REPETICIÓN DEL ESQUEMA TEMÁTICO.
* Se considera como hecho histórico la versión, seguramente habrá otras interpretaciones, del suceso del fallecimiento de Jarkov, hijo de Stalin.
El sacrificio de Ifigenia, al que alude en perífrasis el título del relato, La hija de Agamenón, quizás dejando innombrada simbólicamente el dicho nombre, es un tema o asunto literarioue s va repitiendo, con otros personajes, en otras situaciones, principalmente la Albania innombrada del relato o cualquier país bajo una régimen totalitaria, en Europa o en cualquier otro lugar, a lo largo de la novelita, y le va dando coherencia y ligazón, además de reforzar desde múltiples repeticiones, el mensaje que está presente en esta obra.
Así, el mito y sacrificio de Ifigenia por parte del jefe de los aqueos Agamenón es el referente culto y literario al que acude el protagonista, cuando él mismo sufre la ruptura con su amante, Suzana, a causa de la inminente proyección política de su padre. El protagonista identifica casi instantáneamente como un sacrificio de su novia como la joven del mito.
El relato del mito es el que le da un refuerzo al relato a la novela, pues está detallada y reinterpretado detallistamente en varios capítulos, en el Dos, el Ocho el Once y el Doce.
Pero, dejando la historia de Ifigenia y su paralelismo con la experiencia amorosa del protagonista, otra historia similar renueva y repite el esquema literario. Se trata de la historia de Stalin y de su hijo Yákov. Una historia al parecer bien conocida en aquellos países del Este en aquellos años de la extinta URSS. Se trata, de igual modo, del sacrificio, al parecer, de su hijo Yákov por parte del todopoderoso líder político y pater amantísimo de la patria soviética, J. Stalin.
En este caso, se repite el leit motiv recurrente del sacrificio de un inocente, un hijo en este caso, en aras del proyecto común, supuestamente.
De igual manera, aunque no tan evidente, se encuentra el relato popular de los Balcanes, la historia de Qeros. Aunque aquí lo que prima es el sacrificio del personaje, más allá de todo lo demás.
Por último, creemos, se podría reinterpretar todo el relato de LHDA en clave nacional y social. Ifigenia, Suzana, Yakov, y todos los que se quieran añadir, no son sino episodios singulares de sacrificio, que en la novelita de Kadaré aluden, de forma metafórica, a toda una comunidad, a toda una sociedad, y, especialmente, a sus jóvenes. La juventud albanesa, innombrada siempre, de estos años de represión totalitaria, al igual que los tres jóvenes nombrados antes, ha sufrido un sacrificio del mismo grado y horror que estos.
El motivo del sacrificio de la juventud inocente e ingenua, sea el del mito, Ifigenia, el del relato de Kadaré, Suzana, o el histórico, al parecer, de Yákov, viene a identificarse, por extensión y metafóricamente, en clave de fuerte y radical denuncia social y política en la situación de toda la masa juvenil de una sociedad, sacrificada como aquellos por el dogma y las ansias de poder totalitario de unos líderes, encumbrados en aquellos años y encastillados en un ámbito de poder represivo y moralmente cruel.
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