Acabamos de leer este pequeño librito, solo treinta y pico páginas, que cuenta el viaje que hizo el autor hacia 2012 para ambientar los escenarios que iba a incluir en su novela Circo Máximo, que trata principalmente de la conquista de la Dacia por Trajano, y su defensa acérrima por el rey Decébalo y los valientes y sacrificados guerreros dacios con los que se tuvo que enfrentar el emperador romano.
De la lectura de la novela, hace ya un tiempo, recuerdo la suicida y violencia costumbre de los guerreros dacios ante la muerte de un principal de los suyos. Se arrojaban a un foso en cuyo suelo había unas lanzas clavadas que se ensartaban en el cuerpo del soldado que se había lanzado sobre ellas. Una costumbre ¿bárbara?, violenta, debida a cierto ritual. Recordemos que entre los lusitanos también había luchas violentas y mortales entre sus soldados a la muerte de alguno de sus líderes, en la misma Ilíada se relata también sacrificios a la muerte de algún líder, como los funerales de Patroclo, aunque en este caso se trataba de prisioneros. Y por último, que recordemos, la devotio romana, ese arrojarse un guerrero solo contra el enemigo, a una muerte segura pero de tipo ritual, con el afán de ser consagrado a los dioses.
De todas formas, el ritual funerario dacio era en verdad sangriento y hasta espeluznante, visto incluso comparado con otros de la época.
El autor llega a Bucarest por avión, alquila un cuatro por cuatro, se preocupa bien de darnos consejos oportunos por si alguno quiere emprender un viaje parecido, y emprende una ruta histórico-novelística-turística por las regiones por donde va a transcurrir su novela. Como buena guía, contiene referencias a hoteles, restaurantes, algunas indicaciones para no perderse en verdad realmente útiles.
El viaje aprovecha también para visitar otros lugares dignos de ser vistos, aunque no tengan referencias a la novela deTrajano, como una ciudad practicamente anclada en el siglo XIX , o uno de los muchos castillos atribuidos al famosos conde Drácula, en este caso no el que todas las guías citan como posible, pero para el autor parece que más probable.
En todo este viaje por la ambientación in situ de los lugares de su novela, late la cuestión de si es necesario o no hacer este tipo de visita de campo. El librito comienza con una referencia a la obra de Noah Gordon El médico, donde el autor confiesa que nunca visitó los lugares que describe, pero tuvo la suerte de que en la biblioteca de su ciudad había una colección de mapas medievales. Lo mismo ocurre con Bram Stoker, ha de suponerse que la descripción del castillo de Drácula tuvo que hacerla a partir de algunas reproducciones e imágenes que encontraría en las bibliotecas de Londres.
Se nos viene a la cabeza igualmente las reflexiones que hace A. Pérez Reverte a la hora de documentar sus obras. Dice inclusso que el verdader placer de una novela es precisaneete este, el tiempo y los lugares dedicados a visitar los sitios, recorrer caminos y carretera, tomarse una copa o almorzar en talo cual restaurante de cualquier lugar adecuado para ambientar su novele. Y que luego lo otro, la labor de escribir, es más académica, sedentaria, donde uno vierte un poco todo esa ambientación vivida reviamente en los lugares.
Así lo dice de su última novele, Sabotaje, y así lo hizo, intercalándolo en la narración de la historia del s. XVIII en Algunos hombres buenos.
La conclusión, volviendo a S. Posteguillo, es que Rumanía, a pesar de sus carreteras y algunos problemas con el alojamiento, es un país agradable, digno de ser visitado, a precios asequibles, al menos en 2012, y con una carga histórica latina profunda.