jueves, 8 de abril de 2010

Garzón en el banquillo y Sócrates

Sin tener ninguna intención de hacer comparaciones directas entre uno y otro caso, aquí tenemos hoy a dos famosos personajes de la historia, uno de la más reciente y otro de nuestro más influyente pasado, unidos por la misma situación, un juicio. Juicio que enfrenta a estos personajes, presuntamente honorables y benefactores en mayor o menor grado hacia la sociedad en la que viven o vivieron, con todo un sistema democrático, no una dictadura o un régimen represivo de cualquier época, que garantiza un régimen de libertades y valores a los que dichos personajes aportan y aportaron en su momento acciones que afianzaron más este gobierno. Paradojas de la historia, la antigua y la reciente, que vienen a repetirse, aunque, ya se sabe, mutatis mutandis.
Con relación al juicio de Sócrates, hay un enlace donde, al tiempo que relata el juicio y las circunstancias que rodearon al juicio (antes, como ahora, indudablemente relacionadas, por mucho que se quiera reducir estos casos al ámbito estrictamente judicial), nos cuenta cómo funcionaba el sistema judicial ateniense, el primero de los que tengamos noticias de los sistemas judiciales basado en un sistema democrático, con tribunales populares elegidos por sorteo y en el que debían y podían participar todos los miembros de la comunidad política.
Esto en el aspecto formal, porque, a nivel ppular, el pueblo ateniense fue muy amigo de los cotilleos y de lo que pasaba en los juicios, a los que solían asistir, de los que se hablaba continuamente y que su celebraciones, al igual que las de su asamblea, eran de todo menos tranquilas, silenciosas y ordenadas. Allí también reinaba el tumulto, el barullo y la rumorología, ni más ni menos que igual que hoy. No hay sino que ver, en este caso del juez Garzón, la de ríos de tinta y de labia, editoriales en los periódicos, tertulianos discutiendo si así o asado, discusiones en la calle, bares y cafeterías, en los foros de nuestro recién inaugurado mundo internet; en fin, todo ese mundillo judicial de nuevo agitado, a pesar de la crisis y todo, como hace dos mil quinientos años debió ocurrir en nuestra Atenas, que es la España de hoy.
Debemos imaginar que en Atenas, por aquellos tiempos del juicio, debía reinar un ambiente muy similar o peor al nuestro de hoy día, acabante de perder la gran Atenas la funesta Guerra del Peloponeso, tanto por aciertos de sus rivales como por imperdonables aventuras como la de Sicilia en la que se embarcó la ciudad).
El enlace es http://historiasconhistoria.es/2009/06/08/el-juicio-a-socrates.php


El discurso de Sócrates decía algo así:
[17a] ὅτι μὲν ὑμεῖς, ὦ ἄνδρες Ἀθηναῖοι, πεπόνθατε ὑπὸ τῶν ἐμῶν κατηγόρων, οὐκ οἶδα· ἐγὼ δ᾽ οὖν καὶ αὐτὸς ὑπ᾽ αὐτῶν ὀλίγου ἐμαυτοῦ ἐπελαθόμην, οὕτω πιθανῶς ἔλεγον. καίτοι ἀληθές γε ὡς ἔπος εἰπεῖν οὐδὲν εἰρήκασιν. μάλιστα δὲ αὐτῶν ἓν ἐθαύμασα τῶν πολλῶν ὧν ἐψεύσαντο, τοῦτο ἐν ᾧ ἔλεγον ὡς χρῆν ὑμᾶς εὐλαβεῖσθαι μὴ ὑπ᾽ ἐμοῦ ἐξαπατηθῆτε ...

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