domingo, 27 de enero de 2019

LA MISIÓN: LA CULPA O MIASMA. DON RODRIGO Y BELEROFONTE

   Ayer pusieron te televisión la Misión.
   La música, impresionante.
   Los paisajes de las cataratas, inolvidables.
Resultado de imagen de LA MISIÓN DE NIRO
   Sólo vimos algunos fragmentos del comienzo.

   En nuestra mente siempre había quedado como llamativa la figura de Robert de Niro, don Rodrigo, cargando, como Sísifo un castigo eterno de remontar la piedra, cargando él un pesado fardo de armas con el cuál en un labor inhumana ha de cargar y penar, piensa él que para el resto de su vida, por el asesinato de su hermano, digamo que fruto de su carácter apasionado y colérico, y de la ira momentánea que le accede cuando se sabe desbancado por su mismo hermano en el amor de una dama castellana.
   Éste motivo de la culpa, en este caso la ocasionada por la muerte de un ser familiar, ya sea o no accidentalmente, se repite en ocasiones en algunas de las más conocidas leyendas clásicas. 
   Es el caso del tristemente célebre Belerofonte. Al igual que Rodrigo de Niro, mata involuntariamente a su hermana y tiene la necesidad de purificarse de eses crimen, por lo que debe exiliarse.
   Este exilio, sin embargo, será el comienzo de nuevos problemas, entre otros el del célebre motivo de Putifar.

viernes, 4 de enero de 2019

SEVILLA Y EL CABALLO DE TROYA

La reina sin reino es la novela recién publicada de José María Pérez, Peridis. En ella relata las vicisitudes, anhelos, luchas y ambiciones de la reina Berenguela de Castilla, sobrina, para más señal, de Ricardo Plantagenet Corazón de León. Su obra y afán en la sombra va a ser conseguir la unificación de los reinos de Castilla y León en la figura de su hijo primogénito Fernando, el Fernando III de la historia.
La novela culmina con los últimos años de esta reina, cuando algo enferma y ya cansada, se recluye en el monasterio de las Huelgas de Burgos , ajena ya a los afanes de los tiempos. Ha logrado lo que quería, entronizar a su hijo Fernando. Para cuando fallece, Fernando III ya había conquistado Córdoba y Jaén, enbtre otras, las ciudades más importantes de Andalucía. Una mezcla de habilidad y potencia militar de ls castellanos, como de la desunión y el abandono en que queda AlAndalus de sus compatriotas al otro lado del estrecho.
Se entiende también en la novela que esta conquista sobre los árabes, la reconquista, tenga valor desde el papado, de cruzada, y así es reconocida por las diferentes bulas otorgadas por los papas de la época. De modo que que , desde el punto de vista geográfico, los reinos cristianos europeos están disputando los dos extremos del Mediterráneo contra los árabeas, Andalucía por un lado, y Jerusalén por el otro extremo.

Como decíamos, la novela acaba mientras se prepara el siguiente proyecto militar y expansionista de Fernando III, la conquista de Sevilla, con la reina Berenguela ya fallecida. Es sabido que para la toma de la ciudad hubo que traer embarcaciones desde Cantabria para que remontaran el río Guadalquivir y atacaran desde alli a la ciudad. 
En el momento en que están planificando la estrategia y surge precisamente el problema del río a la hora de conquistar la ciudad. Uno de los ayudantes de Fernando habla de que se necesitará un caballo de Troya o algo parecido para conseguirlo, dada la dificultad de conllevaba. Otro, después de pensar un poco, dice que el caballo de Troya que pueden utilizar va a ser una flota marina que, efectivamente, remonte el río y ataque Sevilla. 
De ahí que se compare el uso de una flota, que no fue grande tampoco, una docena de navíos, es decir, que se compara a la flota marina castellana con el caballo de Troya de los griegos. Que ya puede dar a las eternas disquisiciones de que pudo ser aquel caballo de Troya, si arietes en forma de caballo, uno o varios barcos que atracan en la rada de Troya con guerreros o escondidos, o, como en esta caso y más claramente, un fluota entera de navíos, con espolones y proas amenzantes, con formas de animal.
De cualquier manera, aquí tenemos otra alusión a la guerra de Troya en clave de la Edad Media castellana en las luchas entre árabes y cristianos.

BERENGUELA Y JULIA DOMNA, PROTAGONISTAS DE 2018

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Acaba de salir a las librerías el último libro de José María Pérez, Peridis, titulado La reina sin reino. Es , parece, la culminación de una trilogía comenzada hace algunos años, y que el autor no cree vaya a prolongar. En algun comentario que ha hecho, gran parte del periodo histórico del que se ocupa, una parte de la España de los siglos XII y XIII, se centra en las rivalidades de las diferentes dinastías, familias, vasallos, señores feudales y hombres fuertes de los reinos de Castilla y León por conseguir afianzarse en el poder.
Todo esto es una materia novelesca que da mucho juego, pues se desarrolla a partir de estas rivalidades, batallas, escaramuzas, intrigas palaciegas, juegos de poder, alianzas matrimoniales interesadas, rivalidades entre los herederos, y un largo etcétera, que, al menos en este último libro, nos presenta de forma brillante su autor.
Sin embargo, y de ahí el título de la novela y el de estas notas, va a ser una protagonista femenina, la reina Berenguela, la que sobrevuele en toda la novela, manejando todos los hilos habidos y por haber. El nombre Berenguela debe ser la forma femenina de Berenguer, nombre catalán de origen germánico.
Apunte etimológoco del nombre Berenguela, según la Wikipedia:
Berenguer y Berenguela son formas catalanas del nombre Berengario, que viene del germánico berin-gari (lanza del guerrero) o tal vez de Warin-gari (lanza protectora). Las dos formas tienen gran vinculación con la historia española, tanto en Castilla como en Cataluña.
Como pasa con Julia Domna, claro, mutatis mutandis, distinguiendo lo que podían ser las crueles y gigantescas rivalidades por la posesión de todo un imperio romano, y las que transcurren en la conquista de los pequeños reinos de Castilla y León en comparación con aquel, es decir, que la verdadera protagonista, artifice, pensadora, maquinadora, urdidora de enlaces adecuados, protectora de sus afines, con ideas de unificar reinos y dinastías, y conseguir un reino fuerte, visionaria, etc., es, como lo es Julia Domna en Posteguillo, la reina Berenguela.
Así como Julia Domna va a ser la protagonista de la novela de Posteguillo, a través de la cual se describe a una personalidad compleja, inteligente, visionaria, ambiciosa, vengativa y con idea de fundar una dinastía, que será la Severa, lo mismo va a ocurrir con Berenguela, que hará lo propio  en la figura de su hijo Fernando III, apodado el Santo, que conseguirá la unificación definitiva de Castilla y León, y el predominio deCastilla entre los reinos cristianos otros de la península.
Se ve que en la literatura, y en la literatura histórica, este año han confluido las corrientes socieales y culturales que reivindican el papel que han desempeñado las mujeres, la mayor parte de las veces en la sombra, en el desarrollo histórico. Como bien escribe peridis en su conclusión, esta novela tambien tiene como fondo el conocimiento histórico de las idas y venidas, vueltas y revueltas, luchas y ambiciones de mucho tiempo y muchos personajes por conseguir llegar a donde estamos ahora. Justo cuando desde hace un tiempo se levantan voces que reivindican una vuelta a situaciones pasadas de las que habíamos ya salido.
Otra cosa es que esta reivindicacións históricas del papel de las mujeres en la musma pueda llevar a exagerar su papel, dejando de lado las fuertes condicionanet shistóricos y sociales que rigen tales i cuales rumbos que cobra el mundo a continuación. En estos cassos, tanto hombres como mjeres no son, desde unacierta perspectiva, sno agentes, consecuencias lógicas y en cierto mod ya dada por las circunstancias, del devenir histórico.
Desde el otro punto de vista, el protagonismo de los individios en la historia, ya mujer u hombre, es tamnién un factor muchas veces dejado en segundo lugar cuando quiza´s haya tenido un papel más decisivo en el transcurrir de los tiempos.
Eb cualquier caso, Berenguela y Julia Domna, y a la vicecontra, sin dos dignas y fuertes personalidades de su época histórica, ciertamente tratadas en un segundo plano en los tratados de historia tradicional. Sin embargo, la novela histórica las reivindica para sí y las propone como grandes heroínas de su época y de la historia y el devenir posterior de los periodos que vivieron