lunes, 15 de abril de 2024

domingo, 14 de abril de 2024

IFIGENIA EN ÁULIDE, DE EURÍPIDES

 LA TRAGEDIA DE EURÍPIDES.

(la traducción es de la editorial Gredos) 

          La única tragedia conservada sobre el episodio de Áulide es Ifigenia en Áulide, del trágico Eurípides. Ha tenido de siempre polémica, unos autores la consideraban que no alcanzaba el carácter de tragedia, pero si de un manifiesto patetismo; otros, en cambio, valoraban positivamente la obra, y la consideraban un paso más en el desarrollo psicológico de los personajes por parte de su autor.


Esto se debía, entre otras cosas, a que los personajes principales, Ifigenia y Agamenón, exhiben unas dudas e indecisiones que los hacen, para algunos críticos, personajes poco consistentes.
Célebre es la valoración que hay hizo el filósofo Aristóteles sobre la anomalía de Ifigenia, al comentar que no encontraba sentido lógico al cambio de postura tan radical que muestra la joven en la obra.
Haremos un esquema breve de la tragedia, siguiendo el contenido que ofrece la edición de Gredos, pues es fuente principal sobre la que luego se han elaborado las novelas gráficas.

La obra se inicia en el prólogo, con Agamenón hablando con un anciano sirviente, y le cuenta las dudas que lo atormentan por haber decidido ofrecer a su hija en sacrificio para que la flota aquea ponga rumbo a Troya. Para ello, ha mandado llamar a su esposa e hija a que vengan a Áulide por unas falsas bodas con el héroe Aquiles. 

 Ἀγαμέμνων
ο δή μ δελφς πάντα προσφέρων λόγον
πεισε τλναι δεινά. κν δέλτου πτυχας
γράψας πεμψα πρς δάμαρτα τν μν
πέμπειν χιλλε θυγατέρ ς γαμουμένην,    100

… mi hermano (Menelao), aduciendo todo tipo de argumentos, me
persuadió a cometer esa atrocidad (el sacrificio de su hija). 
Y en los pliegues de una tablilla he escrito, y la he mandado a mi mujer,
 que envíe a nuestra hija para desposarla con Aquiles, 

De hecho, ha rectificado y le da al anciano una tablilla para Clitemnestra, renegando de su decisión: 
γαμέμνων.

μ στέλλειν τν σν νιν πρς
τν κολπώδη πτέρυγ Εβοίας    120
Αλιν κλύσταν.
ες λλας ρας γρ δ
παιδς δαίσομεν μεναίους.

«En contra de mi misiva anterior te comunico, retoño de
Leda, que no envíes a tu hija hacia la sinuosa costa de Eubea, 
a Áulide a la que no baten las olas. Pues es preciso demorar 
para otras épocas el festín de bodas de nuestra hija.» 

A continuación, entra el coro, la párodo, que hace una descripción exaltada del espectáculo de las naves ancladas en la bahía.

En el primer episodio, Menelao, auténticamente desesperado por vengar el ultraje de Paris, se enfrenta a Agamenón cuando se entera que éste renuncia a ofrecer a Ifigenia, tal como ha profetizado Calcante el adivino.

Le reprocha que él había decidido él había tomado la decisión él solo, por no perder el poder el poder y la gloria de liderar a los aqueos. Y le reprocha el que no se mantenga en tal decisión, interesadamente, claro.

Pero luego, conmovido por el sufrimiento de Agamenón, desiste de su idea.

Es entonces cuando Agamenón se da cuenta de que, aunque su hermano lo apoye, tiene que seguir adelante con el rito. Calcante el adivino ha profetizado que tiene que cumplirse la ofrenda, y el ejército podría amotinarse contra ellos. Además, Ulises, también enterado de los vaticinios, y que tiene un papel negativo en la obra, lo haría saber. Por lo que al rey, atrapado en la lógica del poder, no le queda, parece, otra alternativa.
 
γαμέμνων

οκ ον δοκες νιν στάντ ν ργείοις μέσοις
λέξειν Κάλχας θέσφατ ξηγήσατο,
κμ ς πέστην θμα, κτ ψευδόμην,    530
ρτέμιδι θύσειν; ο ξυναρπάσας στρατόν,
σ κμ ποκτείναντας ργείους κόρην
σφάξαι κελεύσει;…

Así que imagínatelo (a Ulises) erguido en medio de los argivos
para decirles los vaticinios que
nos expuso Calcante, y que yo prometí el sacrificio 
y que luego me niego a cumplir mi voto a Ártemis.
Y tras arrebatar al ejército, y después de matamos a ti y a mi, 
ordenará a los argivos degollar a la doncella.

 Después de intervenir el Coro, aparecen Clitemnestra e Ifigenia, que llegan engañadas desde Micenas. Agamenón las ha hecho venir, aunque con arrepentimientos y dudas, con la falsedad de que se van a celebrar las bodas de su hija con el héroe Aquiles.

Clitemnestra llega confiada con su hija en su futura boda,

λπίδα δ χω τιν ς π σθλοσιν γάμοις
πάρειμι νυμφαγωγός                            610

Tengo una cierta esperanza de acudir
como conductora de la novia a un noble enlace.

 El encuentro de la familia está cargado de trágicas suposiciones, pues el rey trata de mantener la mentira de las bodas frente a las ilusionadas madre e hija.

Salen a escena Aquiles y Clitemnestra. El guerrero no sabe nada de su boda. Un anciano esclavo les dice entonces la terrible realidad.
 
Πρεσβύτης

παδα σν πατρ φύσας ατόχειρ μέλλει κτενεν. 

Clitemnestra le suplica a Aquiles que haga lo posible por evitarlo, y éste se muestra decidido a ello. 

¡Pronto sabrá mi espada, que antes de llegar ante los frigios salpicaré de
cuajarones de sangre mortal, si va a arrebatarme alguien a tu hija!
 
    Agamenón, entre los llantos y la rabia de Clitemnestra e Ifigenia, justifica el sacrificio de la joven y la necesidad que tienen de seguir adelante con el aberrante plan.

Ifigenia, sobre todo, se muestra desgarrada por la atrocidad que va a suceder con su vida, y aferrada la vida, le suplica a su padre. 

κετηρίαν δ γόνασιν ξάπτω σέθεν      1216
τ σμα τομόν, περ τικτεν δε σοι,
μή μ πολέσς ωρον: δ γρ τ φς
βλέπειν: τ δ π γς μή μ δεν ναγκάσς.

Como un ramo de suplicante tiendo hacia tus rodillas mi cuerpo, que ésta
(indicando a Clitemestra) dio a luz para ti. ¡No me destruyas tan joven! Es
dulce ver la luz. No me fuerces a ver las tinieblas bajo tierra. 

Así lamenta su suerte la joven, de esta forma, pero Agamenón se muestra inflexible y obligado por sus circunstancias. Siguen unos diálogos terribles, donde madre e hija se enfrentan al rey, sin lograr nada.

Pero, después de un lamento prolongado en versos de Ifigenia, llega Aquiles, que cuenta lo cerca que ha estado de ser lapidado por sus propios hombres, pues quería rescatar a la joven del sacrificio, lo que le ha llevado a enfrentarse a sus propios hombres.

Es entonces, y de una forma quizás inesperada, que Ifigenia cambia totalmente de actitud. Manifiesta que ha cambiado de opinión, y ofrece su vida por Grecia y para evitar males a Aquiles. 

φιγένεια
λλ μήχανον: δίδωμι σμα τομν λλάδι. 1397
θύετ, κπορθετε Τροίαν. τατα γρ μνημεά μου
δι μακρο, κα παδες οτοι κα γάμοι κα δόξ μή.

… Entrego mi cuerpo a Grecia. Sacrificadme, arrasad Troya.
Ése será, pues, mi monumento funerario por largo tiempo,
y eso valdrá por mis hijos, mis bodas y mi gloria. 

Ésta es la conducta anómala a la que se refería Aristóteles, pues se presenta ahora como mártir para el sacrificio, dice que será recordada su muerte por lo que significa para toda Grecia, y así evita también que su supuesto novio Aquiles pierda la vida.

Aquiles, que hasta entonces se había presentado como defensor a ultranza de la joven, parece rebajar en algo, de forma interesada, su comprometida postura, ante la decisión irrevocable de la joven.
 
χιλλεύς.
λμ ριστον, οκ χω πρς τοτ τι
λέγειν, πεί σοι τάδε δοκε: γενναα γρ
φρονες: τί γρ τληθς οκ εποι τις ν;

¡Magnánima decisión! No sé ya que decir contra esto, puesto
que tú estás resuelta a ello. Piensas con nobleza.
¿Por qué no diría uno la verdad?
          
No hace nada el héroe por persuadirla de que no tome esa decisión, la acepta como tal. Sin embargo, aún le dice a la joven que estará con ella en el altar, si se arrepiente de la fanática decisión que acaba de tomar con su vida. 

μως δ, σως γρ κν μεταγνοίης τάδε,
ς ον ν εδς τπ μο λελεγμένα,    1425
λθν τάδ πλα θήσομαι βωμο πέλας,
ς οκ άσων σ λλ κωλύσων θανεν.

Sin embargo, tal vez podrías arrepentirte de esto, y acaso te
acordarás de mis palabras, cuando veas el cuchillo cerca de tu cuello. 
Para que seas consciente de mis promesas, i
ré con mis armas a colocarme junto al altar para no abandonarte
sino para impedirte morir.


LA ESCENA FINAL EN IFA, LA RHESIS DEL MENSAJERO.

El sacrificio de la joven, que es la escena final, sin embargo, se hace de forma rápida y no se desarrolla como quizás requeriría la ocasión. Un mensajero de forma indirecta, como es regla en la tragedia clásica, cuenta lo ocurrido en el momento de la ceremonia ritual a Clitemnestra.


El desenlace final del drama, con su parte cruenta, el sacrificio propiamente, no es representado directamente al espectador, como era uso en la tragedia clásica. Es la llamada rhesis o tirada de versos de un mensajero, que cuenta en estilo indirecto lo que ocurrió en aquellos momentos.

Sin embargo, en los cómics, ajenos a esta regla de la tragedia clásica, vemos hacen todo lo opuesto, y se esfuerzan y, además, la escena lo requiere, por mostrar lo más dramáticamente posible estos momentos del rito de Áulide. Ven en ella una posibilidad de desarrollar la historia de forma más llamativa y dramática.    

El mensajero llega y llama por Clitemnestra.
 
γγελος.

Τυνδαρεία πα, Κλυταιμήστρα, δόμων
ξω πέρασον, ς κλύς μν λόγων.

¡Oh hija de Tindáreo, Clitemestra, sal fuera de las casas, a
fin de que oigas mi relato!

Κλυταιμήστρα.

φθογγς κλύουσα δερο σς φικόμην,
ταρβοσα τλήμων κκπεπληγμένη φόβ:    1535
μή μοί τιν λλην ξυμφορν κεις φέρων
πρς τ παρούσ;

γγελος
σς μν ον παιδς πέρι
θαυμαστά σοι κα δειν σημναι θέλω.

 El mensajero recurre a lo asombroso y extraordinario, θαυμαστά σοι κα δειν, que tienen que contar, para que Clitemnestra lo atienda y salga fuera de la tienda. 

Κλυταιμήστρα
μ μέλλε τοίνυν, λλ φράζ σον τάχος.

Ifigenia es conducida hacia el ara. El mensajero cuenta que, cuando Agamemnón la ve, no puede contener su desesperación: 

… ἠθροίζεθ. ς δ σεδεν γαμέμνων ναξ
π σφαγς στείχουσαν ες λσος κόρην,
νεστέναξε, κμπαλιν στρέψας κάρα
δάκρυε, πρόσθεν μμάτων πέπλον προθείς. 1550

Y apenas el rey Agamenón vio avanzar a la muchacha a
través del bosque sagrado hacia su sacrificio, 
comenzó a lanzar gemidos, mientras que, a la vez, 
desviando su cabeza, prorrumpía en lágrimas, 
extendiendo su manto ante sus ojos. 

Pero Ifigenia, de forma que afrenta al rey su padre y a todo el ejército, se presenta ante todos los guerreros en el altar, manifestando su aceptación del sacrificio por Grecia y por la expedición de Troya. 

Ὦ πάτερ, πάρειμί σοι:
τοὐμὸν δὲ σῶμα τῆς ἐμῆς ὑπὲρ πάτρας
καὶ τῆς ἁπάσης Ἑλλάδος γαίας ὕπερ
θῦσαι δίδωμ᾽ ἑκοῦσα πρὸς βωμὸν θεᾶς    1555
ἄγοντας, εἴπερ ἐστὶ θέσφατον τόδε.

«Padre, aquí estoy junto a ti, y mi cuerpo por mi patria y
por toda la Grecia entrego voluntariamente a los que me conducen al
sacrificio en el altar de la diosa, ya que éste es el mandato del oráculo. 

Que no se le acerque ningún aqueo, le pide a su padre, dice en forma de afrenta.

πρὸς ταῦτα μὴ ψαύσῃ τις Ἀργείων ἐμοῦ:

Por eso, que ninguno de los argivos me toque.

Aquiles, que hasta no hace mucho, se había comprometido totalmente en la defensa de su hipotética esposa, no hace acto de presencia en estos momentos, aunque le había dicho que estaría entonces en el altar, si ella se arrepentía.

Todos los guerreros acuden al sacrificio sobrecogidos, y todos con las cabezas inclinadas hacia el suelo, pues no querían ver el rito. 

ς γν δ τρεδαι πς στρατός τ στη βλέπων.

Los Atridas y todo el ejército estaban firmes
con la vista fija en el suelo.

 El sacerdote se dispone a realizar el ritual. 

ἱερεὺς δὲ φάσγανον λαβὼν ἐπεύξατο,
el sacerdote tomó la espada e hizo su oración 

No ahorra tampoco detalles morbosos, aunque sea este solo, el propio Eurípides en su obra: 

λαιμόν τ᾽ ἐπεσκοπεῖθ᾽, ἵνα πλήξειεν ἄν: 1579
mientras escrutaba su cuello,
para hincar allí un golpe seguro. 

De repente, se oyó un terrible golpe, y cuando todos levantaron la cabeza, ya no se encontraba allí la joven hija del rey. 

κστην νενευκώς: θαμα δ ν αφνης ρν.
πληγς κτύπον γρ πς τις σθετ ν σαφς,
τν παρθένον δ οκ εδεν ο γς εσέδυ.

¡Y de repente sobrevino un milagro
espectacular! Pues todo el mundo percibió claramente el ruido del golpe, 
pero nadie vio a la joven, por dónde desapareció en la tierra. 

En su lugar, de ahí el golpe, una cierva ensangrentada yacía en el altar, exangüe.

λαφος γρ σπαίρουσ κειτ π χθον
δεν μεγίστη διαπρεπής τε τν θέαν,
ς αματι βωμς ραίνετ ρδην τς θεο.

Pues una cierva, en los pálpitos de la agonía, yacía en el suelo;
era de gran tamaño y admirable aspecto; el altar de la diosa 
estaba regado de arriba abajo con su sangre. 

Como vemos, aunque la tradición mítica y las representaciones pictóricas representan desde antigua la figura de la diosa sobrevolando el altar de Áulide, Eurípides sol alude a ella, en la suposición del sacerdote y de todos los allí presentes de que ha sido su presencia la que efectuado el prodigio. 

Todos entonces convinieron en que había sido una manifestación de la diosa, y que con aquello había dado su consentimiento para que la expedición zarpara de una vez de Áulide.

Para consuelo, de su madre, le dice que Ifigenia se encuentra salvada, , está en los aires, vuela, en compañía de la divinidad, πρς θεος φίπτατο. 

γ παρν δ κα τ πργμ ρν λέγω:
πας σαφς σοι πρς θεος φίπτατο.

Y yo, que estuve presente y vi el suceso, te lo cuento.
Tu hija voló evidentemente hacia los dioses. 

          Es la explícita referencia que da el autor de la intervención aérea, φίπτατο, de la diosa para salvar a la joven. 

          Después de estas palabras de un supuesto consuelo, se acerca con prisas Agamenón, corrobora todo o dicho por el mensajero, y de seguido parte para la expedición militar hacia las tierras troyanas.

Así concluye la obra del trágico Eurípides, los personajes resignados del sacrificio en aras de la divinidad, y el rey que rápidamente ha aceptado la noticia, y sale presto, olvidado, al mando de la expedición de más fama en la historia helena, hacia Troya.