Relatos que utilicen el llamativo efecto de que son narrados por algún fallecido, utilizando ese recurso de por sí sorpresivo, son conocidos de siempre y utilizados por la narrativa como elemento efectista que es.
Con los años de uno, recuerdo un relato leído en clase por un compañero de instituto, ya apuntaba maneras pues terminó de profesor de Lengua y Literatura, escritor, doctor, … El precoz alumno creó un relato breve narrado precisamente por un recién fallecido, que relataba con ironía y desde las alturas, su propia ceremonia de entierro.
El relato nos lo leyó en clase nuestro profesor de Lengua y Literatura de aquel curso, M. M., en aquel INB más un número, que era como se denominaban los centros de Secundaria de entonces. Eran los años de la Transición. Poco después, se le rebautizó con el nombre de un ilustre prócer, que todavía mantiene. El profesor, plenamente seguro de que era un texto sugerente y de recomendable lectura, ya decimos, lo contó un día de aquellos. Se llevó un premio, esos premios de instituto que se hacían, se siguen haciendo, para fomentar la actividad creativa entre los chicos de entonces.
Releyendo varias veces el prólogo de IFT, me saltó a la vista algo que estaba claro y obvio desde un principio, pero por tan manifiesto que era, no le llamó la atención a uno hasta ese momento.
Y es que, a no ser que no supieras la historia de la joven hija de antemano, cosa imposible por otra parte, pues la identidad y la cultura nacional de los helenos residía precisamente en la comunidad de cultura, que incluía y principalmente, el conjunto de relatos y leyendas, compartidos por todos, y que los diferenciaba de la comunidad exterior, los otros, los barbaroi..
Porque todos sabemos que Ifigenia es salvada milagrosamente, in extremis, del sacrificial ritual al que estaba predestinada por la diosa ärtemis. En efecto, sobrevolando el éter y llevando una cierva, la sustituye en la pira en el último momento, y salva a la joven.
Es por eso que no llama la atención esas sus palabras cuando ella misma, rediviva, nos dice en el verso 8 del prólogo, nos informa de que fue asesinada.
Si no participáramos de la comunidad helena de mitos y relatos, enseguida nos saltaría el piloto automático. ¿Cómo? ¿La asesinaron hace tiempo, y está, ahí y ahora, viva contándonos tu historia? Entonces, ¿cómo se entiende esto? ¿Es un zombie, una aparición?
Uno se evita el sobresalto, porque ya conoce el antes y el después de la historia de Ifigenia. Tampoco es para tanto, se trtaría de una licencia literaria, es literatura, lógicamente, ya se aclarará.Pero, visto como un desconocedor del asunto de Ifigenia, salta a la vista que quien te está hablando al comienzo de la tragedia es una aparición espectral, alguien del otro mundo, un fantasma.
Como siempre, cogemos algún tema o asunto, y lo estiramos, hasta que nos encaje en lo que queremos, forzando las cosas. En fin.
Porque enseguida una situación similar, además de célebre y reconocida y hecha con tal maestría, es la del célebre film Sunset Boulevard, El crepúsculo de los dioses, en versión española.
El comienzo y que da el tono a toda la obra melodramática, es la imagen de un cadáver flotando boca abajo en la piscina de una mansión de Hollywood. Y una voz en off que enseguida nos damos cuenta de que es el mismo cadáver quien nos habla, y quien nos va a acompañar desde entonces a reconstruir la historia de su vida y el enigma de su cuerpo flotando como un pedazo de maders, boyando insensible en las aguas grisáceas de un privilegiada piscina.
En este enlace se puede ver el famoso, y memorable e irónico, comienzo del film, con la voz en off del cadáver introduciéndonos en su historia.
https://www.youtube.com/watch?v=T30YnAwgjtU&ab_channel=ALWVEVO
El comienzo de Ifigenia es el siguiente,donde el autor nos dice a los pocos versos que ella que está narrando la historia, es una aparición, alguien que ha muerto:
IFIGENIA. —, vv. 1 ss.
Cuando Pélope, hijo de Tántalo, marchó a Pisa 1
con veloces corceles, desposó a la hija de Enómao,
de quien nació Atreo. Los hijos de Atreo
fueron Menelao y Agamenón, 5 y de éste y
de la hija de Tindáreo nací yo, Ifigenia.
Πέλοψ ὁ Ταντάλειος ἐς Πῖσαν μολὼν 1
θοαῖσιν ἵπποις Οἰνομάου γαμεῖ κόρην,
ἐξ ἧς Ἀτρεὺς ἔβλαστεν· Ἀτρέως δὲ παῖς
Μενέλαος Ἀγαμέμνων τε· τοῦ δ᾽ ἔφυν ἐγώ
τῆς Τυνδαρείας θυγατρὸς Ἰφιγένεια παῖς, …
Hasta aquí, es la presentación con la filiación genealógica de la protagonista. Es decir, Ifigenia, hija de Agamenón y Clitemnestra, del linaje de los Tantálidas de Argos-Micenas. en los versos siguientes es cuando se identifica como una fallecida, víctima de un cruel sae infame sacrificio:
a la que, en los pliegues ilustres de Áulide,
junto a las corrientes que revuelve el Euripo
cuando riza el mar azul oscuro con espesas brisas,
sacrificó para Ártemis, por causa de Helena,
según se cree, mi padre, 10
ἣν ἀμφὶ δίναις ἃς θάμ᾽ Εὔριπος πυκναῖς 6
αὔραις ἑλίσσων κυανέαν ἅλα στρέφει,
ἔσφαξεν Ἑλένης οὕνεχ᾽, ὡς δοκεῖ, πατὴρ
Ἀρτέμιδι κλειναῖς ἐν πτυχαῖσιν Αὐλίδος.
Por tanto, salvando lo insalvable, esto es, que quien ve a Ifigenia no sabe que ella es salvada en el último momento de la pira sacrificial, el comienzo de esta tragedia, y hasta que nos lo desvele, que lo hace en seguida, nos revele esa extraña situación de una muerta hablándonos como viva, en unos pocos versos la tragedia mantienen la ficción del relato escrito o narrado por un muerto.
... Cuando llegué a Áulide —¡pobre de mí!— me pusieron
sobre una piray me iban a matar a espada.
Pero Ártemis me arrebató,
y entregó a los aqueos una cierva en mi lugar. 30
ἐλθοῦσα δ᾽ Αὐλίδ᾽ ἡ τάλαιν᾽ ὑπὲρ πυρᾶς
μεταρσία ληφθεῖσ᾽ ἐκαινόμην ξίφει·
ἀλλ᾽ ἐξέκλεψεν ἔλαφον ἀντιδοῦσά μου
Ἄρτεμις Ἀχαιοῖς, 29
En verdad, es una secuencia breve, y si no como recurso extenso, si tiene el valor efectista de ese comienzo del relato contado por el propio muerto. Además, encaja bien con el ambiente misterioso, enigmático y fabuloso en el que transcurre la obra, y hacia la que Eurípides fue evolucionando en algunas de sus obras, de corte más novelesco que trágico.
Así y todo, es un recurso narrativo del autor, es decir, primero, de forma abrupta, informa, cuenta, nos dice de un hecho o una situación ya concluida o terminada. Aquí es el crimen de Ifigenia. A continuación, despues de provocar esa sorpresa, pasa a explicarlo en los siguientes versos, como es aquí el caso, cuando poco más allá nos revea que en el último momento la joven es salvada milagrosamente por la divinidad ´rtemis..
Echando cuentas, Ifigenia se nos muestra como una muerta contando un relato desde el verso 6 al 29 para quien no supiera de ella, para los conocedores de su historia es claro que no tienen sentido esta aparente muerte que no es tal.