lunes, 20 de mayo de 2013

V de Vendetta: Nadie me ha cegado.

τοὺς δ' αὖτ' ἐξ ἄντρου προσέφη κρατερὸς Πολύφημος·


"ὦ φίλοι, Οὖτίς με κτείνει δόλῳ οὐδὲ βίηφιν."



Mienras veía V de Vendetta nos vino a la cabeza el tema de Nadie en la Odisea. Como otros tantos recursos literarios (y quizás con algún que otro trasfondo social o histórico), el Nadie de Ulises ante el cíclope Polifemo viene repitiéndose a lo largo de la historia y de la literatura.
Aquí tenemos ahora a un Nadie liberador, luchador oculto contra un sistema totalitario en una sociedad futura que podría ser la nuestra. No hay escena de reconocimiento como tal, aunque si conozcamos la historia y la identidad de este Anonymus, pero nunca llegamos a identificarle.
Este nuevo Nadie, este Anonymus, responde, como Ulises, ante el sistema totalitario con el que se enfrenta con el anonimato.No se sabe quién es, qué es y la policía anda perdida. Mientras tanto, el va dando golpe tras golpe, escurriéndose entre las garras del gigante todopoderoso estatal que lo persigue.
Como Ulises, aunque más bien, como un héroe romántico, este Nadie torturado y desfigurado, esta "bestia" en lo físico y en lo humano, dejará crecer en su interior una pequeña llama de amor ante la bella, en este caso, Natalie Portman. De este modo se mezclan estos dos temas literarios, el de Nadie y el de la Bella y la Bestia.
Anonymus está perdido porque su lugar de origen ya no existe, es inalcanzable, incluso se puede decir que ya ha llegado, es el futuro en el que se encuentra, un lugar terrible y ya no hay dónde ir. Ulises quiere regresar a su tierra, a su casa. Aunque V de Vendetta tiene también un final esperanzador en la sociedad tan dura que vivimos: todos somos Anonymus, todos somos Nadie, todos y cada uno estamos bajo esas máscaras.

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