John Keats
Mi alma es demasiado débil; sobre ella pesa,
como un sueño inconcluso, la espera de la muerte
y cada circunstancia u objeto es una suerte
de decreto divino que anuncia que soy presa
de mi fin, como un águila herida mira al cielo.
Pero es un delicado murmullo este lamento
por no tener conmigo una nube, acaso un viento
que hasta abrir su ojo el alba me dé tibio consuelo.
Estas borrosas glorias que imagina la mente
prestan al corazón un territorio escondido
y un extraño dolor cuyo prodigio silente
mezcla la helénica grandeza con el sonido
del Tiempo ya pasado o de un mar inclemente,
con el solo la sombra de un ser desconocido.
(Tomado de la Biblioteca Digital Ciudad Seva)
Siempre hablando de los mármoles de Elgin y de su casi imposible devolución a Grecia, pero al menos sirvieron de inspiración para toda la generación de poetas románticos, como Keats. Por lo visto , pasaba horas contemplándolos en el museo. Habría que destacar la fuerte vivencia interior que alcanza la contemplación de los restos arquitectónicos, que se contraponen con la poesía hasta ahora realizada e inspirada también en la antigüedad clásica, la de la época renacentista y neoclásica. Lo romántico y lo clásico no se oponían, sino que se fundían en una visión unitaria y casi sagrada.
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