Jaime empezó a dar este año la asignatura de Literatura Universal. De repente, él, que es de Lengua Española, excelente profesor, amén de poeta, escritor, músico, enamorado de la cultura popular y no sé sabe cuántas más cosas buenas que se podrían decir de él y añadir a su inmejorable currículum, ..., pues bien, este hombre, al entrar en contacto con el primer tema de la asigntaura, la Literatura Clásica, Grecia, cae en un asombro extraordinario, descubriendo para gozo suyo, de sus alumnos, y mío propio, descubre de repente las maravillas inagotables de ese tesoro que es la literatura griega clásica. Así que se pasaba los días pasilleando, discurriendo sobre tal o cual mito, exclamando con asombro y hasta con desesperación ¡pero es que la mitología es inabarcable!, de qué va la Eneida, ..., pero, sobre todo, y si no, que se lo pregunten a otro compañero de fatigas, el extranjero Martín Munsenmaier, pero sobre todo, decíamos, el personaje que más le impactó fue ... Antígona.
Tanto es así que el último día en casa Paco "El Recreo", donde acabamos un viernes sí y otros no se sabe, ese último día, decía el Martín, ya verás, acércate a Jaime y no pasará mucho tiempo antes de que te empiece a hablar de Antígona.
Y así fue. No hacía poco que ya se habían reunido Jose Francisco, jefe adjunto del ies, de Tecnología, la inefable Lola, amén de los ya mencionados, cuando, no bien empezada la sobremesa, arrancó Jaime, pues el cuerpo se lo pedía, arrancó como cuando enfila unas isas o folías, arrancó y arrambló con el ciclo tebano. Allí, entre unas y otras peripecias, tú, fermín, avísame si me saltó algo, esto es, así, entre tragos de cerveza y emoción renovada, contó los antecedentes de Layo y Edipo, el oráculo de la Esfinge, todo ello arrebolado por la emoción del cuentacuentos que revive una historia miles de veces contadas y que no muere nunca, antes al contrario, parece renacer con cada nuevo contador o lector que la relata. Pues bien, con todo ese entusiasmo del que descubre en un relato el poder vivificador y humanista de las palabras, así, cuenta que te cuenta, esbozó la historia hasta llegar al epílogo final donde Antígona se rebela y enfrenta el valor de las leyes sagradas y no escritas al del fatuo y rígido Creonte.
Una vez terminado, ante el cierto mutismo reinante, algunos que no acababan de comprender tal entusiasmo, cayó gozoso después de haberse explayado durante un breve pero intenso relato.
Epílogo: hoy mismo, Jaime decía, les di a los chicos a leer la carta de Saramago, la carta a Aminatu Haidar, no pongas en riesgo tu vida, qué emocionante. Además, estuvimos comentando la situación del pueblo saharahui y dar a conocer esa realidad. Pero sabes quién es otra vez Aminatu Haidar? Es Antígona otra vez, Antígona defendiendo las leyes no escritas de la vida, la familia, la patria, enfrentada a las leyes humanas de la polis, y Creonte es Moratinos u otro representante político que tiene entre manos el asunto.
Aquí va la carta de José saramago (tomada de kaosenlared):
Carta de José Saramago a Aminatu Haidar
Si estuviera en Lanzarote, estaría contigo.
José Saramago LP para Kaos en la Red 23-11-2009
www.kaosenlared.net/noticia/carta-jose-saramago-aminatu-haidar
Ésta es la carta que el pasado sábado envió José Saramago a Aminatu Haidar, y que el domingo leyó Willy Toledo en la concentración celebrada en solidaridad con ella y con su pueblo.
Querida Aminatu Haidar:
Si estuviera en Lanzarote, estaría contigo. Y no porque sea también un militante separatista, como te ha definido el embajador de Marruecos, sino precisamente por todo lo contrario: creo que el planeta es de todos y todos tenemos derecho a nuestro espacio para poder vivir en armonía.
Creo que los separatistas son los que separan a las personas de su tierra, la expulsan, tratan de desarraigarla para que, siendo algo distinto a lo que son, unos alcancen más poder y los otros pierdan su propia estima y acaben siendo engullidos por la sinrazón. Marruecos con El Sahara incumple todas las normas de buena conducta. Despreciar a los saharauis es la demostración de que la Carta de los Derechos Humanos no se ha instalado en la sociedad marroquí, que no protesta con lo que se le hace al vecino, y es, sobre todo, la evidencia de que Marruecos no se respeta a sí mismo: quien está seguro de su pasado no necesita expropiar al de al lado para expresar una grandeza que nadie nunca reconocerá.
Porque si el poder de Marruecos acaba doblegando a los saharauis, ese país, admirable por otras cosas, habrá obtenido la más triste victoria, una victoria sin honor, sin brillo, levantada sobre la vida y los sueños de tanta gente que quería vivir en paz en su tierra y con sus vecinos para, todos juntos, hacer del continente un lugar más habitable.
Querida Aminatu Haidar: Has dado un ejemplo valioso que en todo el mundo se reconoce. No pongas en riesgo tu vida porque te quedan por delante muchas batallas y eres necesaria. Tus amigos, los amigos de tu pueblo, tomaremos el relevo en los foros que sean necesarios. Al Gobierno de España le pedimos sensibilidad. Contigo, con tu gente. Ya sabemos que las relaciones internacionales son muy complejas, pero hace muchos años que se abolió la esclavitud para las personas y para los pueblos. No se trata de humanitarismo: las resoluciones de Naciones Unidas, el Derecho Internacional y el sentido común están de un lado, y en Marruecos y en España se sabe.
Dejemos que Aminatu regrese a casa con el reconocimiento de su valor, a las claras, porque son personas como ella quienes dan personalidad a nuestro tiempo, y sin Aminatu todos seríamos más pobres.Aminatu no tiene un problema, lo tiene Marruecos. Y puede resolverlo, tendrá que resolverlo y no sólo para una mujer frágil, sino para todo un pueblo que no se rinde porque no puede entender ni la irracionalidad ni la voracidad expansionista, propia de otros tiempos y de otro grado de civilización.
Un abrazo muy fuerte, querida Aminatu Haidar.
José Saramago
Carta de José Saramago a Aminatu Haidar
Si estuviera en Lanzarote, estaría contigo.
José Saramago LP para Kaos en la Red 23-11-2009
www.kaosenlared.net/noticia/carta-jose-saramago-aminatu-haidar
Ésta es la carta que el pasado sábado envió José Saramago a Aminatu Haidar, y que el domingo leyó Willy Toledo en la concentración celebrada en solidaridad con ella y con su pueblo.
Querida Aminatu Haidar:
Si estuviera en Lanzarote, estaría contigo. Y no porque sea también un militante separatista, como te ha definido el embajador de Marruecos, sino precisamente por todo lo contrario: creo que el planeta es de todos y todos tenemos derecho a nuestro espacio para poder vivir en armonía.
Creo que los separatistas son los que separan a las personas de su tierra, la expulsan, tratan de desarraigarla para que, siendo algo distinto a lo que son, unos alcancen más poder y los otros pierdan su propia estima y acaben siendo engullidos por la sinrazón. Marruecos con El Sahara incumple todas las normas de buena conducta. Despreciar a los saharauis es la demostración de que la Carta de los Derechos Humanos no se ha instalado en la sociedad marroquí, que no protesta con lo que se le hace al vecino, y es, sobre todo, la evidencia de que Marruecos no se respeta a sí mismo: quien está seguro de su pasado no necesita expropiar al de al lado para expresar una grandeza que nadie nunca reconocerá.
Porque si el poder de Marruecos acaba doblegando a los saharauis, ese país, admirable por otras cosas, habrá obtenido la más triste victoria, una victoria sin honor, sin brillo, levantada sobre la vida y los sueños de tanta gente que quería vivir en paz en su tierra y con sus vecinos para, todos juntos, hacer del continente un lugar más habitable.
Querida Aminatu Haidar: Has dado un ejemplo valioso que en todo el mundo se reconoce. No pongas en riesgo tu vida porque te quedan por delante muchas batallas y eres necesaria. Tus amigos, los amigos de tu pueblo, tomaremos el relevo en los foros que sean necesarios. Al Gobierno de España le pedimos sensibilidad. Contigo, con tu gente. Ya sabemos que las relaciones internacionales son muy complejas, pero hace muchos años que se abolió la esclavitud para las personas y para los pueblos. No se trata de humanitarismo: las resoluciones de Naciones Unidas, el Derecho Internacional y el sentido común están de un lado, y en Marruecos y en España se sabe.
Dejemos que Aminatu regrese a casa con el reconocimiento de su valor, a las claras, porque son personas como ella quienes dan personalidad a nuestro tiempo, y sin Aminatu todos seríamos más pobres.Aminatu no tiene un problema, lo tiene Marruecos. Y puede resolverlo, tendrá que resolverlo y no sólo para una mujer frágil, sino para todo un pueblo que no se rinde porque no puede entender ni la irracionalidad ni la voracidad expansionista, propia de otros tiempos y de otro grado de civilización.
Un abrazo muy fuerte, querida Aminatu Haidar.
José Saramago
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