jueves, 29 de marzo de 2018

LA FORMA DEL AGUA Y ALGUNOS PEQUEÑAS REFERENCIAS CLÁSICAS. EL PIE.

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EL PIE EN LA FORMA DEL AGUA: Como si fuera en la Cenicienta, pero al revés, al final de la película, en esa escena subacuática que parece salida del mundo fantástico y sumergido del diluvio tal como lo relata Ovidio ( y que tanta influencia ha tenido en los motivos cinematográficos de los mundos imposibles y fantásticos a lo largo del género), pues bien, en la escena final de la película, en esa especia de danza final que entabla el extraño y portentoso protagonista anfibio, hombre de dos mundos (como también su protagonista, la "muda", como la llaman, que vive una doble vida, la insulsa, cotidiana y casi invisible de su trabajo diario, y la que descubre de repente allí mismo, y que ya anidaba en su ser, tal como se nos anuncia en los créditos iniciales, evocando ese mundo subacuático tan emparentado con los sueños en el que parece vivir la mitad inconsciente de su muda protagonista, mientras duerme y  como en espera de que ese mundo cobre realidad en algún momento), ...
... Queremos decir, pues ya perdimos el hilo, en la escena final, mientras flotan ingrávidos debajo de las aguas de la dársena portuaria, y el semidios anfibio realiza una danza mística y regeneradora alrededor de ella, como en el momento del beso de la princesa durmiente del bosque, de repente pasa algo (no lo vamos a contar) y para indicar que algo nuevo ha sucedido, Elisa, la protagonista, pierde, se le cae, uno de sus zapatos.

ALGUNOS GUIÑOS CLÁSICOS
En alguna de las entrevistas que ha dado el director del Toro sobre su película, la ha calificado como su película de verdad adulta, donde enfrenta a sus miedos y resistencias que lleva desde la infancia, y  donde trata de una manera decidida sus temas que siempre le han definido, la otredad, ... 
Bien, dentro de este marco general de los grandes temas que tata el director, solo alcanzamos a fijarnos en algunos detalles pequeños que alcanzamos a ver en su película. Algunos de estos son los siguientes:

- el cine dentro del cine: los protagonistas viven en la parte alta de un edificio cuyo local bajo está ocupado por una sala de cine, curiosamente llamada Orpheum. En varias ocasiones la acción de la película se desplaza a la sala casi vacía del cine, un cine clásico, de los de antes, de un rojo y dorado llamativo, más parecido a un teatro que a una moderna sala de exhibición. En él se proyectan varias películas, de las que no adivinamos cuáles pueden ser, aunque el título aparece en varios planos. Lo que sí es cierto es que se trata de un peplum y de tintes bíblicos. Quizás una versión de Sansón y Dalila. 
Esto viene a cuento porque uno de los personajes secundarios de la película, una especie de coro, se llama Dalila y a veces se juega con su nombre y la historia b´blica e la misma.

- Orpheum: es el nombre del cine. tal como hemos visto por internet, era en sus inicios un a ntiguo teatro, de ahí su apariencia, ubicado en una ciudad de Arizona, El nombre, claro está, hace alusión al mítico cantor y músico de Tracia, inspirador posteriormente de cultos mistéricos en su nombre y al que está consagrado las artes musicales y cantoras.

- El suplicio de Tántalo: que aparece puesto en boca de otro e los personajes secundarios del film, qien resume el mito en la cafetería adonde van a tomar un refrigerio. Lo cita haciendo alusión a los manjares de los que se tienen las personas que privar por unos u otros motivos, interpretación actualizada del mito de tal personaje.

- la mujer protagonista, Elisa: como las heroínas de las tragedias clásicas, volvemos a encontrar a una mujer, además partivcular, como elemnto principal de la acción, enfrentada a un mundo racional de hombres, ya sean científicos, militares, policías, contra los que se alza ella en toda d¡su pequeñez. Así es como le responde el científico al policía de seguridad cuando le pregunta y repite insistentemente el nombre, código y formación del comando infiltrado, a lo que el científico contesta, medio en risas a pesar de que agoniza, que no son nada de esto, solo "limpian".

- el diluvio según Ovidio: evidentemente toda la literatura y el cine fantástico son los referentes el ambiente subacuático que flota sobre a película. En ese sentido, recuerda la frases de Ovidio en su Metamorfosis, cuando describe el mundo sumergido, insomne, detenido, como paralizado, totalmente al revés, que es el que produce la inundación terrenal del diluvio. Como si fuera una prolongación más de esos versos, en lugar de hablar de ciudades sumergidas y delfines surcando los techos de los templos, todo ese revuelvo que ha provocado el diluvio, la película nos muestra el mundo sumergido del diluvio en su lugar mas íntimo y personal, el hogar de la protagonista.
La película empieza introduciéndonos en ese mundo imposible, sumergido, hermano de los sueños, donde todo cuelga suspendido en la ingravidez del agua. Mesas, silla, lámparas, la cama y la propia protagonista, todo está suspendido mágicamente en el agua, mientras ella duerme, duerme su sueño acuático. Duerme su sueño que, ignorándolo, se volverá realidad en algún momento.

- EL NACIMIENTO EXTRAORDINARIO: para rematarla, la protagonista Elisa es una niña expuesta, se apellida Expósito que, como aclara el malvado policía, significa "huérfana". Fue encontrada, como célebre antecesores suyos en el mundo de la ficción popular, abandonada y junto a un río. Con lo cual ya tenemos cierto perfil redondeado de nuestra protagonista.

- LA ZOOFILIA: Para los aficionados al mundo clásico no es nada extraño el tema de la zoofilia. En la mitología clásica es un tema conocido, cuando no normalizado. De entrada tenemos a Pasifae, la mujer de MInos que poseída por una pasión irrefrenable, busca aparearse como sea con un extraordinario toro. Algo parecido, aunque mucho más sensible y delicado, le ocurre a Elisa, quién busca la forma de relacionarse carnalmente con su amante anfibio, y, llegando más lejos, de recrear su mundo acústico en el segundo piso de su vivienda. De ahí la escena en la que el piso se convierte en una inmensa piscina y , en consecuencia, en una escena digna de la peculiar Delicatessen, propiciar una cascada de goteras que provoca la sorpresa e indignacion de usuarios y propietarios del  cinematógrafo.
      Además del famoso caso de Pasifae, tenemos todas las metamorfosis de amante amantísimo del proteico Jupiter- Zeus. Ya sabes sabe que encarna diversas divinidades zoomórficas de cultos anteriores en Grecia, pero a nuestra memoria pasan ya por casos de uniones sexuales diversas.
En este caso hay  que fijarnos no ya en Zeus, sino en las diferentes mujeres que aceptan el acoplamiento carnal con seres del mundo de la zoología, Leda, Ío, Europa, Calisto, Antíope y un largo sinfín conocido. Ante ellas pasan, además del ya citado toro, otros animales como cisnes, fenómenos atmosféricos como nubes, sátiros, águilas, y un sinfín de transformaciones angulares con las que son capaces de unirse dichas mujeres, poniendo el énfasis entonces en la capacidad de la mujer de tener otras experiencias que la monogamia tradicional a la que está destinada.

- el monstruo: Aquí el ser objeto de su pasión es un ser anfibio, nacido del fango de los ríos, al parecer sudamericanos, y de las ciénagas, de aspecto batracio, manos palmípedas, piel repugnantemente viscosa, ojos retráctiles y que se mueven sin parar, garras por dedos, cresta rizada y áspera, y para rematarla, de un color azul verdoso (esmeralda que diría uno de la protagonistas de la película en relación a su flamante nuevo coche) que lo hacen de entrada lo suficientemente repulsivo como para olvidar de entrada una aproximación carnal con semejante endividuos.
       Sin embargo, y ahí tenemos toda la larga tradición de la mitología clásica, Elisa, como mujer que es, acepta gustosa y complaciente la unión de este ser que parece, y es, venido de otros mundos, pues, según sus palabras, para él ella está completa, no le falta nada, no carece de voz, pues él no ha conocido otros seres con el habla que le falta a ella.
Como la ninfa Eco, Elisa pierde el habla pero no la capacidad de comunicarse. Como Filomela, lo hará por signos, como aquella lo hace cosiendo en un telar su terrible historia.

- LA METAMORFOSIS. Digna tragicomedia del Ovidio de las Metamorfosis, está fábula o mito también concluye con una transformación, más que bien simbólica. La convivencia final de Elisa en el mundo acuático implica, suponemos, su transformación en un ser anfibio al igual que su amante. Así lo certifican el beso definitivo y resucitador, y la pérdida de uno de sus zapatos, vínculo indudable con su mundo terrenal anterior. A partir de ahora, eso puede significar su nuevo papel como princesa descalza, tal como se la llama desde el principio de la película, princesa, implica tener un pie terrenal y otro, el descalzo, significando la convivencia con el puro, genuino, el mundo acuático, con el que está, ahora sí, en contacto directo con su piel. Así, el pie implica su nueva condición y el contacto con un nuevo mundo.
También, al igual que Pigmalion, Itis u otros, que cambian su forma o recuperan una nueva condición, Elisa recupera el habla en la escena que luego comprobaremos que es un sueño, quizás el primer sueño que contiene en una película que es, toda ella, un sueño en sí misma, una fábula fantástica. En ese fragmento de la película, Elisa no solo recupera la voz, poco a poco, en un proceso que recuerda los detalles punto por punto con los que Ovidio nos describe las transformaciones de sus personajes en otros seres, sino que en breve se la verá cantando en un escenario, como una profesional, en un decorado en blanco y negro propio de un musical clásico americano.

- la falsa muerte: como en una buena obra de la literatura popular aparece este elemento, ya muy característico de la novela griega o bizantina. La aparente muerte suspende en un momento al auditorio, lo sobrecoge ante la desgracia, lo sumerge en el fatalismo de sus siempre presentes malos presagios, para luego, como un deus ex machina, como un artilugio salido de no se sabe dónde, los protagonistas vuelven a la vida. Incluso, si estiramos las cosas, poríamos pensar, si no fuera por la naturaleza divina de la que ya ha dado muestras en escenas anteriores (la recuperación del cabello, la sanación milagrosa de las heridas del brazo), si no fuera por esto, podríamos pensar ue enrealidad los ds protagonistas fallecen en la escena final, y que lejos de hundirnos en la noticia, el resto del final sería una demostración de qe ellos han pasado a una mejor vida lejos de la que que llevaban en esta sórdida existencia terrenal. Pero no parece que esa haya sido su intención.
Por lo que la falsa muerte es un elemento clásico de la literatura que también encontramos en la película.

- la despedida final: como en las novelas bizantinas, la pareja de amantes, después de haber pasado mil y una vicisitudes y haber superado todos los obstáculos científicos y militares posibles, se unen finalmente, ante el escenario reducido de unos pocos personajes, anónimos la mayoría de ellos, un par de coches policía, el cuerpo ensangrentado del malvado policía, y algún que otro más. Además, para hacer honor allema de la película la lluvia arrecia como un diluvio. Y con ese fondo nocturno y lluvioso, los protagonistas abandonan tierra firme para unirse en otro mundo el acuático. El público de la sala, ahora convertido en el verdadero público de la historia, asiste y se complace jubiloso en el final, mientras de colofón la voz en off recita unos versos de un poeta desconocido que hablan del amor infinito que debe gobernar nuestras vidas como ha hecho con la de ellos.
Y también , como en las novelas bizantinas, el qué pasará una vez se encuentran y por fin se funden en su infinito amor, nunca lo sabremos. No sabremos a partir de ahora que será de esta pareja de amantes, de su vida y existencia, una vez que han vivido esta serie e sucesivas peripecias para salvaguardar su amor. Como en las bizantinas, la vida después del reencuentro final, el qe marca el inicio de su nueva existencia, quizá mejor no debamos saberla, no vaya a se que se parezca demasiado a las del resto de los innumerables mortales, comedores de pan.

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