El gran estudioso de la literatura popular Antonio Rodríguez Almodóvar hace un paralelismo entre el mito de Medea y el cuento popular de Blancafor, en la línea de que gran parte de lo que llamamos literatura culta tiene sus primeros orígenes en el cuento oral y la literatura popular.
Aquí dejamos la versión del cuento de Blancaflor tal como lo relata el estudioso en este lugar. Allí desarrolla en extenso la comparación entre la versión mitológica de Medea y el relato de Blancaflor.
"La historia de Blancaflor, bastante próxima a la anterior, salvo en el final, y en el comienzo, se resume en la de un matrimonio regio que ya desespera de tener descendencia. Un día la reina le pide a Dios un hijo y, tan vehementemente lo hace, que llega a decir no importarle que se lo lleve el diablo cuando cumpla la edad de veinte años. Por fin Dios les manda un hijo tan hermoso que no hay otro como él, pero que se hace jugador y llega a perder hasta su alma, tras apostársela con el mismo diablo. El diablo entonces le dice que, si quiere recuperarla, ha de ir a su castillo y realizar tres trabajos que le impondrá. Ni que decir tiene que el príncipe acaba de cumplir los veinte años cuando emprende el camino hacia el castillo de Irás y no Volverás. En tan largo y dificultoso viaje es ayudado por una anciana, a la que el príncipe ha dado muestras de generosidad, y que le informa de lo siguiente: poco antes de llegar a ese castillo hay un río donde todos los días van a bañarse tres palomas, que son las tres hijas del diablo. Deberá él esconderle la ropa a la más pequeña, cuyo nombre es Blancaflor, y no debe devolvérsela hasta que por tres veces ella le prometa ayudarle en todo.
Tras numerosas peripecias en el viaje de ida, el príncipe halla, en efecto, a Blancaflor y obtiene de ella la promesa de ayuda, previa promesa de matrimonio también. Cuando llegan al castillo, el diablo somete al príncipe a las tres pruebas, que son: allanar una ladera, sembrar el trigo y traerle pan, todo en un día; lo mismo con las cepas, uvas y vino; por último, traer un anillo que la tatarabuela del diablo perdió en el Estrecho de Gibraltar. De todas las pruebas sale victorioso el príncipe, gracias a la ayuda de Blancaflor. Sabe ella, no obstante, que el diablo, su padre, intentará matarlo, y emprenden la fuga, auxiliada igualmente con otros recursos mágicos que ella posee. De vuelta a la patria del príncipe, éste se olvida de Blancaflor y prepara la boda con otra princesa de su reino. Blancaflor está a punto de suicidarse con una piedra de dolor y un cuchillo de amor, cuando el príncipe, que asiste al coloquio de Blancaflor con estos objetos, escondido tras unas cortinas, empieza a recordar todo lo ocurrido y detiene la mano suicida en el último instante. Se casa con Blancaflor."