miércoles, 27 de febrero de 2013

"Nadie" me ha cegado. Ulises en versión cañí.


El "hombre sin nombre", como decía una información de un periódico nacional hoy mismo. Ese "hombre sin nombre", ese nadie, aunque en versión de la España cañí, se refiere al extesorero del partido del gobierno, aquél de quien evitan pronunciar su nombre a toda costa, como si su sola palabra atrajera más daño. Y el gigante, el cíclope, es "monte de miembros eminente", cegado, es el propio partido y su mismo líder. Así, el episodio del Cíclope y Ulises, en cierta forma, lo podemos ver repetido, eso sí, en versión castiza, con nuestra tradición picaresca y tristemente célebre, ese episodio, decimos, lo podemos ver actualizado en la pelea entre el partido político y su miembro hoy más conocido.
El episodio de Nadie me ha cegado tiene que ver con la táctica comunicativa que emplea el partido político, evitar nombrar al sujeto causante de los males que hoy tiene que afrontar. También podemos relacionarlo con el silencio del excargo político, del que apenas sabemos nada, salvo contadas declaraciones. 
Como el Ulises de la Odisea, pero en versión patética, está clavando estacas en el ojo visible de la gigante formción política, que se ve ahora más endeble de lo que parecía. Pero parece que la estrategia, en este caso, no durará mucho 

No hay comentarios:

Publicar un comentario