Recuerdo de una antigua herida de combate no bien curada, y que le ha dejado una secuela permanente, a lo largo de Sidi el protagonista se duele en ocasiones de cierto dolor en su rodilla.
No deja de ser un simple aspecto de su descripción física, pero el dolor, en cualquier lugar que sea, en este caso en la rodilla, parece devolvernos las imagen de un hombre tocado por cierta debilidad, su carácter humano, podríamos llegar a decir, frente a toda esa dura coraza de guerrero inflexible, duro, seco, aparentemente sin fisuras.
La herida en su rodilla, lesión crónica, parece querer darnos esa muestra de vulnerabilidad bajo la máscara de un gran líder en ciernes que se esta forjando en estos primeros tiempos de su destierro en la frontera hispánica, en la cruel e inflexible vida en los límites.
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