La mitología siempre está abierta a numerosas interpretaciones, unas más fundadas que otras. Se ha comentado muchas veces que la zona de Grecia y Oriente Próximo es un área de movimientos sísmicos y volcánicos por su propia situación geológica. En los mitos griegos se puede ver reflejada esta realidad geográfica. Las luchas entre los primeros dioses, Urano y los Titanes, Cronos contra los Olímpicos, la existencia de criaturas monstruosas y potentísimas que habitan en el interior de la tierra y luchan por salir a la superficie, a la luz, es uno de los temas repetidos en estas primeras historias.
Cuando vemos los temblores y las manifestaciones sísmicas de la isla de El Hierro, le vienen a uno a la cabeza este combate gigantesco que parece librarse desde siempre entre las potencias terrestres y naturales, y que nunca parece acabarse.
De hecho, desde cualquier conversación en una cafetería hasta los propios científicos recurren, para explicar lo que ocurre de una manera natural, a la comparación inconsciente con el nacimiento, el parto de un hijo por parte de la madre tierra
"Pues bien, cuantos nacieron de Gea y Urano, los hijos más terribles, estaban irritados con su padre desde siempre. Y cada vez que alguno de ellos estaba a punto de nacer, Urano los retenía a todos ocultos en el seno de Gea sin dejarles salir a la luz y se gozaba cínicamente con su malvada acción. La monstruosa Gea, a punto de reventar, se quejaba en su interior y urdió una cruel artimaña."
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