viernes, 9 de julio de 2010

UNA NUEVA PITONISA: EL PULPO PAUL


Como si anduviéramos todavía en plena época clásica, de nuevo el hombre tiende a ver señales más o menos divinas, en este caso de divinidades acuáticas aunque, pobres de ellas, encerradas en un acuario alemán,, señales en las que poder descubrir ese futuro próximo o lejano que nos tiene inquietos y desesperados. En este caso le ha tocado el turno no a una nerida, tritón u otro ser del cortejo marino de Poseidón, sino a un humilde y discreto pulpo, del cual, todo lo más, nos recuerda la versión gigantesca del Kraken cinematográfico, o la modesta representación en mosaico en la domus de un noble romano.
Por si fuera poco, la Paul e ha salido ahora otro rival, como ya en la propia Grecia rivalizaban los oráculos, en este caso un delfín de otro acuario. También vota por España. Curioso esto de tanto pez oracular.

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