LA TRAGEDIA DE EURÍPIDES.
(la traducción es de la editorial Gredos)
La única tragedia
conservada sobre el episodio de Áulide es Ifigenia en Áulide, del
trágico Eurípides. Ha tenido de siempre polémica, unos autores la consideraban
que no alcanzaba el carácter de tragedia, pero si de un manifiesto patetismo;
otros, en cambio, valoraban positivamente la obra, y la consideraban un paso
más en el desarrollo psicológico de los personajes por parte de su autor.
Esto se debía, entre otras cosas, a que
los personajes principales, Ifigenia y Agamenón, exhiben unas dudas e
indecisiones que los hacen, para algunos críticos, personajes poco
consistentes.
Célebre es la valoración que hay hizo el
filósofo Aristóteles sobre la anomalía de Ifigenia, al comentar que no
encontraba sentido lógico al cambio de postura tan radical que muestra la joven
en la obra.
Haremos un esquema breve de la
tragedia, siguiendo el contenido que ofrece la edición de Gredos, pues es
fuente principal sobre la que luego se han elaborado las novelas gráficas.
La obra se inicia en el prólogo, con
Agamenón hablando con un anciano sirviente, y le cuenta las dudas que lo
atormentan por haber decidido ofrecer a su hija en sacrificio para que la flota
aquea ponga rumbo a Troya. Para ello, ha mandado llamar a su esposa e hija a
que vengan a Áulide por unas falsas bodas con el héroe Aquiles.
Ἀγαμέμνων
…
οὗ δή μ᾽ ἀδελφὸς πάντα προσφέρων λόγον
ἔπεισε τλῆναι δεινά. κἀν δέλτου πτυχαῖς
γράψας ἔπεμψα πρὸς δάμαρτα τὴν ἐμὴν
πέμπειν Ἀχιλλεῖ θυγατέρ᾽ ὡς
γαμουμένην, 100
… mi hermano (Menelao), aduciendo todo
tipo de argumentos, me
persuadió a cometer esa atrocidad (el
sacrificio de su hija).
Y en los pliegues de una tablilla he escrito, y la he
mandado a mi mujer,
que envíe a nuestra hija para desposarla con Aquiles,
De hecho, ha rectificado y le da al
anciano una tablilla para Clitemnestra, renegando de su decisión:
Ἀγαμέμνων.
μὴ στέλλειν τὰν σὰν ἶνιν πρὸς
τὰν κολπώδη πτέρυγ᾽ Εὐβοίας 120
Αὖλιν ἀκλύσταν.
εἰς ἄλλας ὥρας γὰρ δὴ
παιδὸς δαίσομεν ὑμεναίους.
«En contra de mi misiva anterior te
comunico, retoño de
Leda, que no envíes a tu hija hacia
la sinuosa costa de Eubea,
a Áulide a la que no baten las olas. Pues es preciso
demorar
para otras épocas el festín de bodas de nuestra hija.»
A continuación, entra el coro, la párodo,
que hace una descripción exaltada del espectáculo de las naves ancladas en la
bahía.
En el primer episodio, Menelao,
auténticamente desesperado por vengar el ultraje de Paris, se enfrenta a
Agamenón cuando se entera que éste renuncia a ofrecer a Ifigenia, tal como ha
profetizado Calcante el adivino.
Le reprocha que él había decidido él había
tomado la decisión él solo, por no perder el poder el poder y la gloria de
liderar a los aqueos. Y le reprocha el que no se mantenga en tal decisión,
interesadamente, claro.
Pero luego, conmovido por el sufrimiento
de Agamenón, desiste de su idea.
Es entonces cuando Agamenón se da cuenta
de que, aunque su hermano lo apoye, tiene que seguir adelante con el rito.
Calcante el adivino ha profetizado que tiene que cumplirse la ofrenda, y el
ejército podría amotinarse contra ellos. Además, Ulises, también enterado de
los vaticinios, y que tiene un papel negativo en la obra, lo haría saber. Por
lo que al rey, atrapado en la lógica del poder, no le queda, parece, otra
alternativa.
Ἀγαμέμνων
οὐκ οὖν δοκεῖς νιν στάντ᾽ ἐν Ἀργείοις μέσοις
λέξειν ἃ Κάλχας θέσφατ᾽ ἐξηγήσατο,
κἄμ᾽ ὡς ὑπέστην θῦμα, κᾆτ᾽ ἐψευδόμην, 530
Ἀρτέμιδι θύσειν; οὐ ξυναρπάσας στρατόν,
σὲ κἄμ᾽ ἀποκτείναντας Ἀργείους κόρην
σφάξαι κελεύσει;…
Así que imagínatelo (a Ulises) erguido en
medio de los argivos
para decirles los vaticinios que
nos expuso Calcante, y que yo prometí el
sacrificio
y que luego me niego a cumplir mi voto a Ártemis.
Y tras arrebatar al ejército, y después de
matamos a ti y a mi,
ordenará a los argivos degollar a la doncella.
Después de intervenir el Coro, aparecen
Clitemnestra e Ifigenia, que llegan engañadas desde Micenas. Agamenón las ha
hecho venir, aunque con arrepentimientos y dudas, con la falsedad de que se van
a celebrar las bodas de su hija con el héroe Aquiles.
Clitemnestra llega confiada con su hija en
su futura boda,
…
ἐλπίδα δ᾽ ἔχω τιν᾽ ὡς ἐπ᾽ ἐσθλοῖσιν γάμοις
πάρειμι νυμφαγωγός… 610
Tengo una cierta esperanza de
acudir
como conductora de la novia a un noble
enlace.
El encuentro de la familia está cargado de
trágicas suposiciones, pues el rey trata de mantener la mentira de las bodas
frente a las ilusionadas madre e hija.
Salen a escena Aquiles y Clitemnestra. El
guerrero no sabe nada de su boda. Un anciano esclavo les dice entonces la
terrible realidad.
Πρεσβύτης
παῖδα σὴν πατὴρ ὁ φύσας αὐτόχειρ μέλλει κτενεῖν.
Clitemnestra le suplica a Aquiles que haga
lo posible por evitarlo, y éste se muestra decidido a ello.
¡Pronto sabrá mi espada, que antes de
llegar ante los frigios salpicaré de
cuajarones de sangre mortal, si va a
arrebatarme alguien a tu hija!
Agamenón, entre los llantos y la rabia de Clitemnestra
e Ifigenia, justifica el sacrificio de la joven y la necesidad que tienen de
seguir adelante con el aberrante plan.
Ifigenia, sobre todo, se muestra
desgarrada por la atrocidad que va a suceder con su vida, y aferrada la vida,
le suplica a su padre.
ἱκετηρίαν δὲ γόνασιν ἐξάπτω σέθεν 1216
τὸ σῶμα τοὐμόν, ὅπερ ἔτικτεν ἥδε σοι,
μή μ᾽ ἀπολέσῃς ἄωρον: ἡδὺ γὰρ τὸ φῶς
βλέπειν: τὰ δ᾽ ὑπὸ γῆς μή μ᾽ ἰδεῖν ἀναγκάσῃς.
Como un ramo de suplicante tiendo hacia
tus rodillas mi cuerpo, que ésta
(indicando a Clitemestra) dio a luz para
ti. ¡No me destruyas tan joven! Es
dulce ver la luz. No me fuerces a ver las
tinieblas bajo tierra.
Así lamenta su suerte la joven, de esta
forma, pero Agamenón se muestra inflexible y obligado por sus circunstancias.
Siguen unos diálogos terribles, donde madre e hija se enfrentan al rey, sin
lograr nada.
Pero, después de un lamento prolongado en
versos de Ifigenia, llega Aquiles, que cuenta lo cerca que ha estado de ser
lapidado por sus propios hombres, pues quería rescatar a la joven del
sacrificio, lo que le ha llevado a enfrentarse a sus propios hombres.
Es entonces, y de una forma quizás
inesperada, que Ifigenia cambia totalmente de actitud. Manifiesta que ha
cambiado de opinión, y ofrece su vida por Grecia y para evitar males a Aquiles.
Ἰφιγένεια
…
ἀλλ᾽ ἀμήχανον: δίδωμι
σῶμα τοὐμὸν Ἑλλάδι. 1397
θύετ᾽, ἐκπορθεῖτε Τροίαν. ταῦτα γὰρ μνημεῖά μου
διὰ μακροῦ, καὶ παῖδες οὗτοι καὶ γάμοι καὶ δόξ᾽ ἐμή.
… Entrego mi cuerpo a Grecia.
Sacrificadme, arrasad Troya.
Ése será, pues, mi monumento funerario por
largo tiempo,
y eso valdrá por mis hijos, mis bodas y mi
gloria.
Ésta es la conducta anómala a la
que se refería Aristóteles, pues se presenta ahora como mártir para el
sacrificio, dice que será recordada su muerte por lo que significa para toda
Grecia, y así evita también que su supuesto novio Aquiles pierda la vida.
Aquiles, que hasta entonces se había presentado como defensor a
ultranza de la joven, parece rebajar en algo, de forma interesada, su
comprometida postura, ante la decisión irrevocable de la joven.
Ἀχιλλεύς.
ὦ λῆμ᾽ ἄριστον, οὐκ ἔχω πρὸς τοῦτ᾽ ἔτι
λέγειν, ἐπεί σοι τάδε δοκεῖ: γενναῖα γὰρ
φρονεῖς: τί γὰρ τἀληθὲς οὐκ εἴποι τις ἄν;
¡Magnánima decisión! No sé ya que decir
contra esto, puesto
que tú estás resuelta a ello. Piensas con
nobleza.
¿Por qué no diría uno la verdad?
No hace nada el
héroe por persuadirla de que no tome esa decisión, la acepta como tal. Sin
embargo, aún le dice a la joven que estará con ella en el altar, si se
arrepiente de la fanática decisión que acaba de tomar con su vida.
ὅμως δ᾽, ἴσως γὰρ κἂν μεταγνοίης τάδε,
ὡς οὖν ἂν εἰδῇς τἀπ᾽ ἐμοῦ
λελεγμένα, 1425
ἐλθὼν τάδ᾽ ὅπλα θήσομαι βωμοῦ πέλας,
ὡς οὐκ ἐάσων σ᾽ ἀλλὰ κωλύσων θανεῖν.
Sin embargo, tal vez podrías arrepentirte
de esto, y acaso te
acordarás de mis palabras, cuando veas el
cuchillo cerca de tu cuello.
Para que seas consciente de mis promesas, i
ré
con mis armas a colocarme junto al altar para no abandonarte,
sino
para impedirte morir.
LA ESCENA FINAL EN IFA, LA RHESIS
DEL MENSAJERO.
El sacrificio de la joven, que es la
escena final, sin embargo, se hace de forma rápida y no se desarrolla
como quizás requeriría la ocasión. Un mensajero de forma indirecta, como es
regla en la tragedia clásica, cuenta lo ocurrido en el momento de la ceremonia
ritual a Clitemnestra.
El desenlace final del drama, con su parte
cruenta, el sacrificio propiamente, no es representado directamente al
espectador, como era uso en la tragedia clásica. Es la llamada rhesis o
tirada de versos de un mensajero, que cuenta en estilo indirecto lo que ocurrió
en aquellos momentos.
Sin embargo, en los cómics, ajenos a esta
regla de la tragedia clásica, vemos hacen todo lo opuesto, y se esfuerzan y,
además, la escena lo requiere, por mostrar lo más dramáticamente posible estos
momentos del rito de Áulide. Ven en ella una posibilidad de desarrollar la
historia de forma más llamativa y dramática.
El mensajero llega y llama por Clitemnestra.
Ἄγγελος.
ὦ Τυνδαρεία παῖ, Κλυταιμήστρα, δόμων
ἔξω πέρασον, ὡς κλύῃς ἐμῶν λόγων.
¡Oh hija de Tindáreo, Clitemestra, sal
fuera de las casas, a
fin de que oigas mi relato!
Κλυταιμήστρα.
φθογγῆς κλύουσα δεῦρο σῆς ἀφικόμην,
ταρβοῦσα τλήμων κἀκπεπληγμένη φόβῳ: 1535
μή μοί τιν᾽ ἄλλην ξυμφορὰν ἥκεις φέρων
πρὸς τῇ παρούσῃ;
Ἄγγελος
σῆς μὲν οὖν παιδὸς πέρι
θαυμαστά σοι καὶ δεινὰ σημῆναι θέλω.
El mensajero recurre a lo asombroso y
extraordinario, θαυμαστά σοι καὶ δεινὰ, que tienen
que contar, para que Clitemnestra lo atienda y salga fuera de la tienda.
Κλυταιμήστρα
μὴ μέλλε τοίνυν, ἀλλὰ φράζ᾽ ὅσον τάχος.
Ifigenia es conducida hacia el ara. El mensajero
cuenta que, cuando Agamemnón la ve, no puede contener su desesperación:
… ἠθροίζεθ᾽. ὡς δ᾽ ἐσεῖδεν Ἀγαμέμνων ἄναξ
ἐπὶ σφαγὰς στείχουσαν εἰς ἄλσος κόρην,
ἀνεστέναξε, κἄμπαλιν στρέψας κάρα
δάκρυε, πρόσθεν ὀμμάτων πέπλον προθείς. 1550
Y apenas el rey Agamenón vio avanzar a la
muchacha a
través del bosque sagrado hacia su
sacrificio,
comenzó a lanzar gemidos, mientras que, a la vez,
desviando su
cabeza, prorrumpía en lágrimas,
extendiendo su
manto ante sus ojos.
Pero Ifigenia, de forma que afrenta al rey
su padre y a todo el ejército, se presenta ante todos los guerreros en el
altar, manifestando su aceptación del sacrificio por Grecia y por la expedición
de Troya.
Ὦ πάτερ, πάρειμί σοι:
τοὐμὸν δὲ σῶμα τῆς ἐμῆς ὑπὲρ πάτρας
καὶ τῆς ἁπάσης Ἑλλάδος γαίας ὕπερ
θῦσαι δίδωμ᾽ ἑκοῦσα πρὸς βωμὸν θεᾶς 1555
ἄγοντας, εἴπερ ἐστὶ θέσφατον τόδε.
«Padre, aquí estoy junto a ti, y
mi cuerpo por mi patria y
por toda la Grecia entrego
voluntariamente a los que me conducen al
sacrificio en
el altar de la diosa, ya que éste es el mandato del oráculo.
Que no se le acerque ningún aqueo, le pide
a su padre, dice en forma de afrenta.
πρὸς ταῦτα μὴ ψαύσῃ τις Ἀργείων ἐμοῦ:
Por eso, que ninguno de los
argivos me toque.
Aquiles, que hasta no hace mucho, se había
comprometido totalmente en la defensa de su hipotética esposa, no hace acto de
presencia en estos momentos, aunque le había dicho que estaría entonces en el
altar, si ella se arrepentía.
Todos los guerreros acuden al sacrificio
sobrecogidos, y todos con las cabezas inclinadas hacia el suelo, pues no
querían ver el rito.
ἐς γῆν δ᾽ Ἀτρεῖδαι πᾶς στρατός τ᾽ ἔστη βλέπων.
Los Atridas y todo el ejército estaban
firmes
con la vista fija en el suelo.
El sacerdote se dispone a realizar el
ritual.
ἱερεὺς δὲ φάσγανον λαβὼν ἐπεύξατο,
el sacerdote tomó la espada e hizo su
oración
No ahorra tampoco detalles morbosos, aunque sea este
solo, el propio Eurípides en su obra:
λαιμόν τ᾽ ἐπεσκοπεῖθ᾽, ἵνα
πλήξειεν ἄν: 1579
mientras escrutaba su cuello,
para hincar allí un golpe seguro.
De repente, se oyó un terrible golpe, y
cuando todos levantaron la cabeza, ya no se encontraba allí la joven hija del
rey.
κἄστην νενευκώς: θαῦμα δ᾽ ἦν αἴφνης ὁρᾶν.
πληγῆς κτύπον γὰρ πᾶς τις ᾔσθετ᾽ ἂν σαφῶς,
τὴν παρθένον δ᾽ οὐκ εἶδεν οὗ γῆς εἰσέδυ.
¡Y de repente sobrevino un milagro
espectacular! Pues todo el mundo percibió
claramente el ruido del golpe,
pero nadie vio a la joven, por dónde desapareció
en la tierra.
En su lugar, de ahí el golpe, una cierva
ensangrentada yacía en el altar, exangüe.
ἔλαφος γὰρ ἀσπαίρουσ᾽ ἔκειτ᾽ ἐπὶ χθονὶ
ἰδεῖν μεγίστη διαπρεπής τε τὴν θέαν,
ἧς αἵματι βωμὸς ἐραίνετ᾽ ἄρδην τῆς θεοῦ.
Pues una cierva, en los pálpitos de
la agonía, yacía en el suelo;
era de gran tamaño y admirable aspecto; el
altar de la diosa
estaba regado de arriba abajo con su sangre.
Como vemos, aunque la tradición mítica y
las representaciones pictóricas representan desde antigua la figura de la diosa
sobrevolando el altar de Áulide, Eurípides sol alude a ella, en la suposición
del sacerdote y de todos los allí presentes de que ha sido su presencia la que
efectuado el prodigio.
Todos entonces convinieron en que había
sido una manifestación de la diosa, y que con aquello había dado su
consentimiento para que la expedición zarpara de una vez de Áulide.
Para consuelo, de su madre, le dice que
Ifigenia se encuentra salvada, , está en los aires, vuela, en compañía
de la divinidad, πρὸς θεοὺς ἀφίπτατο.
ἐγὼ παρὼν δὲ καὶ τὸ πρᾶγμ᾽ ὁρῶν λέγω:
ἡ παῖς σαφῶς σοι πρὸς θεοὺς ἀφίπτατο.
Y yo, que estuve presente y vi el suceso,
te lo cuento.
Tu hija voló evidentemente hacia los
dioses.
Es la explícita
referencia que da el autor de la intervención aérea, ἀφίπτατο, de la diosa para salvar a la joven.
Después de estas
palabras de un supuesto consuelo, se acerca con prisas Agamenón, corrobora todo
o dicho por el mensajero, y de seguido parte para la expedición militar hacia
las tierras troyanas.
Así concluye la obra del trágico Eurípides,
los personajes resignados del sacrificio en aras de la divinidad, y el rey que
rápidamente ha aceptado la noticia, y sale presto, olvidado, al mando de la
expedición de más fama en la historia helena, hacia Troya.