martes, 28 de junio de 2022

MISIÓN DE AUDACES (1959)

 Misión de audaces, (The Horse Soldiers) (1959).

     Ya uno por deformación, se pone a ver una película, la que sea, que ponga por la cada vez más escuálida y misérrima aparato de televisión, y presta menos atención a la película o al libro mismo.


    Aunque esto no ocurrió con esta película de Misión de audaces, de 1959.
    ¿La viste? Me preguntaron al entrar en el salón-cocina donde veía el televisor. La última película de John Ford. Estaba entretenida, te ponías a verla y no podías dejarla.
    Pues eso, anoche, en la sección de cine clásico tocaba una del oeste. Y van a ser cuatro, esta fue la primera. Se ve que quieren hacer un mini ciclo, un pequeño homenaje.
    Las siguientes serán Centauros del desierto, luego Liberty Valance y por último La conquista del oeste.
    Más que del oeste, parece que es de John Wayne y John Ford, en verdad, porque son los que andan presentes en todas, en las tres primeras como director y protagonista absoluto, en la última dentro del gran colectivo que hizo ese film.

A lo que íbamos. El reparto: 

John Wayne -             Coronel John Marlowe
William Holden -       Mayor (Comandante) Henry 'Hank' Kendall
Constance Towers -   Miss Hannah Hunter de Greenbriar
Althea Gibson -          Lukey
Judson Pratt -             Sargento mayor Kirby
Hoot Gibson -            Sargento Brown
Ken Curtis -                Cabo Wilkie
Willis Bouchey -        Coronel Phil Secord
Bing Russell -            Dunker, soldado yanqui amputado
O. Z. Whitehead -      Otis 'Hoppy' Hopkins
Hank Worden -          Deacon Clump

 


 Esperando a que hubiera o sucediera alguna acción o escena de anomalía deambulatoria o como quiera que se le pueda llamar, pasaba el tiempo y no salía nada, y se iba uno dejando ir viendo las peripecias, siempre con cierto humor de fondo de una película bélica.
    Cerca del final del film, se llega al clímax.
    El destacamento de los del norte, del coronel Wayne-Marlowe, llegan a un río, donde un puente de madera les espera para atravesarlo.
    Pero resulta que han caído en una trampa. Unos jinetes sudistas les vienen pisando los talones, y al otro lado del puente otro escuadrón de sudistas les tiene amenazados y tiroteados.

 


El capitán Wayne-Marlowe planea una estratagema. Un destacamento buscará un vado del río por detrás de los sudistas del río y lo atravesará, el otro destacamento, con él a la cabeza, cruzará el puente de cualquier manera. 
Cuando están observando el puente y la ribera opuesta, Miss Hannah, la sudista que llevan con ellos, se acerca a la orilla donde está Wayne-Marlowe. En eso empieza el tiroteo.

Impulsivamente y asustada, ella se arroja en brazos de Wayne y lo abraza.

La cámara enfoca la cara del capitán sorprendido al tiempo que francamente paralizado.


Superada la primera impresión, rápidamente reacciona con su talente áspero y seco, (se ve que es una coraza). Separa a miss Hannah de sus brazos mientras sigue la balacera, le espeta a uno de los soldados “sácala de aquí”, y se apresta a repeler el ataque. 
El soldado se lleva a la chica de allí, todavía desconcertada ella misma por el arranque impulsivo que ha tenido.
En la misma secuencia, unos momentos después, Wayne-Marlowe recibe un disparo en el pie. En medio de la organización de la defensa, vemos a Wayne-Marlowe a la carrera rumbo a una de las cabañas, y es herido en ese momento en una pierna.
Sin poderlo resistir, cae al suelo. En seguida acuden varios soldados a socorrerlo, a los que el intenta rechazar bruscamente.
Finalmente, se deja llevar por varios de ellos a la cabaña del Dr. Kendall, el médico, que está funcionando como hospital de campaña.
Wayne-Marlowe le espeta a Kendall algo de mala gana, es sabido la enemistad que los une desde el principio del film.
Miss Hannah es la ayudante de Kendall desde hace unos días y está en la cabaña.
Después de lo de antes, su rostro solo expresa ansiedad y angustia.
 
- ¡Quítele la bota!, le ordena Kendall.
Entonces ella empieza la laboriosa tarea de separarle la bota militar, que le coge toda la pierna, para denudarle el pie propiamente. No dice nada, casi ni levanta la cabeza para mirarlo mientras lo hace.
El capitán, sin embargo, todavía sin digerir el abrazo de hace unos momentos, no deja de mirarla fijamente. Pero ella prefiere no cruzar la vista.
- Deme un cuchillo o algo para cortar la bota, pide miss Hannah a alguien.
- ¡Unas botas de 30 dólares rajadas de esa forma!, exclama lastimeramente Wayne-Marlowe.
Le pasan unas tijeras, y laboriosa y aplicadamente, pues lleva su tiempo, va rasgando el calzado, primero el cuero de la bota, luego, una vez esto, la tela del pantalón, hasta llegar a unos calcetines que antes fueron blancos, donde aflora el pie del capitán, junto con la sangre roja de la herida.


Como uno está con el pie esto, el pie lo otro, pues comentaremos algo.
Desde luego, esto del “herido que es socorrido por una dama”, o a la inversa, es un tema o motivo recurrente.
Se puede ver mismamente en Peribáñez, y es un tema muy frecuente en la literatura popular.
Lo cierto es que, junto con este motivo, tenemos el de la herida en el pie.
En este caso no es una marca o señal del héroe, como se ve en otros casos. Sin embargo, algo de este aspecto hay. Pues después de que el Dr. Kendall extrae la bala, le advierte de que va a tener que estar dos o tres horas, o más, inactivo. Marlowe-Wayne, haciendo caso omiso de las recomendaciones del doctor, sale por la puerta y aparece ante el escuadrón, que le está esperando preocupado. El tosco y socarrón sargento Kirby lo mira con arrobo y exclama:
- ¡Ya está en pie! Si solo ha sido un momento y está recuperado.
Bueno, ésta es una pequeña señal, la de tenerse en pie y superar la herida, que refuerza lo que hemos visto hasta ahora del carácter y recia personalidad del capitán.
Pero, dejando esto al margen, lo que queríamos comentar, forzando un poco las cosas y en relación a la escena de la cura de la herida, sería algo así.
Parece que, al quitarle el calzado, la bota militar, y dejar el pie desnudo, es como si se mostrara una personalidad oculta del personaje, sentimientos más bien. El hecho de que puede ser herido supone que es vulnerable.
Coincide pues, quizás no sea casual, la herida y la cura en el pie por un lado, y por otro, el desvelamiento del sentimiento amoroso que alberga Marlowe, incluso sin haberlo detectado o conocerlo él mismo.
La bota, y esto es ya ciencia ficción, es el ejército, su ocupación férrea, a la que se aplica con dureza no exenta, en pocos casos, de cierta humanidad.
De hecho, esa humanidad vendrá a raíz del personaje de Hannah.
Al dejarle sin la bota, al desnudo, digamos, una vez que la chica antes le ha mostrado sus íntimos sentimientos, provoca en el capitán un reconocimiento de esa parte íntima y personal de él también, de sus sentimientos.
Así pues, aquí se produce una mezcla, y confusión la de uno, entre enamoramiento, desvelo de sentimientos, sentimientos desconocidos por el sujeto en cuestión Marlowe. Todo ello se aúna con la escueta conversación, las miradas de extrañeza, de Marlowe hacia Hannah, aquí casi lo más importante que el pie, la evitación de las miradas de ella, …
De tal manera que, una vez puesto en pie, el coronel sale para dirigir y repeler el ataque.
Una vez dadas unas órdenes, no abandona la cabaña. A ella no se le ha visto, se ha marchado huidiza a seguir con sus labores de enfermera. Wayne-Marlowe va por detrás de la cabaña, a donde ella está llenando un pesado cubo de agua. Lo coge en sus manos para ayudarla.
Hay un breve diálogo mientras él se acerca más a ella.
De repente, la cámara enfoca la cara de la chica, temblorosa de la emoción.
Y se oye la voz de Marlowe, rudo como siempre, pero incapaz de confesarle sus sentimientos, una vez ha visto reconocidos sus propios y mutuos sentimientos hacia ella.
- Miss Hannah, creo que me estoy enamorando de usted.

Y abandona el porche donde estaban, rumbo a las hostilidades. 
Kendall, que a todas estas ha estado de conspicuo testigo de esta relación, agarra a miss Hannah para dentro de la cabaña, ya habrá tiempo de seguir con esos escarceos.

El final de la defensa del puente y el propio final de la película sucede a continuación. Marlowe monta a caballo y se dirige al puente que ya han atravesado sus tropas. El puente está preparado para ser volado y los sudistas no puedan cruzarlo. Marlowe baja del caballo, se quita el puro de la boca, lo sopla un poco para que haga llama, se agacha y lo aplasta contra la mecha de pólvora. Ésta prende rápidamente y se dirige llameante hacia los barrenos de debajo del puente.
Monta a caballo y atraviesa apresurado a galope el puente, mientras a su paso van explotando sucesivamente las cargas explosivas.
En verdad que ahora no sabemos si las cargas explosivas son sólo la maniobra estratégica de la voladura del puente o, también y al unísono, el brote de la llama explosiva del amor, en latencia durante todo el film, estallado entre Marlowe y miss Hannah.
Llega a la otra orilla y sigue cabalgando, mientras ella lo ve desde la cabaña en donde se ha quedado con Kendall a cuidar a los heridos.

En ese momento llega la caballería sudista que perseguía a los nordistas. Un jinete sudista dice caballerosamente:
- Tenemos un médico cono nosotros. ¿Necesita ayuda?
Kendall responde afirmativamente, abraza a Hannah, que ya lleva un rato sin abrir la boca, y juntos se dirigen al improvisado hospital a cuidar de los heridos que allí les esperan.



domingo, 26 de junio de 2022

CICERÓN, ZERZURA Y DALILA: NADIE Y EL PACIENTE QUE NO ERA INGLÉS.

EL CONDE ALMÁSY (EL PACIENTE INGLÉS).

            El Paciente Inglés fue una película revelación en la entrega de los Premios Oscar del año…, ganadora de nueve de ellos. 
        Está basada en una novela del escritor canadiense Michael Ondaatje.


    La trama se sitúa en Italia, en el centro, en una villa renacentista abandonada, a punto de finalizar la II Guerra Mundial. En ella se albergan dos personajes, una enfermera, Hana, y un misterioso y desconocido enfermo, al que llaman el Inglés, que está viviendo los últimos días de su vida. Su cuerpo está totalmente quemado, y yace tumbado en una cama bajo los cuidados de Hana. Durante el tiempo en el que están juntos, se les unirá otro personaje, llamado Caravaggio, y otro, un zapador indio del ejército británico.

El enfermo inglés lleva como libro de cabecera y del que no se aparta nunca las Historias, de Heródoto. En su convalecencia terminal se irá desvelando su verdadera personalidad, y su trágica historia de amor, exploraciones y espionajes en el trasfondo de la II Guerra Mundial en el norte de África. El libro al parecer ha sido su guía para moverse en el desierto de Libia en esos años de entreguerras, en los que se dedica con otros personajes a explorar y cartografiar esa parte del desierto, en busca de restos arqueológicos, de la misteriosa ciudad de Zerzura y grutas de pinturas rupestres, como la de “los nadadores”, que retratan figuras huanas de nadadores y descubren que el inmenso desierto fue no hace mucho un ingente mar.

     Será Caravaggio, a mitad de la novela, quien le advierta a Hanna de que el enfermo al que ella llama el inglés no es tal, a pesar de su perfecta pronunciación, sino casi con seguridad un explorador húngaro, el conde Ladislao Almásy, quien trabajó como espía de los alemanes en esa parte del norte de África una vez empezada la II Guerra mundial.


¿CUÁL ES LA SEÑAL DE RECONOCIMIENTO?

Al parecer, un día en el que Caravaggio le dio la dosis necesaria de morfina al enfermo y se excedió en la dosis, la charla d de éste giraba cada vez menos de Inglaterra. E hecho, unas palabras que repetía en aquella ocasión eran tres, Cicerón, Zerzura y Dalila.

“¿Y qué?” (preguntó Hana).
“Cicerón era el nombre en clave de un espía. Los británicos lo descubrieron. Un agente doble y después triple que se escapó. Zerzura es más complicado.” (Respondió Caravaggio)
“Sé que lo es. LO ha mencionado. También habla de jardines.”
“Pero ahora, más que nada, del desierto. El jardín inglés sale a relucir cada vez menos. Ese hombre se está muriendo. Creo que ahí arriba tienes al guía de espías Almásy”
“Sé que quieres a ese hombre, pero no es inglés. Al principio de la guerra, yo trabajé en El Cairo: el Eje de Trípoli. El espía Rebecca de Rommel…”.
¿Qué quieres decir con ”el espía Rebecca”?”.
“En 1942, antes de la batala del Alemein, los alemanes enviaron a un espía llamado Eppler a El Cairo. Utilizaban un ejemplar de la novela Rebecca de Daphne du Murier como libro de claves para enviar mensajes a Rommel sobre el movimiento de tropas…”.
“Sigo sin creerlo, David”.
“El hombre que ayudó a atrapar a Eppler en El Cairo llevaba el nombre de Sansón”.
“Dalila”
“Exactamente”.
“Tal vez sea Sansón”,

     En este fragmento es cuando se dan las pistas o señales de reconocimiento del paciente terminal inglés, que puede no resultar siendo inglés y con una misteriosa historia detrás suyo.

 ALGUNOS MTV.

- la bella y la bestia, en este caso, Hana y el enfermo terminal Almásy.


- el libro dentro del libro: la novela, y la película, está repleta y saturada de referencias y de libros que , a su vez, son leídos por el personaje de Hana al paciente. Se podría hacer una lista de los libros que allí aparece, como El último mohicano, Kim, …

    Al tiempo, hay algunos comentarios de estética y recepción literaria que se hacen al tiempo de su lectura.
    De hecho, encuentran una biblioteca deshecha y por los suelos en esa villa renacentista.
Incluso, llamativo, Hana utiliza varios volúmenes para apuntalar los peldaños de la gran escalera.
    Un caso aparte es, desde luego, las Historias de Heródoto. Forma parte del bagaje inseparable de Almásy, le ha acompañado como libro de referencia en sus exploraciones por el desierto y, además, va acompañado de anotaciones, dibujos personales con el que casi se convierte en un diario personal.

    Otro libro y otro uso, curioso el título: Rebecca, de Daphne du Maurier. Se convierte en el libro de claves del ejército alemán en el norte de África, nada menos.

sábado, 25 de junio de 2022

HÉROES TUERTOS EN EL WESTERN

 Sobre dioses y héroes, cojos, mancos, patizambos, ciegos y demás discapacidades se encuentran mutitud de referencias en la bibliografía.

En concreto, sobre personajes que tenaga la característica de ser tuertos, se vinculan, además de la cojera, también patrimonio de ellos, se asocian con los herreros,  entre otras.

Es cierto que en la mitología clásica podemos observar dos aspectos: por un lado, personajes tuertos que digamos están asociados con los herreros, los Cíclopes en esta mitología. Siguiendo lo dicho ateriormente, en este caso no hace sino cumplir con un rasgocaracterístico que se encuentran en otras partes.

Por otra parte, y algo más simbólico, el ojo, la vista, se vincula muy directamente con el conocimiento. De hecho, el personaje de Edipo, personaje trágico que al final de la obra se automutila y se ciega, reconoce entonces, en estrecha relación de ambos elementos, que ahora ciego es cuando realmente sabe, conoce.

Anoche repusieron en la conocida película Valor de ley, versión de los hermanos Coehn.

   

        Hasta entonoces solo habíamos visto algún fragmento y de paso, nunca en su totalidad. La casualidad, el cansancio o que no podía ver Classics en el televisor de la cocina, misterios de la omnisapiente y multiforme tecnología cibernética, pues eso, hizo que anduviera trasteando mientras veía este conocido film.

    El rotagonista, como ya indicamos desde que empezamos, es una Rooster Cogburn. Su rasgo físico más acucuado, entre los otros a cuál más llamativo, es un aparatoso parche en el ojo izquierdo. Esto, que de entrada y por definición sería un impedimento mayor, no le es obstácualo para ser un eficiente alguacil del Estado aunque con una forma de actuar algo trafullescas.


i tuviéramos que encontrar un paralelismo por este rasgo físico, solo lo encontraríamos en estas fguras antigua de la mitología, que son los cíclopes ayudantes herreros de Hefesto

EL REPARTO:

John Wayne

Jeff Bridges

Alguacil Reuben J. "Rooster" Cogburn

Glen Campbell

Matt Damon

Ranger de Texas LaBoeuf

Jeff Corey

Josh Brolin

Tom Chaney

Kim Darby

Hailee Steinfeld

Mattie Ross

Robert Duvall

Barry Pepper

Ned "Lucky" Pepper

Jeremy Slate

Paul Rae

Quincy

Dennis Hopper

Domhnall Gleeson

Moon

 DIOSES, DIVINIDADES, HÉROES TUERTOS.

 Buscando sobre la marcha, el primero que nos aparece, por lo demás modelo y paradigma de esta cualidad de tuerto, es el dios germánico Odín. Éste se arranca uno de sus ojos en algún momento y queda tuerto, para poder adquirir mayor penetración de visión, al parecer.


        Es claro que el ojo, los ojos del cuerpo humano están asociados y tienen el valor simbólico del conocimiento y el saber.

Odín sacrifica su ojo para adquirir una sabiduría que de otro minfdo no lograría.

Lo mismo pasa en griego con el personaje de Edipo. Una paradoja cargada de simbolismo que se deduce de esta tragedia de Sófocles es la distinción en visión y conocimiento; al concluir la obra, vemos que Edipo, su protagonista, cuando tenía los ojos y veía, en verdad no conocía, no sabía; al cegarse en el final, como autocastigo al conocer lo que había hecho, es cuando entiende las cosas bien, ha adquirido el conocimiento siendo ciego al tiempo.

De ahí el verbo “ver” en griego, oraw, cuyo perfecto, eiden, es saber, conocer. Es un modelo clásico en la lengua griega.

Así pues, y aunque el alguacil no muestre un atisbo de esa sabiduría, sí que apreciamos en él una ejecución determinada y eficaz en su labor pistolera.

En este sitio (cf. http://otrolunes.com/42/este-lunes/entre-ciegos-donde-los-tuertos-son-reyes/) se mencionan algunos personajes históricos que también padecieron de los ojos, como Filipo, padre de Alejandro, Aníbal, Quinto Sertorio, y muchísimos más, tanto literarios como reales e históricos, escritores incluso..

 EL JOVEN-ADULTO MATTIE  Y EL PISTOLERO DIONISÍACO COGBURN.

Que en este caso es una joven una chica de catorce años, el personaje de Mattie. No es un chico, como podía ser Jim Hawkins en La isla del tesoro. Pero en ambos casos el personaje sufre un rito de iniciación, por decirlo de alguna forma.

(Y, siguiendo con los paralelos, Rooster Cogburn sería una especie de Long John Silver, pero este nunca fue tuerto en la novela de Stevenson, aunque en algunas versiones del cine así lo han caracterizado).

Es, como en el poema de Arquíloco, 
                                                        "En mi lanza tengo mi pan
                                                     en la lanza mi vino de Ísmaro, 
                                                      y bebo apoyado en mi lanza".


Si bien Mattie está más resuelta que Hawkins, con todo el mundo violento y cruel por el que tiene que trasegar en la venganza de su padre, todo esto le hará sufrir, cambiar y transformar su persona.

Especial y triste momento, ejemplo de lo que decimos, es la pérdida de su caballo, excelente cabalgadura con la que Mattie se había encariñado desde un principio. Sin embargo, tiene que morir al caer reventado en el atropellado regreso a la ciudad, con el fin de salvarle la vida a la pobre Mattie.

Es decir, a pesar de una aparente precocidad, pues responde al tipo del joven-adulto, al tiempo que cierta dosis de manifiesta impertinencia, Mattie sigue siendo una niña que se encariña con las cosas, y que va sumergirse en un mundo de violencia y maldad, guiado por una especie de brujo taumaturgo, un pistolero borrachín, amoral, criminal también él, pero con un fondo moral que lo salvará.

Además, tienen asociaciones con prácticas, medicinales, como se ve en el episodio de la picadura.

Y luego, Cogburn es un personaje dionisíaco, fiel seguidor de la bebida divina, el whiskey, al que le da buenos lingotazos en el curso de su búsqueda vengativa en el territorio indio en el que se esconden los malhechores.


EL TUERTO CONTRA LA BANDA.

   






El duelo final se produce a finales de la pelúla. Cogburn, una vez que sabe que Mattie está a salvo con LaBeou, impide en dejar escapar a Ned y su banda. Se les planta en su ruta, en medio de un descampado donde se enfrenta él solo a los cuatro miembros de la banda.

Ante su negativa a dejarlos libre, se lanzan uno sobre los otros. Rooster Cogburn muerde las riendas con los dientes y se arma con las dos manos de un rifle y una pistola para enfrentarse a la banda de Ned Peeper.

Se transforma en un personaje cuasi mitológico, tuerto, sí, pero con la boca amarrando como un perro de presa las riendas de la cabalgadura, y arrojando fuego sin parar, a diestro y siniestro, sin parar, como un verdadero personaje prodigioso. Y cabalgando además en el formidable caballo, con el que forma, de repente, una sola pieza. Y en movimiento, enfebrecido y con un rapto de euforia mágica, como un Zeus lanzando rayos a caballo, atraviesa la explanada contra los de la banda arrojando fuegoy plomo por los cuatro costados. 

https://www.youtube.com/watch?v=QokY4VXsd-Q

sábado, 18 de junio de 2022

Giges y Candaulo/Candaules en El Paciente Inglés.


Una cosa solamente, al ver este fragmemto, el hecho del nombre del rey persa.
Juliette Binoche le lee de noche a Almasy el relato de Giges y Candaules.
Cuando ella lee en el texto "Candaules", que es como aparece en el texto griego y en la traducción castellana, al menos, él la corrige y le dice "Candaulo". ¿?

X. [1] ὃ μὲν δὴ ὡς οὐκ ἐδύνατο διαφυγεῖν, ἦν ἕτοιμος· ὁ δὲ Κανδαύλης, ἐπεὶ ἐδόκεε ὥρη τῆς κοίτης εἶναι, ἤγαγε τὸν Γύγεα ἐς τὸ οἴκημα. καὶ μετὰ ταῦτα αὐτίκα παρῆν καὶ ἡ γυνή. ἐσελθοῦσαν δὲ καὶ τιθεῖσαν τὰ εἵματα ἐθηεῖτο ὁ Γύγης. [2] ὡς δὲ κατὰ νώτου ἐγένετο ἰούσης τῆς γυναικός ἐς τὴν κοίτην, ὑπεκδὺς ἐχώρεε ἔξω, καὶ ἡ γυνὴ ἐπορᾶι μιν ἐξιόντα. μαθοῦσὰ δὲ τὸ ποιηθέν ἐκ τοῦ ἀνδρὸς οὔτε ἀνέβωσε αἰσχυνθεῖσα οὔτε ἔδοξε μαθεῖν, ἐν νοῶ ἔχουσα τίσεσθαι τὸν Κανδαύλεα. [3] παρὰ γὰρ τοῖσι Λυδοῖσι, σχεδὸν δὲ καὶ παρὰ τοῖσι ἄλλοισι βαρβάροισι καὶ ἄνδρα ὀφθῆναι γυμνόν ἐς αἰσχύνην μεγάλην φέρει.

En vista de que no podía soslayarlo, Giges accedió 10 a ello. Cuando Candaules consideró que era hora de acostarse, llevó a Giges al dormitorio y, acto seguido, acudió también la mujer; una vez estuvo dentro, y mientras iba dejando sus ropas, Giges pudo contempiarla. Y cuando, al dirigirse la mujer hacia el lecho, quedó a su espalda, salió a hurtadillas de la estancia. La mujer le vio salir, pero, aunque comprendió lo que su marido había hecho, no se puso a gritar por la vergüenza sufrida ni denotó haberse dado cuenta, con el 3 propósito de vengarse de Candaules, ya que, entre los lidios —como entre casi todos los bárbaros en general—, ser contemplado desnudo supone una gran vejación hasta para un hombre. 


X. [1] ὃ μὲν δὴ ὡς οὐκ ἐδύνατο διαφυγεῖν, ἦν ἕτοιμος· En vista de que no podía soslayarlo, Giges accedió 10 a ello ὁ δὲ Κανδαύλης, ἐπεὶ ἐδόκεε ὥρη τῆς κοίτης εἶναι, Cuando Candaules consideró que era hora de acostarse, ἤγαγε τὸν Γύγεα ἐς τὸ οἴκημα llevó a Giges al dormitorio y,. καὶ μετὰ ταῦτα αὐτίκα παρῆν καὶ ἡ γυνή. acto seguido, acudió también la mujer; ἐσελθοῦσαν δὲ καὶ τιθεῖσαν τὰ εἵματα ἐθηεῖτο ὁ Γύγης. [2] una vez estuvo dentro, y mientras iba dejando sus ropas, Giges pudo contempiarla. ὡς δὲ κατὰ νώτου ἐγένετο quedó a su espalda ἰούσης τῆς γυναικός ἐς τὴν κοίτην, Y cuando, al dirigirse la mujer hacia el lecho, ὑπεκδὺς ἐχώρεε ἔξω, salió a hurtadillas de la estancia. καὶ ἡ γυνὴ ἐπορᾶι μιν ἐξιόντα. La mujer le vio salir, μαθοῦσὰ δὲ τὸ ποιηθέν ἐκ τοῦ ἀνδρὸς pero, aunque comprendió lo que su marido había hecho, οὔτε ἀνέβωσε αἰσχυνθεῖσα οὔτε ἔδοξε μαθεῖν, no se puso a gritar por la vergüenza sufrida ni denotó haberse dado cuenta ἐν νοῶ ἔχουσα τίσεσθαι τὸν Κανδαύλεα. con el 3 propósito de vengarse de Candaules, [3] παρὰ γὰρ τοῖσι Λυδοῖσι, ya que, entre los lidios σχεδὸν δὲ καὶ παρὰ τοῖσι ἄλλοισι βαρβάροισι como entre casi todos los bárbaros en general καὶ ἄνδρα ὀφθῆναι γυμνόν ἐς αἰσχύνην μεγάλην φέρει. ser contemplado desnudo supone una gran vejación hasta para un hombre



ANOMALÍA DEAMBULATORIA

 DE LA “ANOMALÍA DEAMBULATORIA” RITUAL A POLICÍAS QUE PIERDEN LOS ZAPATOS: JASÓN DE YOLCOS vs. JOHN McCLEAN DE HOLLYWOOD. EL “MONOSANDALISMO” EN EL CINE, LA LITERATURA, LOS MASS MEDIA.

 INTRODUCCIÓN

Desde hace bastante tiempo, los estudiosos se han dado cuenta de que ciertos personajes, sean divinidades, héroes, bandas de guerreros, rituales femeninos, etcétera, tienen un marcado simbolismo con la parte corporal del pie, responsable entre otras funciones del movimiento del ser humano.

Añaden estos estudiosos que, para estos personajes, esta marca en el o los pies está relacionada con situaciones limítrofes o lindantes con cambio de situaciones, como los ritos de iniciación, o señales de que estos individuos están o han estado en contacto con el otro mundo del más allá.

A todo el conjunto de marcas, señales o distinciones en los miembros inferiores se le ha venido a denominar con el término de “anomalía deambulatoria”. Este término parece haber sido acuñado por el estudioso C. Ginzburg hace relativamente poco tiempo, en su libro de 1989 Storia notturna.

Ya se reconoce al autor W. Deonna en su artículo de 1939 “Monokrepides” una especie de primer inventario de estos personajes cuasi-divinos o divinos, o prácticas históricas recogidas por las fuentes.

Con posterioridad, diversos autores han seguido estudiando estos aspectos de la simbología en relación con esta parte del cuerpo.

Siguiendo a los autores del artículo de Grau Mira, I., y Crespo Mas, T., La “anomalía deambulatoria en la antigua Iberia. “Monosándalos´, héroes heridos y jóvenes danzantes”, Gerión, (2012), de donde hemos entresacado lo anterior, podemos subdividir este fenómeno simbólico en algunos, tres en concreto, apartados:

1.    Lo que se ha llamado “monosandalismo”;

2.    La marca en el pie del héroe que ha luchado con un ser bestial, y

3.    Danzas de personajes y bailarines renqueantes.

1.    EL MONOSANDALISMO:

          No hemos de señalar un concepto nuevo, la “anomalía deambulatoria”, cuando ya aparece otro, de curioso y chocante nombre.

          Lo que se ha llamado “monosandalismo” implica una caracterización de personajes, sean divinos o cuasi, de prácticas de algunos grupos de guerreros y otros rituales vinculados con la diosa Afrodita, en los que los personajes aparecen o se muestran caracterizados por andar calzados solamente en un solo pie.

          En seguida nos viene a la mente un personaje prototípico, Jasón el Esónida, de la ciudad tesalia de Yolcos. El mismo Jasón en el que se entremezclan diversas leyendas y tradiciones (el centauro Quirón y la expedición de los Argonautas en pos del vellocino de oro principalmente), que parecen reunirse en torno a él fruto tal vez de un sincretismo que ahora no veremos.                                                        

Es conocido que a su tío, el usurpador del reino de Yolcos, Pelias, el oráculo de Delfos le advierte de que se cuide de un personaje que calce una sola sandalia.

Y, efectivamente, un día el tal Jasón, calzado de una sola sandalia, aparece ante él mismo en la corte real.

Pero también se recogen en las fuentes prácticas de bandas de guerreros que andan y luchan calzados con una sola sandalia, sin que se explique en ellas el motivo, salvo justificaciones más o menos lógicas, pero no relacionadas con ninguna práctica o marca simbólica.

2. LA MARCA EN LA PIERNA:

          Muchos héroes aparecen caracterizados por una marca o señal en sus piernas, producto de una lucha contra un ser bestial en un contexto ritual, como puede ser una cacería.

Además, esta señal distintiva puede ser una marca de reconocimiento del personaje.

El ejemplo, hay varios más, el ejemplo primero y más conocido es el de Ulises-Odiseo. Una cicatriz en la pierna, herida de un jabalí en una cacería cuando joven, le deja señalado. Al regresar a Ítaca transformado en un anciano mendigo, es su doméstica Euriclea quien primero, aparte de su fiel perro Argos, quien primero lo reconozca, al hacerle el lavado hospitalario de pies en la mansión real.

 3. LOS DANZARINES RENQUEANTES.

          Otros personajes legendarios, algunas fuentes iconográficas, muestran al héroe o a grupos de jóvenes haciendo una danza característica, ya sea la llamada danza de la grulla, como Teseo al salir de la peripecia del laberinto, ya las imágenes de danzantes saltando sobre un solo pie.

DE LA ANOMALÍA DEAMBULATORIA SIMBÓLICA AL CINE: LA DESMITIFICACIÓN DE UN SÍMBOLO. EL PIE COMO RECURSO PARA CARACTERIZAR A LOS PERSONAJES.

          Una vez establecido, aproximadamente, este marco cultural donde se desenvuelven ciertos relatos legendarios, históricos o rituales del mundo antiguo, vinculados con los miembros motores del ser humano, del o los pies, hemos visto que la cultura popular ha recogido, sin ese valor simbólico, a personajes protagonistas caracterizados también bajo esa denominación general de la “anomalía deambulatoria”.

domingo, 12 de junio de 2022

Película | El Paciente Inglés | Trailer | Oscar 1996

The English Patient - sand storm: AMORES Y TEMPESTAD (8)


Aunque uno empieza a ver ya más de lo que al principio se proponía, hete aquí que anoche volvía a ver la oscarizada película El paciente inglés, que reponía en la 1.

Uno tuvo de admitir que al verla sintió un vértigo o algo similar, parecido a la velocidad como había pasado el tiempo.

Le parecía que había visto la magnífica película en el cine no hacía tanto tiempo.

Reconoció irremediablemente que la actriz estaba como luego nunca la ha visto, y esto, claro, porque estaba en plenitud de la juventud.

Descubrió a un todavía desconocido Colin Firth haciendo el papel del esposo despreocupado e ingenuo de Katherine.

Como al poco de empezar, ella misma contará la historia de Giges y Candaules, el papel de Firth parecía un barrunto de lo que poco después le ocurriría a su propia situación personal.

Y, además, creyó ver , cosa que no antes, en la historia de la enfermera Hana-Binoche y el conde Almasy-Fiennes un remedo de la bella y la bestia, en una versión muy particular.

 

Per, a lo que íbamos, dentro del tema general de amores y tempestades, en esta película, ambientada principalmente en los años ´30 previos a la II Guerra Mundial, en el colonial Egipto. Un grupo de ingleses y el húngaro Almasy tienen como misión cartografiar parte del desierto.

La película, por tanto, se ubica en una buena parte en la soledad, inmensidad y deslumbre del desierto norteafricano.

En uno de los atardeceres, el grupo de expedicionarios se apresta a protegerse ante una avalancha de arena que a toda prisa se aproxima hacia ellos, amenazando con acabar con ellos.

Tienen que encerrarse en sus propios coches, amén de asegurar las provisiones y todo lo que fuera para evitar el desastre.

En uno de los coches quedan juntos, como en la cueva-spelunca de Virgilio, el conde Almasy y Katherine, la esposa de Colin Firth que en esos días estaba ausente de la expedición y había dejado a su esposa con  los demás.

La tentación, como la de Giges y Candaules, está servida.

Mientras tanto, la tormenta de arena los alcanza, ella pregunta si estarán a salvo, él le dice que sí. Y, más tranquilos, de aprestan a dejar pasar la rerrible tormenta que sopla y aúlla en torno de ellos.

Mientras esto pasa, y para calmarla, Almasy empieza hablarle a Katheryne, mientras ella se deja tranquilizar.

La escena se va prolongando. Es cierto que entre ellos dos ya se había venido gestando una cierta atracción, bien disimulada, incipiente, de miradas (justo cuando está contando el final de la historia de Heródoto, la mirada de Katheryne se fija en él).

Ya llegando al final, Almasy, muy sensible y romántico, pasa el brazo por encima del asiento de ella y le acarició el dorado cabello de la bella Scott-Thomas. Ella siente aquel gesto como una turbación, y la cámara enfoca su mano dibujando imprecisa un garabato en e cristal ahumado de su ventanilla.

Hay una elipsis.

Luego se vuelve al monasterio de la Toscana donde el muerto-viviente de Almasy está recostado y sabemos que está rememorando los sucesos de aquellos años pasados en los últimos tiempos de vida que le quedan, junto a Hana-Binoche.

 

Aquí vemos lo mismo que en Virgilio:

- los personajes han salido al exterior, a la naturaleza. Aquí no es un paraje boscoso no mucho menos, sino el apabullante y temible desierto, ajeno a toda vida.

- además, se une el motivo del amante que aprovecha la ocasión cuando el marido no está presente.

- sobreviene la tormenta y los personajes de la expedición se dispersan y corren a refugiarse.

- la cueva o spelunca aquí no es tal, sino la cabina de uno de los vehículos expedicionarios.

- sobreviene la tormenta, en este caso no de lluvia, sino de arena desértica.

- por último, hay una elipsis, que en este caso no sabemos si invita a pensar en que pueda haber sucedido algo entre ellos en ese tiempo.

 


TÚ Y YO: AMORES Y TEMPESTADES ( y 7).

 También puede ocurrir, como pasó el otro viendo la versión de 1939 de "Tú y yo", también puede suceder, y forzando un poco las cosas, que haya una alteración en este marco completo que hemos descrito de amores y tempestades.

                                                               

Así, podríamos incluir el caso raro de la película Tú y yo, versión de 1939, con Irene Dunne (Terry McKay) y Charles Boyer (Michel Mamet) en los papeles estelares.

Los personajes, Charles-Mamet, pintor inconstante, e Irene-McKay, cantante de vodevil, se conocen en París y afianzan su mutua atracción. Emprenden viaje a Estados Unidos en el mismo barco, y consolidan su relación.

Pero existe un problema, ambos respectivamente tienen sendos compromisos matrimoniales.

Acuerdan entonces, a la entrada por barco en Nueva York, y una vez convencidos de su mutuo amor, reunirse en un tiempo acordado, en el último piso de Empire State Building, en la terraza con vistas. Eso sí, una vez resueltos sus compromisos anteriores y enfocados de ahí en adelante el uno con el otro.

Para no somterse a más presión, avisan de que si uno de los dos no aparece, a no ser por una razón mayor, que entonces se haría saber de alguna forma, se entendería por parte del otro que la relación se había roto.

Así pues, pasa el tiempo y llega la fecha del encuentro en el famoso rasacacielos. 

Charles-Mamet llega primero, antes incluso de la hora acordada, y se dispone a aguardar esperanzado. Sin embargo, un desgraciado accidente, a la misma vista del Empire, que la dejará impedida por un tiempo, le acontece a Irene-McKay, que no llegará ese día a la cita.

Ella, para evitar producir compasión a Charles-Mamet, no anuncia nada y se niega a comunicarle lo sucedido.

LA ESPERA EN EL EMPIRE STATE BUILDING.

La escena, entonces, tal como decíamos, transcurre en la terraza del piso más alto del Empire. Al llegar Mamet, el tiempo luces soleado, casi espléndido, en consonacia con su ilusionado estado de ánimo. Va pasando el tiempo, al principio esperanzado, pues Dunne estárá al llegar. El tiempo sigue lúcido y despejado.

    Se pasa la hora de encuentro, y un tiempo prudencial de espera, mientras Boyer empieza a fumar un cigarrillo tras otro. El ascensor del edificio va subiendo y bajando a otros visitantes a los largo de todo este tiempo. La cámara incide en el ascensorista, que ve como Boyer se demora allí más tiempo de lo normal, mientras pasan  y se van otros viandantes que han querido asomarse a la ciudad desde esas alturas privilegiadas.

Charles-Michel, en un momento, no puede evitar responder al ascemnsorista que le pregunta regularmente si baja:
            Baja
            - No
            - Perdone, ¿tiene hora?, pregunta aún optimista Charles-Michel
            - Las 5 y diez, responde atentamente el ascensorista.


Charles-Michel se dispone a enfilar el atardecer con la mirada perdida y abandonado casi toda esperanza ya de que Dunne venga. Está cerca ya de la caída de la tarde y empezar el anochecer cuando el paisaje ambiental, lo mismo que su ánimo, cambia y, para dar una señal mayor del asunto, de pronto entre el negro del cielo, cae una fuerte y gruesa lluvia, y algunos relámpagos  rasgan con su fulgor la oscuridad de la tarde-noche.



       Dunne no ha llegado ni vendrá ya. La cueva, spelunca en Virgilio, es ahora la terraza elevada y orgullosa del Empire State, todo lo contrario a aquel antro oscuro donde se refugian Dido y Eneas. 
    La pareja de amantes, Irene Dunne y Charles Boyer, ha quedado compuesta de tal manera: uno de ellos, Mamet, en presencia y la otra, Dunne, en ausencia. 
        Sólo el espectador sabe que existe de hechouna pareja, pues Charles-Michel desconoce lo acontecido y él se encuentra en la más absoluta soledad. Sin embargo, el espectador  si conoce que su presencia allí no es única, pues Dunne debería estar allí confirmando su amor, y sólo un accidente se lo ha impedido.

    Así pues, volvemos a encontrar el vínculo entre tempestades y amores, aunque de una forma peculiar. También es cierto que la tempestad sólo acaece al final de la tarde, cuando empieza la noche, y en consonancia con el estado de animo del protagonista. Y, más que de unión, parece confirmar la ruptura, aparente, de la unión prefijada.

    Así pues, en esta ocasión no se producirá el resonar de las ninfas en  lo alto propiaciando la unión...

fulsere ignes et conscius aether
conubiis summoque ulularunt uertice Nymphae.

brillaron los fuegos y cómplice el aire del casamiento 

en su alta cumbre ulularon las Ninfas.

NOTA: Bien es verdad, la revelación del compromiso amatorio entre los dos personajes haya sucedido antes, como se dice en la tertulia posterior, en la escena de la visita a la capilla. Es entonces cuando ambos se dan cuenta de que están comprometidos el uno con el otro.


La tertulia de Classics aquí.