miércoles, 26 de junio de 2013

Keats y los mármoles de Elgin

Al ver los mármoles de Elgin

John Keats



Mi alma es demasiado débil; sobre ella pesa,

como un sueño inconcluso, la espera de la muerte

y cada circunstancia u objeto es una suerte

de decreto divino que anuncia que soy presa



de mi fin, como un águila herida mira al cielo.

Pero es un delicado murmullo este lamento

por no tener conmigo una nube, acaso un viento

que hasta abrir su ojo el alba me dé tibio consuelo.



Estas borrosas glorias que imagina la mente

prestan al corazón un territorio escondido

y un extraño dolor cuyo prodigio silente



mezcla la helénica grandeza con el sonido

del Tiempo ya pasado o de un mar inclemente,

con el solo la sombra de un ser desconocido.


(Tomado de la Biblioteca Digital Ciudad Seva)

Siempre hablando de los mármoles de Elgin y de su casi imposible devolución a Grecia, pero al menos sirvieron de inspiración para toda la generación de poetas románticos, como Keats. Por lo visto , pasaba horas contemplándolos en el museo. Habría que destacar la fuerte vivencia interior que alcanza la contemplación de los restos arquitectónicos, que se contraponen con la poesía hasta ahora realizada e inspirada también en la antigüedad clásica, la de la época renacentista y neoclásica. Lo romántico y lo clásico no se oponían, sino que se fundían en una visión unitaria y casi sagrada.

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