, no podría haber pretendido desenvolverse como Lucila. pero es cierto que tiene personalida y defiende sus derechos como mujer, a pesar de sr una esclva. Lo que, en sus límites, viene a semejarse en arte a Lucila.
También sabremos más adelante que es britana, ha recibido formación en casa de su antiguo dueño, es bella, educada. pero también no está sometida al yugo ni de la esclavitud ni del hombre dominante. bajo ella late su espíritu rebelde, que procede de la conciencia de sus derechos como persona.

LUCILA

Lucila, en cambio, tiene esto ya bien claro, es evidente que es una patricia, la hija del emperador y es consciente de su posición y su poder, más allá de sus derechos como persona, que eos están claramente definidos ya sin necesidad de una reivindicación de la mujer.
Y en esto Gladiator responde bastante bien a las fuentes históricas, donde aparecen aquí y allá personajes femeninos romanos con bastante más poder e influencia de lo que pudiéramos pensar. Piénsese en la Livia esposa de Augusto, Mesalina y Agripina de Claudio y Nerón, y otras mujeres que rompen el esquema de la mujer que desempeña unpapel subordinado en una sociedad patriarcal como era la antigua.

EL SALTO AL FUTURO DE VARINIA

Varinia, en cambio, parece haber hecho un salto al futuro y regresar con las reivindicaciones de la mujer en los años sesenta. Su papel reivindicativo es más una construcción del personaje desde sel siglo XX, mientras que Lucila responde en cierta manera a las fuentes históricas, y, por otro lado, los años reivindicativos de los sesenta ya han dejado paso a una situación diferente en el papel de la mujer en el siglo XXI














Gladiator vs. Ben-Hur: la carrera de carros

La carrera de carros en Ben-Hur y Gladiator:

la carrera de carros más famosa de la historia del cine de romanos, la de Ben-Hur en el circo de Judea, Gladiator parece rendirle un pequeño homenaje en una de las secuencias de las luchas en el Coliseo.
   Con su persecución, hasta `podría parecer un western con la típica carrera de colonos perseguidos por los indios.
Máximo monta en su caballo en mitad de una refriega en el Coliseo.
El espectáculo es una escenificación de la batalla de Cartago. Las tropas romanas salen de improviso de las puertas del foro y, oh, la novedad es que aparecen varias cuadrigas conducidas por aurigas y acompañados de un guerrero o, también otra novedad, guerrera cual temida amazona. Destacan las armaduras relucientes y llamativamente doradas; en el caso de las combatientes, la misma coraza realza sus líneas femeninas.
Frente a este despliegu de bigas, los cartagineses, representados por Máximo y sus hombres, apenas un puñado de soldados con apariencia de indefensos, escasos y evidentemente en inferioridad de fuerzas pues solo van a pie.
Al momento máximo exhibe sus dotes de mando, pregunta si alguien ha estado en el ejército y da unas instrucciones para afrontar la lucha que se les viene encima.
Comienza la batalla y hay una exhibición de las bigas y los arqueros haciendo estragos en los gladiadores casi indefensos.
Las bigas, como en Ben-Hur, presentan unas cuchillas en sus ruedas, con las que rematar a los enemigos. Esto da pie a un aco heroico de máximo, que le salva la vida a uno de sus hombres lanzándose sobre él y apartándola del paso mortífero de uno de sus carros.
Salvados los primeros momentos de la lucha, las tornas parecen invertirse, alguno de los carros es destrozado por los gladiadores, otro se estampa contra el podio de la arena, los caballos quedan así quietos, y es el momento que aprovecha Máximo para soltar los amarres de uno de ellos, de color blanco, como los caballos de Ben-Hur, saltar encima, alguien le tira una lanza y salir en perscución de los carros que todavía siguen dando vueltas al Coliseo y disparando flechas contra los gladiadores.
En este momento es cuando creemos que hay un pequeño guiño a Ben-Hur y la escena de la carrera de cuadrigas.
Evidentemente es sólo eso, un guiño, pues carece de la duración de la otra, pero en intensidad y emoción son equivalentes. Máximo persigue a uno de los carros corriendo en círculos, alrededor de la arena de anfiteatro, como si aquello fuera el circo y la batalla se hubiera convertido en una carrera de carros.
Igualmente podríamos decir lo mismo de la carrera de Ben-Hur, pues pasa de ser una emocionante y disputada carrera a convertirse en un combate espectacular entre dos combatientes.
Durante unos momentos asistimos, pues, a una carrera en el circo más que a una lucha en el anfiteatro. La biga corre delante y Máximo la persigue sobre el caballo blanco.
Además, como en Ben-Hur, Máximo adelanta al carro para hacerle caer en una trampa. Esto es, sobre la arena están los restos de una biga destrozada momentos antes. Máximo adelanta a la biga que estaba persiguiendo, se pone por delante impidiendo que el auriga pueda ver bien, salta ante el carro caído llegado el momento pero la biga que ahora lo perseguía, choca contra éste y se descalbra.
En Ben-Hur ocurre lo mismo en la famosa secuencia en la que el carro de Ben-Hur arrambla a otro carro que había naufragad en la arena, y Heston, o su doble, tienen que hacer piruetas para mantenerse sobre él y recuperar el dominio de los caballos.
Así, casi sin darnos cuenta, nos vemos llevados por unos instantes a una carrera de bigas o cuadrigas en el elíptico espacio del anfiteatro y de esta forma el director proporciona más emoción e intensidad, al tiempo que hace un guiño al peplum más famosos de todos y que desde los inicios del cine siempre ha estado en relación con este séptimo arte.

Gladiator vs. Espartaco: "Yo soy Espartaco" vs. "Mi nombre es Máximo Décimo Meridio"

Pero, ¿quién es Espartaco? A vueltas con el tema de la identidad.

       Otro tema que conecta a Espartaco con Gladiator es el de la identidad del personaje. En ambos casos, los protagonistas Espartaco y Máximo son desconocidos por sus oponentes, y, en estos casos, especialmente por los poderosos, Craso y Cómodo. Como en los cuentos populares e infantiles, sus héroes no tienen personalidad concreta, son seres sin nombre propio (Juan sin miedo, ...)
       En Gladiator, donde se ve más evidente, la falta de identidad del personaje se camufla a través de su falsa muerte, de su nuevo nombre Hispano o Gladiador, del casco de la invisibilidad. En Espartaco, Craso está loco y desesperado por identificar a Espartaco. Llega un momento en que está a punto de reconocerlo, cuando Batiato le dice que llegó a verlo en su visita a su escuela de Cumas, pero Craso no lo recuerda su cara.
      De ahí que venga el asunto de esta identidad una de las escenas más emotivas del film, el grito de "yo soy Espartaco" al final de la última batalla en la que son derrotados los gladiadores y los esclavos. Y de aquí también que Kubrick juegue con esta oculta identidad hasta el final de su película, cuando obliga, aunque ya para entonces sospecha al fin la identidad del esclavo, cuando enfrenta a los dos rebeldes, Antonino y Espartaco, a un combate final a la vista de que nadie confiesa la identidad. Aquí se repite otra vez el combate fratricida que al principio había enfrentado a Draba con Espartaco, igual de cruel o más que éste.

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       Este grito de "yo soy Espartaco" puede también contraponerse con el de Gladiator en sus postulados ideológicos. Gladiator en esto es un film más clásico y más a la altura de la época en se hizo. la escena del reconocimiento es la reivindicación del protagonista individual, de sus ansias de venganza y de justicia personal, no hay un plan colectivo detrás ni un afán de liberación social. Máximo y sus compañeros son gladiadores antes que otra cosa, antes incluso que esclavos.
       Espartaco, en cambio, tiene una vinculación social evidente. El gladiador es gladiador pero también, y primero que nada, esclavo, y, no sólo eso, sino el líder de una revuelta de esclavos (aunque, en la realidad histórica nunca pretendió abolir la esclavitud, como se muestra en la película, sino salvar sus vidas, huír, la esclavitud era algo bastante aceptado entonces como para plantearse siquiera su abolición, como presenta Kubrick).
       Por eso, cuando preguntan a los esclavos, derrotados después de la batalla, quién es Espartaco, prometiéndoles incluso salvar su propia vida, los esclavos, al principio de uno en uno , y luego ya todos finalmente en masa, responden "yo soy Espartaco", en uno de los momentos más emocionantes y solidarios de la película.
       (nota: No puedo evitar acordarme de una clase en que, después de haber visto la película y contestando a la habitual guía de trabajo, una de las preguntas que se planteaba en forma de dilema era la de qué hubieras hecho tú en el lugar de los esclavos. Casi no pude contener la risa cuando uno de los alumnos contestó como lo lo más normal del mundo "yo me hubiera callado y no hubiera dicho nada, a ver si por hablar me iban a coger también a mí". n fin, que lo tenía claro).
       Volviendo entonces al tema de la identidad, en las dos películas se juega con este motivo, en Gladiator de forma clásica, mediante la escena de reconocimiento en el Coliseo, en Espartaco, que se mantiene hasta el final y esta identidad tiene un carácter colectivo, asociado a la revuelta social, en la escena del final de la batalla. Decir Espartaco es decir libertad, abajo la esclavitud, mientras que Máximo solo quiere alcanzar su utopía, su bienestar, de forma particular, familiar, aunque sea en el más allá. Es más, ya lo dice desde el principio, también en un  claro distanciamiento de los planteamientos sociales de Kubrick, Máximo no quiere ir a Roma, nunca ha estado ni querrá ir, el prefiere su villa, sus tierras y su familia, nada más.

(nota, cf.  http://www.encadenados.org/rdc/fahrenheit-451/3834-yo-soy-espartaco-de-kirk-douglas).

Gladiator vs. Espartaco: los gladiadores negros Draba y Juba

Los gladiadores negros Draba y Juba:
       
Draba, el gladiador negro de Espartaco, rechaza tener amistad con él, aunque luego sacrifica su vida por él.  Por su parte, Juba, en Gladiator, es quien le cura las heridas y quien entabla la primera relación de amistad con Máximo.

       En Espartaco tenemos la figura del actor Woody Strube, conocido por muchas otras películas del Hollywood clásico (El sargento negro, ...) En esta película juega un papel extraño y, si lo comparamos con el númida de Gladiator, casi opuestos. Es él quien primero le enseña las duras reglas del gladiador, no le dice su nombre, no acepta su amistad, es mejor ser desconocidos el uno para el otro, en cualquier momento, como así pasará (el tema épico de la MUERTE ANUNCIADA), en cualquier momento pueden enfrentarse en la arena ( y también así ocurrirá en la escena final entre Espartaco y Antonino), y no entabla ninguna relación con él, a diferencia de Juba.
       De todas formas, y haciendo un aparte en la comparación entre Draba y Juba, la escena final vuelve a enfrentar a espartaco y a su amigo Antonino en una lucha perversa a muerte ante Graco y sus hombres, otra vez la perversión del poderoso ante los esclavos y puesta en accion a través de la lucha de gladiadores, que ahora más bien parece un símbolo de la lucha de clases, la división de las clases sociales bajas, el juego de los poderosos con ellas, etc. , que más bien son un guiño al público actual que está viendo la película.

       
       En cambio, el gladiador negro de GladiatorJuba, numida del norte de África, es casi todo lo contrario, y parece que el director R. Scott se ha propuesto en esto llevarle la contraria al de Espartaco, S. Kubrick. 
       Juba es quien está más cerca de Máximo cuando lo recogen herido y casi muerto en su arrasada villa, quien está a su lado en los momentos de delirio que sufre Máximo en el viaje hacia el norte de África, con quien Máximo acepta a hablar de sus confidencias, al que el romano le confía finalmente su estado personal, su nostalgia de su familia, su necesidad de encontrarse con ellos en el más allá.
       Con este personaje numida es con quien aparece el tema religioso y escatológico de la película, ya visto en la religiosidad familiar que posee el personaje de Máximo. A Máximo lo hemos visto rezar de rodillas ante las figurillas de sus antepasados y de su familia. Ahora con Juba ya hablan claramente del más allá y de la necesidad de ir con los suyos cuanto antes de Máximo. 
       En este sentido, el gladiador es como Ulises, quiere regresar, volver, como el griego, a lo que es su hogar, su mujer, su hijo. Solo que ellos ya no están en la tierra, como si lo estaban Penélope y Telémaco en Ítaca, sino en el más allá, en esa villa pintada con tonos grises, pero que conserva la misma visión que la terrenal, vastos prados de cereales, pequeñas colinas, la villa en lo alto rodeada de cipreses.
       En este aspecto, Gladiator sale ganando con relación a Espartaco, pues el tema piadoso o religioso no aflora en esta película, quizás por su planteamiento principal, el de realizar una comunidad social aquí en la tierra y liderada por el líder Espartaco, que abolirá la esclavitud, la desigualdad y tantos otros asuntos quizás un poco anacrónicos para la época histórica que se narra, pero si muy de acorde con las inquietudes sociopolíticas que se vivían en Occidente en los años sesenta.
       Como decíamos antes, en la comparación entre Juba y Draba  un hecho claro si podemos establecer entre ambos personajes: los dos le salvan la vida al protagonista, uno a base de remedios curanderos y de acompañarlo en el trance de su recuperación, en el consuelo de sus penas, el otro cuando renuncia a darle muerte en la lucha a muerte ante Craso y sus damas acompañantes, y se rebela contra el propio espectáculo de gladiadores. En ambos casos vemos a este personaje de color que ayuda de forma decisiva al héroe y se sacrifica, en un caso más que en el otro , llegando a dar su vida por él.
       Otro tema clásico en las películas, los personajes están al borde de la muerte o sufren una muerte fingida o falsa muerte.

Gladitor vs. Espartaco: la provocación

La provocación: 

       Marcelo, el exgladiador vuelto en preparador de los gladiadores de la escuela de Batiato, provoca en su primer encuentro a Espartaco, recién llegado junto con los demás, a dicha escuela. Le golpea varias veces, a cada cual más fuerte, en el cuerpo de Espartaco, que aguanta resistiendo y conteniendo su ira creciente. Cuando ya parece que va a responder de cualquier manera y a soltar su rabia contenida, Marcelo se detiene, ha sido suficiente. Ha comprobado que el esclavo se contiene y eso es peligroso, se ve que es inteligente.
     En Gladiator tenemos una escena similar, se ve que también es un guiño a Espartaco. En la primera ronda de selección, cuando están probando por primera vez a los futuros gladiadores, el gladiador veterano Hagen intenta probar con Máximo. Le entrega una espada de madera de entrenamiento pero el romano la deja caer con desdén. El gladiador le sacude en el brazo, igual que en la escena de Espartaco. Máximo no combate, tampoco se irrita, aguanta, se contiene mientras el otro le sacude unas veces más a ver si reacciona. A la vista de que no hay respuesta, Próximo le indica que lo deje estar, que cese en sus intentos de comprobar su valía.

sábado, 1 de julio de 2017

Gladiator: "Mi nombre es Máximo Décimo Meridio, ..."

De Hispano a Máximo, o mi nombre es Nadie: 

   en este enlace se puede leer algo que escribimos hace tiempo sobre esta escena. Podríamos añadir otro elemento, ya típico desde la misma novela griega, el de la falsa muerte.

La falsa muerte. 

en efecto, como cualquier buen argunmento de folletín, en Máximo tenemos el tema de la falsa muerte. Se le da por muerto en Germania, cuando Cómodo lo manda ajusticiar a sus soldados, cabalgad hasta el alba y ejecutadlo. Pero Máximo no ha muerto, aunque para Cómodo si. De ahí tenemos que hacia la mitad de la película y Máximo reaparezca, además, de forma espectacular, pues es en el anfiteatro, después de un lucha gloriosa donde él ha destacado como combatienet y líder, reafirmando su fama.
Lleva un casco que oculta su rostro, su identidad. Es un casco de la invisibilidad, como el de Hades-Plutón, o como otros artilugios (nubes repentinas, ...) que se repiten en la tradición clásica hasta llegar al anillo de Bilbo o Harry Potter.
Máximo ha muerto para todos los efectos, ha ocultado su identidad. Se hace llamar "gladiador". Cuando Próximo le pregunta, elude responder. Se ha arrancado las siglas SPQR de su brazo, ha renunciado a su identidad, sólo busca olvidar, morir.
En esta escena Cómo le pregunta su nombre otra vez, y Máximo le responde de nuevo ocultando quién es. "Mi nombre es Gladiador", aún con el casco puesto, y le da la espalda al emperador.
Esto provoca la cólera del mismo, lo obliga a detenerse y a revelar su identidad. Es cuando tiene lugar la escena de reconocimiento o anagnóresis, típica de las tragedias y luegao empleada mucho en los folletines.


Gladiator: Próximo, personaje infernal. Las armas del héroe.

Las armas del héroe: 

   Como Aquiles, Eneas hasta Luke Skywalker, los héroes deben recibir en algún momento armas o artefactos que le ayuden en el desempeño de su misión. Normalmente son armas extraordinarias, con nombres propios incluso o forjadas por dioses o personalidades especiales, magos o hechiceros. Es el caso de Hefesto-Vulcano, o de Excalibur.
Las armas son las siguientes:
- un casco, y que nosotros sepamos no tiene referente clásico. Ahora bien, el casco, como el de Hades, cumple a la perfección su cometido, el de ocultar la identidad del personaje. Es un casco de la invisibilidad, como el que los Cíclopes regalaron a Zeus.
- una armadura, en principio sin ningún atributo especial. Más adelante, en la primera escena entre Máximo y Lucio, aquél le dirá que se ven dos caballos, sus caballos de su hacienda saqueada. Pero en el momento en que Próximo se lo entrega no tiene ninguna virtud especial, aunque sói lo es ya por el mero hecho de quien se la entrega, este personaje de vínculo infernal, en cierto modo feo, fiero e iracundo, el cual, sin embargo, tiene hasta virtudes oraculares, como tantos otros seres de este tipo. Es Próximo quien le dice cuál es el camino que tiene que segujir para alcanzar su objetivo , y el de Próximo también. "Yo no era ..., era el mejor porque me había ganado el cariño de la gente
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Próximo, personaje infernal:

   En Gladiator la escena puede pasar inadvertida, pues no es ninguno de estos personajes especiales, (aunque, en realidad, si lo es y mucho), divinidades o magos, sino un simple y aparente mortal, el que entrega las armas mágicas al héroe. Es Próximo, antiguo gladiador convertido en lanista.
Aunque, si nos fijamos más, el aparentemente mundano Próximo es un personaje, en realidad, mágico en el aspecto infernal. Sus primeras intervenciones y las restantes que salpican la película, están relacionadas con la muerte. 
Su nombre ya lo dice, se llama Próximo porque está más cerca de la muerte que de la vida.
Es el que guiará y conducirá a sus hombres, a los gladiadores, a la muerte.
Si, lo que parece una bravata es la verdad cierta que todos nos negamos a admitir, y los gladiadores los primeros, para lo que tienen que haciéndose a ella. 
La muerte nos alcanza a todos, somos polvo y ceniza, estará tan cerca de la muerte de sus gladiadores como sus madres lo han estado de sus vidad.
Así, pues, y podríamos sacar más datos relacionados con su aspecto infernal (su aspecto y mirada torva, cual Caronte, sus arengas y discursos a favor de la muerte; los escenarios en los que actúa, en los anfiteatros, en los momentos previos a las salidas a las luchas y la muerte, en el foso del Coliseo, con su aspecto oscuro más propio del inframundo; la escena de su muerte, ...). 
Aunque este aspecto de su personalidad está tan incorporado al papel que desempeña como lanista, a su papel como comerciante de gladiadores, a su perfil humano de antiguo y famoso luchador, etc., que pueden hacernos pasar desapercibido.
En efecto,  visto así, Próximo es un personaje especial, mágico en el sentido de que es un personaje fronterizo, en la frontera entre la vida y la muerte, y como tal rol mediador, tiene ese carácter especial y mágico del que al principio parecíamos dudar. 
Y, precisamente él es quien le proporciona en esa escena las armas mágicas al gladiador, como en otros ilustres héroes.

Próximo, un nombre parlante: 

       En estas palabras vemos el origen simbólico del nombre de Próximo, cómo los guionistas lo han perfilado para que sea un personaje infernal aludiendo a la vinculación de él con el mundo de los muertos.

"Durante los próximos días, que serán los últimos de sus vidas miserables, estaré más cerca de ustedes que esa bastarda que los trajo gritando a este mundo. No pagué tanto para tener su compañía. Lo hice para poder beneficiarme con su muerte. Y así como su madre estuvo en el comienzo, yo estaré en su final".

  

sábado, 17 de junio de 2017

"La gran puta nos amamantará": guiños de Gladiator a otros peplum

       Me hallaba en un aula, viendo por enésima vez Gladiator, en nuestra opinión la mejor película de romanos hasta la fecha, habrá que esperar otros veinte años para que se vuelva a poner de moda, esto es, que nos hallábamos visionado dicha película en estos días finales de curso, con horas más tranquilas y relajadas, aunque esto nunca se sabe del todo, y, sí, aprovechando estas últimas clases para el exposición del género del peplum en las nuevas generaciones.
       Pues para ellos, salvo notables excepciones, Gladiator es ya una película un pelín vieja, a la mayoría ni les suena o no la han visto, claro, ya tienen más recientes las últimas producciones de los últimos años, más ambientadas en el campo de la mitología (la saga de Furia e Ira de Titanes, Titanes, ...), la sí que impactante 300, las más recientes dedicadas a Pompeya y el Vesubio, o la más reciente, una nueva revisión de la famosa Ben-Hur.
       Y en todas ellas echa uno en falta el vigor y el trasfondo histórico de los grandes peplum, incluyendo las versiones que enlazan Roma y el cristianismo, como Quo vadis, y que alcanzan su mayor expresión en el cine de los años sesenta con películas como la propia Ben-Hur, La caída del Imperio Romano y la excelente Spartacus, para llegar a la que podríamos considerar la genuína heredera de estos clásicos, Gladiator.
       A continuación, comentaremos algunos guiños, ya comentados desde hace lustros pero para uno nuevos, de escenas de Gladiator con algunas de estas anteriores películas del peplum en general, guiños y comentarios salteados, de aquí y allá, pues  nuestro conocimiento solo se limita al mero visionado despreocupado de las mismas cuando de tarde en tarde, y especialmente en celebrados días festivos, las reponen.

1. LA GRAN PUTA NOS AMAMANTARÁ: como vemos, en el guión, y como es propio del buen cine, no hay frase que no deje a uno impasible. "La gran puta nos amamantará" es un taco expresivo que lanza el lanista Próximo en la conversación que tiene con Máximo, cuando le comunica que van a ir a la gran Roma a participar en los juegos organizados por el joven emperador en memoria de su difunto padre Marco Aurelio.
Ya se sabrá a qué hace referencia esta frase que, al principio, destaca por la grosería de la expresión. Ya es un lugar común en las película modernas el considerar a la ciudad, a la urbe, como una gran madre, opresiva, absorbente, e incluso en términos despectivos, como una gran puta.
En el caso de Roma esta frase está claro que se conecta con el mito de fundación de Roma y sus distintas versiones. Así, Próximo y Máximo se ven instalados también en el mito de fundación de Roma, pues la frase hace alusión al mito de la loba y el amamantamiento de los gemelos Rómulo y Remo.
También es sabida la otra versión, racionalista, del mito, donde la loba no era tal sino una lupa en sentido sexual, una prostituta, que hubiera sido la que cuidó a los abandonados niños. 
Por tanto, se mezcla en la expresión grosera e insultante de Próximo el mito de Rómulo y Remo, la versión de la loba y la prostituta, con la aventura que van a iniciar de nuevo el lanista frustrado de tantos años actuando en provincias, y Máximo, deseoso de cumplir su venganza contra la figura del emperador Cómodo. 
Y con este impactante insulto a la megalópolis, que se contrapone con  de la fastuosa entrada triunfal de Cómodo en la ciudad de las escenas anteriores, con sus luces y sombras, con esta gran exclamación de futuro, se emprende la nueva aventura de estos dos nuevos marginados, en sentido más o menos real, como son Próximo y Máximo, que vuelven a la ciudad entrando, como en las buenas tragedias griegas, como desconocidos, pero con el ansia de recuperar el merecido respeto, su dignidad perdida. 
Como en la leyenda lo habían sido los gemelos cuando fuero despojados de su linaje real por el usurpador tío Amulio, así Próximo, Máximo y una serie de marginados que se ñes irán uniendo, llegarán a Roma con el deseo de fundar una nueva ciudad, la que soñó Marco Aurelio, el sueño, la idea de Roma.

martes, 30 de mayo de 2017

Guanche y bincheni

"...Binchinibechini, bincheni, el prefijo de esta  palabra es el prefijo ben y no bin, si bien los berberólogos han supuesto que se trata de forma igual al demostrativo bereber wi-n = “el de”. La forma bin no aparece en Canarias casi nunca; y en Tenerife nunca; y las pocas veces que aparece es de seguro cambio por ben....

GUANCHE (Núñez de la Peña), BINCHENI (Abreu Galindo. 1), “un tinerfeño”, VINCHENI (Abreu Galindo. 2), “naturales de Tenerife”. La primera palabra es una reducción de (g)wa-n-chinet  “el de chinet (Tenerife)”. Las otras dos forman son de  wi-n-chine: ui es el plural de wa, “´el, “éste”, el que”. En castellano ui podría escribirse bi, vi. Para chinetchineche, cfr.: (Zen.) tiniq “una gruta, cueva”. (Abreu Galindo. Nef.) Tanut, el diminutivo de anu, ”un pozo”. Viera hace derivar la palabra guanche de guan, hombre, en dialecto de Tenerife; pero nada encontramos en los vocabularios bereberes que puedan garantizar esta significación. Hemos reconocido la omofonía de la palabra guanches con la de guanscheris o guanseris, con la cual se designa  una tribu bereber, que habita las montañas del mismo nombre (Djebel ouanseris) a 20 leguas más o menos al sur de cabo Tenez, del otro lado del Cheliff. Es sabido que en berbería toman su nombre generalmente de las tribus que las habitan; el Edrisi las llama Wanschyrs y en el número de las tribus de este territorio o de esta filiación, nombra los Haouaritas (Los habitantes de la isla de La Palma.) ...

En cuanto Bincheni tengamos en cuenta que los españoles empleaban indistintamente la V por la B; así pues el nombre de Bincheni es una corrupción del de Ben-y’cheni o Beny’chinerfe es decir la tribu de Chenerfe, o los hijos de Tinerfe, según los historiadores de la conquista. Por su parte George Glas, teniendo consideración a una cierta analogía de sonido entre la Z y el Ch de los españoles, deriva el nombre de Vincheni de los Zeneti o Zenetah, una de las cinco grandes tribus bereberes, pero hubiera sido más natural encontrar los Zenetah en el nombre de Henetah, dado por los antiguos habitantes de la isla a un pueblo del menceyato de Güímar (Los Genetos). Es plausible si la primera interpretación es admisible, la denominación de Tenerife o de Chenerife según los españoles de la edad media, será tal vez la reunión de dos nombres desfigurados por la mala ortografía: Chenetah por Zenetah, unidos a la palabra Rif, y de aquí Zenet’rif, es decir, la playa o el país de los Zenetah.

(tomado de http://elcanario.net/Benchomo/mazigioscanariosepgr20.htm)