jueves, 30 de julio de 2020

EL CONTACTO CON LAS MUSAS DEL HELICÓN Y LAS DE MANHATTAN (A PROÓSITO DE NADA) (10)

 

, ... elevan en la noche su hermosa voz y loan a Zeus tempestuoso, ...

En otro tiempo, a Hesiodo eneseñaron ellas un hermoso canto mientras apacentaba él sus rebaños bajo Helicón sagrado. ...y me dieron como báculo pastoril una rama de verde laurel admirable de coger; y me inspiraron una voz divina, con objeto de que pudiese yo decir las cosas pasadas y futuras; y me ordenaron que cantase a la raza de los dichosos Inmortales y a ellas mismas, que cantara siempre desde el principio hasta el fin. 



"... Y un día me cambió la vida cuando mi padre  me llevó a Manhattan para compartir conmigo lo que hoy se llamaría "un momento importante"... Yo tenía siete años y hasta entonces solo había visto Brooklyn. 
Tomamos el metro, nos bajamos en Times Square, subimos las escaleras y salimos a la superficie en la esquina de Broadway con la Cuarenta y dos. Yo estaba estupefacto... Una hilera interminable de salas de cine subiendo por Broadway y cubriendo ambas aceras de la calle Cuarenta y dos. Mujeres estilosas... Tipos que tocaban por dinero. El cartel de la tienda de ropa Bond, el cartel del cigarrillo Camel...
De modo que subimos por Broadway, pasando delante de una sala de cine tras otra y por los restaurantes... Entramos en varios salones recreativos, comimos salchichas... y tal vez viéramos alguna película. Yo era tan pequeño que no me acuerdo bien, salvo que experimenté una pasión instantánea por Manhattan y, con los años, regresé cada vez que se me presentó la oportunidad. Para mi no hay recuerdos más dichosos que hacer novillos, subirme al tren en la Avenida J de Brooklyn y viajar hasta la ciudad. A esa hora el Paramount ya estaría abierto y yo veía una película y el espectáculo de variedades..."

   Parece en verdad el encuentro maravilloso, la epifanía deslumbrante de las ninfas artísticas, ya no las de Hesiodo, sino las del cine y los espectáculos de variedades, la que se ha apoderado del joven Allen para no abandonarlo ya más. 
   Al igual que el poeta de Beocia, que tiene una visión descansando en el monte, en el que ve un cortejo de ninfas y musas que le hablan, Allen se ve deslumbrado por el ambiente maravilloso, eso sí, de la cultura popular, los cines, la mezcolanza de gentes, los anuncios, los espectáculos, ... de la ciudad de Manhattan, tal cual ahora monte Helicón, por la que, al igual que el poeta griego, se siente irresistiblemente atraído. 
   Es una especie de consagración temprana en el mundo de las artes y los espectáculos populares, del que él luego se convertirá en un autor de renombre. Aunque esto no lo dice ahora, como sí lo destaca el poeta griego.
Es claro que se opone totalmente al ambiente idílico, bucólico y sagrado del poeta con las musas de Helicón, el contraste es total. 
Por un lado, la visión griega del poeta es la del autor como un personaje con una misión y función sagrada y religiosa, al mismo alcance que un sacerdote, con el que comparte cierta funciones de interlocutor, además de una visión elitista de su labor creadora, solo dirigida a loar a los dioses y a las musas. 
Por otro, tenemos a un representante de la cultura popular, desacralizado, un autor profano, propio de una cultura urbana, en una sociedad de consumo, de masas, como es el espectáculo que ofrece Broadway. 
Pero como si dijéramos, el momento de iniciación y deslumbramiento en uno y otro es similar y el atractivo igual de efectivo.
Como decimos, es una comparación superficial de los dos momentos, pero el efecto que manifisean uno y otro tienen cierto parecido

martes, 28 de julio de 2020

LOS MAESTROS MALTRATADORES (A PROPÓSITO DE NADA) (8)

En el epigrama LXVIII del libro IX de epigramas, Marcial se acuerda de los insensibles y azotadores maestros de escuela, quienes, además, no le dejan dormir al comienzo de la mañana. No ahorra adjetivos gráficos dedicados a estos personajes algo siniestros en la Roma de la época.

Quid tibi nobiscum est, ludi scelerate magister,
Invisum pueris virginibusque caput?
Nondum cristati rupere silentia galli:
Murmure iam saevo verberibusque tonas.

“¿Qué tienes tú conmigo, criminal maestro de escuela, persona odiosa para niños y niñas? Todavía los gallos crestados no han roto el silencio: ya estás tronando con tu espantoso sonsonete y tus palmetas”.

Dos mil años después, W. Allen, y muchos otros, claro, sigue en esta su autobiografía con otro recuerdo imborrable de estas escuelas grises, l´bregas y maltratadoras. Tal que parece no haber pasado los dos mil años entre un autor y otro.

" ... Dejadme expresarlo con delicadeza: el plantel docente consistía  en mujeres irlandesas de pelo azulado como las que un director de casting escogeís para que interpretaran el papel de monjas estrictas y maltratadoras. Una vez la señorita Reid, la subdirectora, me hizo subir un piso por las escaleras arrastrándome de una oreja...".

domingo, 26 de julio de 2020

RECUERDOS DE LA ESCUELA EN HORACIO Y A PROPÓSITO DE NADA (8)

RECUERDOS DE LA ESCUELA EN HORACIO Y W. ALLEN.


"... causa fuit pater his.qui macro pauperagello
noluit in Flavi ludum me mittere, magni
quo pueri magnis e centurionibus orti,
laevo suspensi loculos tabulamque lacerto,
ibant octonos referentes Idibus aeris,
sed puerum est ausus Romam portare docendum
artis quas doceat quivis eques atque senator
semet prognatos...

" ... de esto la causa fue mi padre, que, pobre de magro 
terrenito, no quiso enviarme a la escuela de Flavio,
adonde iban grandotes niños de grandotes centuriones
con cartera y tablilla colgada del brazo izquierdo,
y los ocho sesetercios al mes cada día de pago,
sino que se llevó a su niño a Roma para enseñarle
las artes que cualquier caballero o senador enseña a
sus propios vástagos..."
Sátiras, I, 10, 70 ss.


"...(Mi madre) Una vez vio los resultados de un test de coeficiente intelectual que me hice a los cinco o seis años y, aunque no voy a revelar la puntuación, sí diré que quedó impresionada. Le recomendaron que me matriculara en el Hunter College, una institución especial para niños listos, pero hacer el extenso trayecto en tren desde Brooklyn hasta Manhattan cada día era demasiado duro para mi madre o mi tía, que se alternaban para llevarme en metro. Así que me mandaron de vuelta a la escuela pública Nº 99, un colegio de maestras retrasadas. Yo detestaba todas las escuelas ..."


   Mutatis mutandis, esta famosa escuela de Manhattan, el Hunter College, debería tener el mismo valor que la prestigiosa escuela del maestro Orbilio en Roma, a la que el dispuesto y preocupado padre de Horacio envió a su hijo, evitando la escuela de su localidad natal, Venusia, donde no veía a su hijo criándose en un ambiente quizás difícil para él, hijo de un liberto, adonde iban orgullosos hijos de los centuriones que habían llegado a la ciudad con motivo de un reparto de tierras. 
   Allen, por su parte, no tuvo esa suerte, digamos, y tras unos cansados viajes en metro de su familia, de una a otra punta de la ciudad, por llevarlo a una esmerado Hunter College, retorna, a diferencia del venusino, a la escuela de su barrio, la anónima Escuela Pública Nº 99.
   Aunque, tal como afirma Allen, el haber ingresado en la Hunter College no hubiera servido de nada, pues, siempre con su tono escéptico final,  "detestaba todas las escuelas".


" Yo odiaba, aborrecía y despreciaba la escuela. No había nada en la escuela Pública Nº 99, con sus maestras estúpidas, prejuiciosas y retrógadas, que pudiera recomendarse. Estoy hablando de principio de los cuarenta... Pero no era solo el aquelarre de maestras, era toda aquella rutina regulada, diseñada para asegurarse de que nadie aprendiera nada...".

sábado, 25 de julio de 2020

NON OMNIS MORIAR Y A PROÓSITO DE NADA (7)

     Horacio, en su Oda XXX del libro tercero, hace una loa a su trabajo de poeta y una reivindicación de la poesía como in arte digna de otras construcciones humanas. De ahí esas comparaciones que pueden parecer un tanto altisonantes, y esa expresión que ya ha formado parte de los tópicos literarios, Non omnis moriar.
Aquí dejamos un fragmento y una traducción.

Exegi monumentum aere perennius
regalique situ pyramidum altius,

quod non imber edax, non Aquilo inpotens

possit diruere aut innumerabilis
annorum series et fuga temporum.
Non omnis moriar multaque pars mei
uitabit Libitinam; usque ego postera
crescam laude recens, ...

Un monumento me alcé
más duradero que el bronce,
más alto que las pirámides
de regia, fúnebre mole.
Uno que ni el Aquilón
ni aguaceros roedores
vencerán, ni cuantos siglos
rápido el tiempo amontone.

Yo no moriré del todo:
gran parte de mí a los golpes
vedada está de la Parca;
e irá creciendo mi nombre,
fresco entre coros de aplausos
de nuevas generaciones,
...


Q. HORATI FLACCI CARMINVM LIBER TERTIVS, XXX

File:Non omnis moriar (3557442639).jpg - Wikimedia Commons

   En la autobiografía de W. Allen, la última frase con la que concluye el libro, como buen poeta clásico, la dedica precisamente a este sentimiento de recuerdo o fama futura que dejará el autor para la posteridad. En esto, igual que Horacio y la mayoría de aurores y artistas que han existido, da respuesta a ese sentimiento común en todos.
   Es curioso que efectivamente, deja la última frase del libro para esta cuestión, tal como hace Horacio cuando reivindica su obra con tanta contundencia en estos versos de su oda XXX del libro III

   Las palabras de Allen son las siguientes:

" ... Y, en serio, ¿es verdad que no me interesa dejar un legado? Ya me han citado antes al respecto, de modo que lo expresaré de la siguiente manera: más que vivir en los corazones y en las mentes del público, prefiero seguir viviendo en mi casa".

   Como siempre, siguiendo su esquema del chiste cómico, pero no por ello menos serio, empieza la frase con la cuestión decisiva, la impresión que dejará su obra en la posteridad, "¿es verdad que no me interesa dejar un legado?". Cuando uno espera alguna reflexión a la altura de tal pregunta, se va por la tangente y nos sorprende, nos hace sonreír, dando su particular giro sorpresivo y su particular y chocante visión a este tópico literario, "más que vivir en los corazones y en las mentes del público, prefiero seguir viviendo en mi casa". 
   Es decir, concluye su relato, su autobiografía, repitiendo el esquema cómico que ha prodigado a lo largo de todo el relato y que es el esquema básico de la comedia y el chiste. Y lo hace, además, como conclusión y telón de fomdo, y acerca de una cuestión nuclear en la vida de todo un artista. En esto ha seguido la misma trayectoria con la que se ha mantenido en todo el relato.
   Aunque cambiando la respuesta, sigue un tópico o molde que ya venía desde los clásicos y es un lugar común en el mundo del arte y los artistas, el valor de su obra, su relevancia, cuál será su fortuna y recepción en los tiemos futuros.
   La respuesta de Allen es todo lo contrario a la horaciana, aunque no lleguemos a crérenosla del todo, sin embargo. Pero, aun así, lo importante no es ya la respuesta, sino la formulación de la misma pregunta.
   La respuesta que da Allen parece semejarse más al tópico de la áurea mediocritas, del que se ha ido dejando retazos a lo largo del libro, y parece coincidir más con su ideal de vida que el de Horacio con el suyo. Con un golpe de efecto cómico y una visión escéptica de toda, responde a esta cuestión principal de todo artista con un golpe de efecto cómico, de paso respondiendo a una de las preocupaciones con las que comienza el libro y su vida, la cuestión de la vida del hombre y el sinsentido de la muerte.
   Parece querer decir que por encima de la gloriosa fama y gloria, lo que él prefiere es la vida, dolorosa o sonriente, anónima o renombrada, pero la vida por encima de todo.
   Hace un juego de palabras con el sentido del verbo preferir, y cambia el complemento que va con el verbo, oponiendo algo abstracto y elevado, glorioso e inmortal, "vivir en los corazones y en las mentes del público...", por un preferir terrenal y humano, "seguir viviendo en mi casa", cual Odiseo cuando la ninfa divina Calipso le propone la inmortalidad y él, consciente de su condición humana y mortal, prefiere regresar a su Ítaca natal con su familia.
   El efecto cómico y la variatio personal de Allen consiste, pues, en jugar con los valores del verbo preferir con sus complementos, y oponer a un preferir con valores elevados y gloriosos otro preferir de significado opuesto, simple y llano,  y contradictorio al valor del anterior.

   Al mismo tiempo, escéptico, materialista o epicúreo, después de la muerte cree que no hay nada, de ahí el descreimiento de todo aquella retahíla de glorias que pueda traer consigo una posible fama o renombre posterior a ella. Como antes con Odiseo, también recuerda en algo al Aquiles desolado, sombradel Hades, que termina por aceptar el valor superior de la vida y a cualquier precio, aún siendo el más mísero porquero que transitara por ella.


jueves, 23 de julio de 2020

LAS DECISIONES DE LOS JUECES δωροφάγοι (A PROPÓSITO DE NADA) (6)

   El desdichado poeta Hesíodo en el siglo VIII a.C. tuvo un pleito por una herencia con su hermano Perses. Es el tema de su obra rabajos y días, donde da consejos morales a su hermano y pone en solfa a los jueces bien proclives al engaño y la corrupción. 
   Al igual que el poeta griego, W. Allen se las tiene que ver también con la justicia y con un juez en concreto, el juez Wilk, al que critica claramente por la cantidad de decisiones perjudiciales para él que dicho juez llevó a cabo en el proceso que tuvo con la actriz M. Farrow.
   Algunas frases sueltas de la opinión que le merecieron las decisiones del juez Wilk son las siguientes:
"El juez de la audiencia de cusTodia era Elliot Wilk, quien me odió desde el momento en que me puso los ojos encima", "...las irresponsables fechorías Wilk...", "... ¿Y por qué se esforzaba y se retorcía tanto para encontrar la manera de ayudar a Mia?", "... El procedimiento de custodia llegó a su fin ..., el juez Wilk hizo todo lo posible por redactar el sumario que más daño pudiera hacerme..."
   Todavía hay algunos comentarios y reflexiones más, pero queda claro la parcial justicia, que el autor sintió que se ejercía sobre él, por parte de este juez, y como no tiene empacho en calificarlo de cualquier manera, aunque es claro que no es un δωροφάγοι de los que le tocaron al poeta griego.
   Es claro, pues, que en seguida le vienen a la mente las reflexiones y amargas críticas de Hesíodo contra los jueces, a los que llama "devoradores de regalos e interpretan las normas con veredictos torcidos...", "... ᾗ κ᾽ ἄνδρες ἄγωσι 220 δωροφάγοι, σκολιῇς δὲ δίκῃς κρίνωσι θέμιστας..."
  
 En este fragmento se ve la secuencia completa:
   "¡Oh Perses! Atiende tú a la justicia y no alimentes soberbia; pues mala es la soberbia para un hombre de baja condición y ni siquiera puede el noble sobrellevarla con facilidad cuando cae en la ruina, sino que se ve abrumado por ella. Preferible el camino que, en otra dirección, conduce hacia el recto proceder; la justicia termina prevaleciendo sobre la violencia, y el necio aprende con el sufrimiento. 
   Pues al instante corre el Juramento tras de los veredictos retorcidos; cuando Dike es violada, se oye un murmullo allí donde la distribuyen los hombres devoradores de regalos e interpretan las normas con veredictos torcidos. Aquélla va detrás quejándose de la ciudad y de las costumbres de sus gentes, envuelta en niebla, y causando mal a los hombres que la rechazan y no la distribuyen con equidad" 
(Hesiodo, Los Trabajos y los Días, 214-224)



Ὦ Πέρση, σὺ δ᾽ ἄκουε Δίκης, μηδ᾽ ὕβριν ὄφελλε·
ὕβρις γάρ τε κακὴ δειλῷ βροτῷ· οὐδὲ μὲν ἐσθλὸς
ῥῃδίως φερέμεν δύναται, βαρύθει δέ θ᾽ ὑπ᾽ αὐτῆς
215
ἐγκύρσας ἄτῃσιν· ὁδὸς δ᾽ ἑτέρηφι παρελθεῖν
κρείσσων ἐς τὰ δίκαια· Δίκη δ᾽ ὑπὲρ ὕβριος ἴσχει
ἐς τέλος ἐξελθοῦσα· παθὼν δέ τε νήπιος ἔγνω.
αὐτίκα γὰρ τρέχει Ὅρκος ἅμα σκολιῇσι δίκῃσιν.
τῆς δὲ Δίκης ῥόθος ἑλκομένης, ᾗ κ᾽ ἄνδρες ἄγωσι
220
δωροφάγοι, σκολιῇς δὲ δίκῃς κρίνωσι θέμιστας.
ἡ δ᾽ ἕπεται κλαίουσα πόλιν καὶ ἤθεα λαῶν,
ἠέρα ἑσσαμένη, κακὸν ἀνθρώποισι φέρουσα,
οἵ τέ μιν ἐξελάσωσι καὶ οὐκ ἰθεῖαν ἔνειμαν.



domingo, 19 de julio de 2020

EL MECANISMO DEL CHISTE Y DE LA COMEDIA (A PROPÓSITO DE NADA), (5).


     Leyendo el comienzo del artículo "El mundo de las comedias de Plauto en el film Poderosa Afrodita de Woody Allen", de  Katarzyna Krystyna Starczewska, en ARTES AD HVMANITATEM II, 2010, p. 302, nada más empezar viene un fragmento que podemos aplicar al mecanismo de contrstrucción de los relatos y escenas que cuenta W. Allen en su autobiografía. Dice así:


         "Las reglas para crear una buena comedia son idénticas a las que construyen un chiste, como este: Ἒστειχε δ’ ἔχων ὑπὸ ποσσὶ χίμεϑλα “caminaba llevando en los pies sabañones”2 . Es una ilustración presentada por Aristóteles para ejemplificar que lo que despierta la risa es un tipo de sorpresa que uno siente cuando la trama sucede de manera diferente a lo esperado. En la frase citada uno espera oír la palabra ‘sandalias’ en lugar de la finalmente mencionada, ‘sabañones’3".

     Esta forma de relatar y narrar su autobiografía es frecuente y continua en el libro. Se podrían citar ejemlos continuamnete. Sin ir más lejos, en el último comentario hecho sobre el encuentro entre W. Allen y Bergman se ve este mecanismo. Lo que supone lo máximo para Allen, poder charlar y hablar de todo con su figura más idolatrada del mundo del cine, Ingmar Bergman, termina de forma chistosa, es decir, con algo ineserado que no se seguiría de tan estimulante relación. 
     Cuando todo parece que Allen va a contar alguna cosa imprtante de sus encuentros con el director sueco, corta la historia, indica que Bergman, en un arranque de confianza y complicidad, lo invita a visitar su anónima isla. Y , en contra de lo esperado, Allen se sale por la tangente, califica aquella visita como incómoda de llegar, a una isla que es rusa y donde solo hay ovejas y yogur.
     Así , con este golpe de efecto inesperado que provoca la sonrisa, concluye el episodio de sus contactos con el director sueco.

jueves, 16 de julio de 2020

SI EL MEJOR CINEASTA NO SABE, ¿CÓMO PODRÍA SABERLO YO? (A PROPÓSITO DE NADA) ( 4)

En todo el libro y con la gran cantidad de personajes que desfilan por sus páginas, hay algo de cierta  indagación llamemos un poco superficialmente "socrática" de W. Allen.
Ya hemos visto antes, cuando comentamos el mito de Sísifo, los encuentros de Allen con los inversores y productores de sus películas, y la conclusión que saca,, en algunos casos decepcionate: "si es graciosa, es rentable"
Ésta  indagación le lleva también a descubrir en alguno de los personajes que conoce, a verdaderas personalidades que no aparentan lo que no son.
En el caso de su admirado Ingmar Bergman es claro:

"Cené con Bergman y él y yo entablamos  muchas y extensas conversaciones telefónicas  donde no hacíamos más que cotorrear. Él padecía de las mismas inseguridades  que padecemos todos; por ejemplo, se presentaba en el plató y de pronto lo sobrecogía el pánico porque no sabía dónde colocar la cámar. para mí él era el mejor cineasta de mi tiempo y resulta que tenía el mismo miedo que yo. Si él no sabe cómo ubicar la cámara para conseguir la toma más eficaz, ¿cómo podría saberlo yo? Pero, de alguna manera y a pesar de la ansiedad, siempre nos arreglamos  para encontrar el punto preciso o, al menos, él sí..."

Sócrates, por su parte, cuando empieza su indagación en busca de quién es el más sabio, se tropieza con todo lo contrario, personajes que parecen ser sabios, no siéndolo.
"Me dirigí a uno de los que parecían ser sabios, en la idea de que, si en alguna parte era posible, allí refutaría el vaticinio y demostraría al oráculo: «Éste es más sabio que yo y tú decías que lo era yo.» Ahora bien, al examinar a éste - era un político -... experimenté lo siguiente, atenienses: me pareció que otras muchas personas creían que ese hombre era sabio y, especialmente, lo creía él mismo, pero que no lo era. 
... Al retirarme de allí razonaba a solas que yo era más sabio que aquel hombre. Es probable que ni uno ni otro sepamos nada que tenga valor, pero este hombre cree saber algo y no lo sabe, en cambio yo, así como, en efecto, no sé, tampoco creo saber". 

En estos fragmentos, salvando las distancias, se ve un modo parecido de dialogar y de indagar entre los dos personajes. Ambos van en busca de una seguridad y una certeza que en realidad no es fácil de conseguir.
En el caso de Allen, su contactos con su admirado Bergman no lo defraudan, como Sócrates con el político, pues el director sueco no aparenta ser más sabio que él y, es más, experimenta y le manifiesta las mismas dificultades e nseguridades que tiene el propio Allen a la hora de su trabajo ante la cámara.
La reflexión que sigue de Allen es parecida a la de Sócrates: "Él padecía de las mismas inseguridades  que padecemos todos; ... de pronto lo sobrecogía el pánico porque no sabía dónde colocar la cámar. Si él no sabe cómo ubicar la cámara para conseguir la toma más eficaz, ¿cómo podría saberlo yo?"
La de Sócrates, aunque sea decpcionante ante lo que acaba de descubrir, resulta parecida en su forma de razonar: "... Al retirarme de allí razonaba a solas que yo era más sabio que aquel hombre... este hombre cree saber algo y no lo sabe, en cambio yo, así como, en efecto, no sé, tampoco creo saber".

Los encuentros de Sócrates con políticos, artistas y artesanos, van siempre precedidos de la fama que tienen, la aceptación y el crédito popular que se les atribuye, y el ansia del filósofo de encontrar en ellos la sapiencia. Para ello dialoga mucho con ellos para indagar y conocer.
Los encuentros con el "sabio" Bergman, en cambio, son presentados de la forma más corrienta y hasta cómica que puede. Según Allen, cenó con Bergman, hablaron mucho y en extenso por teléfono, "donde", confiesa,  "no hacíamos más que cotorrear".
Para terminar sus encuentros con el cineasta, da su toque humorístico y personal, como siempre. Bergmann lo invitó varias veces a la isla donde residía el autor sueco, pero Allen rebaja de nuevo los que en otros sería una invitación suprema:
"Lo veneraba como artista, ¿pero quién desea subirse a un avión minúsculo para viajar a una isla propiedad de los rusos donde no hay más que ovejas y donde te dan yogur para comer? No soy tan fanático."



miércoles, 15 de julio de 2020

EL MITO DE SÍSIFO (A PROPÓSITO DE NADA (3)

Adrienne Mayor on Twitter: "Sisyphus, Sisyphean task, pushing a ...
El mito de Sísifo se le plantea el autor a la hora de constrir una obra dramática a la altura de sus admirados Chejov o Bergman, tarea que se le antoja totalmente imposible y de escasa aceptación de público, a pesar de sus repetidos intentos. 

De ahí que acuda a esta figura mitológica, famosa por tener un encargo imposible e inacabable, esto es, subir una piedra a lo alto de un monte y cuando ya estaba a punto de colocarla en la cima, la roca invariablemente se veneía abajo rodando por la ladera y Sísifo debía comenzar su tarea, interminable, de volverla a subir.

 El contexto es el siguiente. Después de Días de radio, W. Allen se plantea su siguiente obra, Septiembre .
"Como ya he explicado, yo tenía la intención de hacer algo chejoviano... Cuando terminé de rodar, uní todas las partes  y contemplé la obra que había forjado, pensé que si era digna de Chejov; de Moe Chejov, el fontanero... Pero... a pesar de que todos (los actores) ofrecieron unas actuaciones fabulosas, Septiembre naufragó...
Septiembre (1987) - FilmaffinityDe modo que después de demostrar que no era Chejov, me dispuse a demostrar que tampoco era Ingmar Bergman. Hice Another woman (Otra mujer) e incluso empleé al director de fotografía  de Bergman, Sven Nylvist. Al igual que Sísifo, me dispuse a empujar colina arriba la roca del drama serio y la satisfacción residió en intentarlo. Por desgracia, la roca no paraba de retroceder, y terminó aplastándome no sólo a mí sino también a mis inversores, que no sabían nada de Camus y preferían citar al gran desaparecido Jack Rollins: "Si es gracioso, es rentable"..."


Aquí vemos cómo W. Allen, de nuevo, reinterpreta el mito, el de Sísifo en este caso, y le da su peculiar toque aplicado a su circunstancia particular, y además, le da su toque chistoso, que quizás no lo fuera tanto.
Es verdad que hace una salvedad en el mito, cuando dice que "la satisfacción residió en intentarlo", quizás aproximándose a la interpretación existencialista que luego le dio Camus, esa precisamente que no entenderían los inversores. Aquí les da una nueva puntada, diciendo claramente que ellos, los inversores, están en el negocio de  las pelíulas por la rentabilidad y nada más. Y Allen reconoce que se ha salido del guión que su antiguo compañero y prductor le aconsejaba, "si es gracioso, ..."

Otra mujer (1988) - Filmaffinity
Por lo demás, Allen es ahora  el castigado Sísifo, y la roca colina arriba era le realización de un drama serio, en esta ocasión a lo Bergman.
Y, bien, dice que, a pesar de todo, lo intentó y en eso consistió la satisfacción. pero el esfuerzo y la labor era tan excesiva que acabo con él y sus intentos.

Y, en forma de toque gracioso, añade que no solo la piedra lo sepultó a él, sino a sus inversores, es decir, que a diferencia de Sísifo, Allen intentaba arrastrar la piedra montaña arrriba no él sólo, sino con un grupo de allegados, los inversores, que también acabaron arrollados en el intento, sin saberlo y sin saber nada de Camus, como dice en tono irónco ni, desde luego, de Sísifo.

En otro momento hará una escena paródica de la recepción de su grupo de inversores ante la nueva película que ha terminado, Sombras. Lo más inocente que se le ocurre a uno de ellos es exclamar "¡Siemore nos sorprendes, eh!".

lunes, 13 de julio de 2020

Afrodita anadiadoumene en el anuncio de Charlize Theron J,adore, con su cortejo de ninfas como si fueran las vírgenes castas del cortejo de Diana, esta vez descansadas de la caza y descansadas junto a un remanso íntimo del bosque, ajenas de toda mirada de cualquier mortal.





 Solo que por motivos de los tiempos que corren, la televisión y mis maestros media, el refugio aislado y secreto de Diana y sus ninfas es violentado no solo por el cazador Orión que entonces pasaba por ahí, sino por millones de televidentes que, sin movernos del sillón y por esa mirilla fantástica en que se ha convertido en este momento el televisor, disfrutamos de la visión y sin que ellas lo sepan.
O hacen no saberlo, quizás ya ni sin esa diosas y esas ninfas compañeras tan celosas de su intimidad y secretismo, ni, ahora, aunque no lo parezca, saben que sin observadas, millones de personas las están observando en el decreto particular del hodsfsr o la pantalla de cada cual.
Venus Afrodita sale por fin de esa piscina que es el remedio de la corriente del río donde otras veces se silazan, la cámara enfoca entonces atentamente sus pies, como si fuera un auténtica poesía griega y le gustarán representar esos versos del pie ovel tobillo que golpea y pulsa la tierra con sus elegancia
La cámara sbNdiona abandona el enfoque de los pies y los tobillos, todo, hay que recordarle, en un ambiente oscuro y dorado, y enfoca en primer lugar a la diosa, y luego tras de ella, a su cortejo que se pone toda como una sola en movimiento , siguiendo el ritmo candente y elevado de la diosa rumbo al frente, hacia la salida de aquel recodo íntimo de Diana y sus ninfas.
El baño ha terminado, la reunión secreta e íntima se levanta, y los mortales quedamos saldados con la delectación del momento único vivido.
Único, pero hasta que vuelvan a poner otra vez el anuncio y volvamos a quedar alejados ante tanta epifanía.
El cazador cazado, es decir, nosotros hemos sobrevivido  a la visión de la diosa. Quizás es que también ya ha cambiado. Quizás ha pasado de ser aquella diosa intratables terrible, reoufiosa de cualquier contacto varonil, ha pasado a convertirse en una estrella de la televisión, una actriz, cuya única forma de subsistir es sentirse mirada observada y seguida por miles y miles de ojos humanos.
Los televidentes, como el cazador Orión, quedamos metamorfoseado finalmente en hom videns, spoltrobadis en el sofá y convertidos después de una horas antes la pantalla, en insectos, por lo de los ojos, que cada vez se hacen más grande en proporción al uso de las pantallas que hacemos.
Orión en cuervo, nosotros telecosumudtsd en insectos articulados de ojos desproporcionados, la maldición de la diosa, finalmente, existía
Y todo esto por una colonia.

De oro, el color de Apolo, que por allí no aparece pero plana por sobre todo el momento anuncio de su diosa hermana Diana mezclada con la Venus anadiadoumene.

domingo, 12 de julio de 2020

HOMERO, LAS HOJAS Y A PROPÓSITO DE NADA (2)


Central Park en Otoño, Nueva York

Τυδεί̈δη μεγάθυμε τί ἢ γενεὴν ἐρεείνεις; 145 
οἵη περ φύλλων γενεὴ τοίη δὲ καὶ ἀνδρῶν
φύλλα τὰ μέν τ' ἄνεμος χαμάδις χέει, ἄλλα δέ θ' ὕλη 
τηλεθόωσα φύει, ἔαρος δ' ἐπιγίγνεται ὥρη: 
ὣς ἀνδρῶν γενεὴ ἣ μὲν φύει ἣ δ' ἀπολήγει. 

     Leyendo como iba leyendo la autobiografía de W. Allen, de vez en cuando me sorprendía algunas alusiones que se podían relacionar con el mundo antiguo.
     En determiado momento, justo cuando tiene que encerrarse en el piso, espléndido y que da a Central Park nada menos, para evitar a los paparazzi, ocurre que un rayo golpea en uno de los pisos superiores al suyo, veinte pisos más arriba, como cuenta.
   La cosa tuvo que ser seria, porque tuvieron acordonado el edificio varios meses y el autor, con su proverbial hipocondría, sufría de vez en cuando con la posibilidad de que se volviera a repetir el episodio y unos de esos rayos lo hiciera esta vez en su piso y mientras andaba escribiendo con su Olimpia. Así ya se imaginaba calcinado y quemado del todo.
   Es en esos pasajes cuando elogia la suerte que ha tenido al comprarse un piso que da al Central Park, las vistas que éste ofrece en las distintas estaciones del año, su preferida la primavera, la que menos el otoño, y explica  por el recuerdo de algunos episodios de su vida el por qué.  En cualquier caso, y además de lo que ha contado, lo que admira es la variación del color de los árboles a lo largo del año.
   Es cuando saca el tema de las hojas y los seres humanos, una comparación que ya encontramos desde la Ilíada.
En una en una de estas reflexiones deja caer las siguiente:

     "Por último, cuando mirabas por la ventana de mi ático y veías todas esas hojas cambiar de color, era una escena apabullante y aleccionadora a la vez. Apabullante porque los rojos y amarillos de la naturaleza superaban cualquier cosa que pudiera salir de los tubos de pintura, más allá de lo inspirados que estuvieran los pintores que los combinaran; y aleccionadora porque las hojas no tardaban en morir y caer al típico estilo chejoviano y entonces recordabas que tú también un día te secarías y caerías..."

El mismo fragmento lo encontranmos en Homero, la Ilíada:

"¡Magnánimo Tidida! ¿Por qué me preguntas mi linaje?
Como el linaje de las hojas, tal es también el de los hombres.
De las hojas, unas tira a tierra el viento, y otras el bosque
hace brotar cuando florece, al llegar la sazón de la primavera.
Así el linaje de los hombres, uno brota y otro se desvanece..."

En otra traducción:

Tidida valeroso, ¿a qué preguntar por mi linaje?
Cual estirpe de hojas, tal la de los hombres.
A unas hojas el viento esparce por el suelo, a otras el bosque,
reverdece y las cría, y llega el tiempo de la primavera:
así también la estirpe de los hombres, una crece, otra perece.
                                                                                                             Homero Ilíada VI 145-149

Τυδεί̈δη μεγάθυμε τί ἢ γενεὴν ἐρεείνεις; 145 
οἵη περ φύλλων γενεὴ τοίη δὲ καὶ ἀνδρῶν. 
φύλλα τὰ μέν τ' ἄνεμος χαμάδις χέει, ἄλλα δέ θ' ὕλη 
τηλεθόωσα φύει, ἔαρος δ' ἐπιγίγνεται ὥρη: 
ὣς ἀνδρῶν γενεὴ ἣ μὲν φύει ἣ δ' ἀπολήγει. 

Ahora bien, y como es característico, W. Allen no deja de poner su sello personal y humorístico a este pesimista y trágico tópico de los seres humanos y las hojas:
     "... Ese mismo, estúpido, brutal ritual les ocurriría a todos tus dulces y diminutos neutrinos: ¿qué sentido tenía entonces todo aquello? Por otra parte, todo es cuestión de pespectiva. Para un ser humano, las hojas de colores otoñales son un espectáculo maravilloso. Pero os garantizo que a las hojas rojas o amarillas les gustan más las verdes".

       Es decir, alarga un poco más la cita, le da la vuelta, se pone en el lugar de las hojas casi rompiendo la pesimista metáfora, corta la ilusión narrativa como en una parábasis, y de un modo chocante, hace a las propias hojas preferir, como es lógico, su colores primaverales antes que los funestos otoñales, arrancando cierta sons¡risa en el lectos.
Pues tenemos otra cita clásica dentro del la autobiografía.


5 cosas que pueden hacer en otoño en Central Park – Mi Viaje a ...

viernes, 10 de julio de 2020

SANTA SOFÍA A MEZQUITA

https://www.elmundo.es/internacional/2020/07/10/5f086f32fc6c83422f8b4705.html

A propósito de nada: la apología de Sócrates Allen


A propósito de nada, la autobiografía recién publicada de Woody Allen, tiene cierto aire a la Apología de Sócrates. Mutatis mutandis, podría titularse Apología de W. Allen.
Hasta el título tiene algo del "solo sé que no sé nada" de Sócrates.
La insistente opinión de Allen de que él no es un intelectual tiene cierto parecido con la definición de "filósofo" con la que se autodenomina Sócrates y Platón, para diferenciarse de los llamados "sabios", los sofistas.
El cuerpo central del libro tiene que ver con las acusaciones de que ha sido objeto Allen por parte de M. Farrow, y de las que se defiende con toda la verosimilitud que puede. De ahí lo de apología o discurso de defensa que tiene el libro en gran parte.
Igualmente, sufre el antiguo ostracismo, pues las últimas películas las ha tenido que rodar con capital y en escenarios europeos.
Con todo, el libro es ameno y sugerente, no hay momento de parada, y está salpicado de chistes y momentos ingeniosos.

jueves, 9 de julio de 2020

SIDI-CID Y EL LATÍN (2)

Comentamos en la entrada anterior el uso del latín en la novela Sidi, de Pérez Reverte. Allí vimos el uso ciertamente culto entre ciertos personajes de la novela, como el conde Berenguer, el árabe Mutamán o el propio Cid.
Aquí veremos otro uso, quizá más popular o coloquial, el del Padre Nuestro o Páter Nóster rezado en oración y en latín. De todas maneras, sólo lo vemos por boca del propio Cid, aunque sabemos que las misas se hacían en latín y estas oraciones eran populares entre el pueblo llano.
Por otra parte, el autor utiliza estos rezados en determinados momentos, justo en los de más tensión y violencia, es decir, antes de entrar en combate. Y, además, emplea una técnica curiosa, que es la siguiente: intercalar frases de a oración con la descripción de los momentos preliminares a entrar en batalla.
Así, en la batalla final frente a las tropas del rey árabe de Lérida y las tropas francas, los preliminares de la batalla utilizan esta técnica.
El primer ataque contra las tropas enemigas ha sido el de Diego Ordoñez, con infructuoso resultado. Ahora le toca atacar en segunda oleada a Sidi y su su grupo de hombres. Cuando se va acercando el momento del contacto directo con el enemig es cuando empieza a rezar, y en el relato lo va haciendo de forma intercalada con los momentos previos a la batalla.
Es decir, va diciendo una frase del Padre Nuestro,
"Pater noster, qui es in caelis, oraba entre dientes. Santificetur nomen tuum."
Y, a continuación, describe lo que está ocurriendo con los ojos y pensamientos del personaje el Cid.
Luego, otra frase del Páter Nóster
Advenian regnum tuum, y otra breve descripción de los preliminares de la batalla. 
Fiat voluntas
y una descripción.
Panem ...
Y descripción.
Sicut et ...
Y descripción.
Et ne nos ...
Y descripción.
Sed libera ..., amen.
Y aquí termina el Páter Nóster, cuando Sidi entra en combate.
"Entonces ... puso la mente en blanco - ...-, bajó la lanza, se afirmó en los estribos y arremetió gritando de furia:
Castilla, rugía. Santiago y Castilla ...
Empezó a luchar lo mejor que sabía, no ya por el rey de Zaragoza... En ese momento peleaba por su vida."

Aquí se ve el uso del latín como la lengua interiorizada cuando se enfrenta uno a algo vital, también como elemento, quizás, apotropaico; además, se supone que la oración Páter Nóster ha sido interiorizada desde la infancia en la propia lengua latina, y que no se la sabe en lengua castellana, pues no era su uso en tal lengua.
Esto es, vemos el uso sagrado del latín por la oración y plegaria, y que se emplea en los momentos de mayor tensión y riesgo para la vida del protagonista. El latín vinculado a su uso religioso, que es casi el determinate en la novela, aunque haya otros en que se utiliza de forma coloquial (cuando habla con el conde Berenguer) o como divisa militar (la que hay escrita en el escudo del propio Cid).

miércoles, 8 de julio de 2020

SIDI Y EL LATÍN (1)

Pérez Reverte y la Cultura Clásica.
Es ya sabido el manifiesto apoyo que ha tenido siempre el escritor PR por la cultura clásica.
Fue muy difundido su artículo sobre el tema, dedicado a su hija Carlota, y otros muchos sobre el tema, aparte de las menciones de pasada que pueda hacer en cualquiera de sus artículos.

En la última de sus novelas, Sidi, recreación de la figura del Cid campeador, también hace alusiones directas o indirectas al mundo clásico, en primer lugar con el latín, que aparece, aunque pocas, en algunas ocasiones.

CITAS EN LATÍN
En la escena final, en el extraño banquete que hay entre Sidi y el conde Berenguer Remont, éste se niega a compartir la mesa y la comida que le ofrece Sidi, una vez ya decidida la liberación del conde y sus otros caballeros francos.
Berenguer, el conde, sigue con su orgullo recalcitrante, Sidi-Cid solo le pide que acepte comer la pierna de cordero que le ofrece, y con eso quedará libre.

Dice Sidi:
- Vuestro rescate es veros comer.
- ¿Qué?
- Lo dicho -señaló el plato que el otro tenía delante - Hacedme la inmensa...
- No te entiendo.
- Pues lo he dicho en lengua limpia de Castilla.
- Quizá no domino del todo tu lengua.
- Pues siento no manejar bien la vuestra, pero os lo puedo decir en latín: ede, et liber eris.
El conde abrió la boca medio palmo. Lo miraba, incrédulo.
- ¿De qué estás hablando?
- De que vuestro rescate es que comáis?

En este fragmentito se puede ver como el latín funcionaba, aunque en niveles coloquiales, de lengua franca. De todas formas, posiblemente el conde Berenguer entendiera perfectamente el castellano que hablaba el Cid y sólo quería hacer más difícil la situación.
Incluso a lo largo de la novela, se ve que el Cid y otros de sus soldados se manejan más o menos bien con la lengua árabe, como se ve en los interrogatorios a los morabíes apresados y otras situaciones, por lo que el latín no tiene, digamos, una prminencia sobre las otras lenguas, es más bien algo marginal.

En otro momento de la novela, bastante anterior, tiene lugar una conversación entre el Cid y Mutamán, el rey de Zaragoza. Están aún conociéndose y Mutamán quiere saber todo lo que pueda sobre el Cid.
La escena transcurre ante el palomar que tiene Mutamán para su uso de mensajes a través de las palomas mensajeras:
- Son palomas bravas... ¿Sabías que ya las criaban los egipcios y babilonios?...
- No llego tan lejos, señor.
- También la usaban los romanos... ¿Sabes cosas de los romanos o de ciencia militar...?
- No demasiado, señor. Batallas de Julio César y poco más.
- Gallis es omnis divisa en partes tres...
- Por ejemplo.
- Pues César también usaba palomas.
- Ah

En este fragmentito llama la atención que sea el propio árabe el que conozca el latín y costumbres y hechos culturales de los romanos, en concreto de Julio  César. Quizá por el mundo de frontera y bélicista en el que vive.
Y el Cid reconoce también su conocimiento del latín, aunque tal como parece hablar, de forma rudimentaria, ues es el árabe quien lleva la iniciativa en toda la conversación.

arece, por lo tanto, que el latín en estos fragmetos, funcionaba como lengia de cultura de ciertos niveles cultos de la sociedad, como es el caso del conde Berenguer. también el propio Cid , que es un infante, pertenece a esa clase noble. Y llama la atención que el rey árabe de Zaragoza también coozca el latín

martes, 7 de julio de 2020

TIRESIAS Y ¿EN QUÉ PIENSAN LAS MUJERES?





Haciendo limpieza encontré por sacualida una libreta de las pequeñas donde tenía anotada unas cosas sobre esta película, ¿En qué piensan las mujeres?, con Mel Gibson y Helen Hunt, actores de moda en los años noventa.
Es una comedia que tiene como tema de fondo el de la lucha de sexos. En este caso, el truco enganche de la pelíacula es la posibilidad de que un hombre pueda acceder a los pensamientos internos y callados de las mujeres.
En la mitología, un personaje, Tiresias, eperimenta lago más extremo. De hecho, se convierte en una mujer durante diez años. Por lo tanto, es la persona más apropiada para juzgar cualquier disputa en este campor de la lucha de sexos.    

Es el mismo tema del mito, en clave de comedia y divertida, que trata el tema de la conversión de sexo.
No es exactamente que cambie de sexo, sino que es...
Esto ya se había hecho otra muchas veces, p.ej., en Una rubia muy peligrosa, con Ellen Barkin.
Es el tema de la lucha de sexos, en concreto el cambio de sexo, aunque no del todo.

El mito de Tiresias.


En el mito, Tiresias recibe un castigo religioso al ver a dos serpientes copulando, y de hombre pasa a ser mujer.En la prlícula no es exacatamete así, el protagonista, por un accidente doméstico, es capaz de oír os pensamientos de ls mujeres. De esta forma, accede a su más íntima forma de su ser. Pasados diez años, recupera de nuevo su primera condición masculina, por lo que es un ser ambisexual, ha experimentado las dos experiencias de género.

     En la película, digamos que, sin llegar a transformarse en ellas, de repente y por esa cualidad extraordinaria que le sobreviene por accidente, pasa a formar parte de ellas como colectivo, compartiendo sus pensamientos, miedos, reflexiones, angustias,.. Y, sobre todo, la forma en que las mujeres ven a los hombres y su conducta hacia ellas.
     En el mito de Tiresias, Zeus  lo elige como árbitro en el debate con Hera, la famosa discusión entre sexos, para que confirme quién disfruta más en el acto sexual, debido a que el adivino ha vivido la doble experiencia carnal.
       En la película, el protagonista puede perfectamente conocer también el resultado del debate. Pues sigue paso a paso (cf. la divertida escena de cama con Marisa Tomei) los pensamientos y reacciones internas del personaje femenino mientras trajinean amorosamente en la cama. 
     Sobre estos pensamientos internos que Marisa Tomei va expresando, modifica sus acciones y prácticas amorosas en la cama, hasta que al final la actriz Marisa exclama plena de satisfacción "Ha sidi fantástico! ¡Parecía que estaba s dentro de mi cabeza!"
     La escena finaliza con un sonriente y pícaro Gibson, explayado con gusto con los barazos detrás de la cabeza y sobre la almohada, como si pensara ¡lo he conseguido!

     En la película, Nick-Gibson, sin necesidad de cambiar de sexo, entra de forma subrepticia en la forma de ser, pensar y sentir de todas las mujeres, gracias a ese accidente doméstico. Le ha permitido acceder de golpe al íntimo y velado mundo femenino.
     La película se va desarrollando girando sobre esta divertida situación. Aunque físicamente no cambia de sexo, de hecho pasa a formar parte del colectivo sexual femenino a través de esa cualidad extrasensorial.
     Es, al mismo tiempo, un manual de educación y seducción afectivo-sexual. Volvemos otra vez  a la escena de Gibson con Tomei en la cama. Gibson oye los pensamientos interiores de Tomei, un tanto decpcionantes y desilisonados de él como amante.Una vez captado y conocidos los pensamentos, Nick-Gibson se reeduca y cambia sus p´racticas amorosas sobre la marcha, guiándose por los sentimientos interiores de Tomei.

     Una película divertida y entretenida, bien interpretado en su faceta cómica por mel Gibso, Helen Hunt y Marisa Tomei, que trata el tema de la lucha de sexos desde una perspectiva distinta y agradable.