INDRIDASON, ARNALDUR, EL HOMBRE DEL LAGO, RBA, 2016, Barcelona,
(2004).
MTV: Nadie y Penélope.
En la novela de A. Indridason El
hombre del lago, el taciturno comisario Erlendur tiene que investigar
un caso de una persona desaparecida hace varios años. Parece que, como en varios momentos de la novela
se repite, el tormento de su hermano perdido en la nieve y nunca encontrado le
hacen mas sensible ante los casos de desapariciones.
Entre los miembros policial del
cuerpo reina cierto escepticismo sobre lo ocurrido. El comisario, sin embargo,
sigue buscando información sobre el caso, y provecha una reunión para
informarse sobre el comisario, del que no tiene muy buena opinión, que llevó el
caso en ese entonces.
En la conversación, un fragmento
de la cual la ponemos aquí, se muestra, por una lado, cierta dejadez en el
comisario que llevó el caso, que adopta la postura más fácil. El hombre la dejó
colgada a la mujer con la que vivía, quizás se suicidó, o tenía una doble vida.
Erlendur piensa que tienen que haber alguna otra razón.
En la conversación
sale a la luz el motivo de Nadie y el de Penélope.
El hombre desaparecido y que
convivía con la mujer se llamaba Leopold, pero los policías que primero
investigaron el caso descubrieron que no existía nadie con ese nombre. Ni
siquiera la mujer tenía una foto de su hombre. Era, pues Nadie, otro Nadie de
los que van apareciendo por aquí y por allá.
Como parece, el tema de la personalidad desconocida es un elemento muy habitual en los libros y películas del género policíaco, especialmente. En otro comentario anterior también se habló de esto a propósito de la película Bourne.
Por otro lado, la mujer, como
dice Erlendur “sigue esperándole”. Aquí tenemos el motivo de Penélope, la mujer
que queda separada de su hombre o esposo, por el motivo que fuera, y queda a la
espera de que un día vuelva.
- “No se lo dijimos.
- ¿No le dijisteis el qué?
- Que no teníamos ningún registro de su Leopold.
…
- ¿Por qué no le dijiste nada?
- Probablemente, por simple delicadeza.
- Ella sigue esperándole -dijo Erlendur-. Iban a
casarse.”
El
hombre ya no es un marino que anda perdido por los mares del Mediterráneo
enfrentándose a criaturas terribles y con la ira de un dios sobre él. En este
caso, y tal como cuenta la novela, quizás fuera un hombre también como Ulises, e
igualmente enfrentado a fuerzas superiores a él. La novela se ambienta en la época
de la Guerra Fría, en Islandia, y las intrigas entre los dos bloques parecen
sobreponerse a la vida individual de personajes vinculados de un modo u otro en
esa contienda larvada de los sesenta.
- La
mujer dijo que se llamaba Leopold, pero no encontramos a nadie con ese nombre y
con la edad que ella nos dijo que tenía, no encontramos a nadie, nie nuestros
archivos ni en el regoistro Civil. Ni partida de nacimiento. Ni carné de conducir.
No existía ningún Leopold que pudiera ser ese hombre.
- O bien se perdieron todos los registros sobre él, o…
- ¿O estaba engañando a la mujer?
- Al menos no podía llamarse Leopold -dijo Niels.
- ¿Y qué contestó ella? ¿Qué dijo la mujer cuando la
interrogasteis sobre este punto?
- Tuvimos la sensación de que le había estado tomando el
pelo…La pobre no sabía nada sobre su hombre.
- ¿No le dijisteis el qué?
- Que no teníamos ningún registro de su Leopold.
- Por consideración hacia ella – seguró Níels.
- ¿Por qué no le dijiste nada?
- Probablemente, por simple delicadeza.
- Ella sigue esperándole -dijo Erlendur-. Iban a casarse.
Indridason, A., El hombre del lago, p. 95 ss.
A medida que avanza la novela, este personaje de la mujer que aguarda se va quedando en un papel bastante secundario, de hecho, apenas tiene aparición en lo que sigue del libro. Sin embargo, el comisario Erlendur se encargará de visitarla al final de la investigación para comunicarle las conclusiones y se destaca el aspecto humano de la situación.
LA DOBLE HISTORIA: LA ISLANDIA ACTUAL vs. LEIPZIG DE LA GUERRA FRÍA.
La novela se desarrolla en dos ámbitos y dos épocas diferentes, recurso frecuente en este autor y en las obras también de H. Mankell.
Un lugar es la propia Islandia donde se descubre un cadáver por casualidad, al bajar el nivel de un lago por motivos casuales. El cadáver presenta signos de violencia, y el crimen tuvo que ocurrir hace bastante tiempo.
Por otro, el espacio es la ciudad universitaria de Leipzig, en plena época de la Guerra ría, con un ambiente opresivo e intrigante dominada por la Stasi, la temible policía política alemana, y sus intentos de convertir la vida de los ciudadanos en una continua sospecha y espionaje de quiénes eran buenos o malos socialistas.
El autor rescata la anécdota de las relaciones que había en esa época entre Islandia y la Alemania Oriental. Por un lado, intercambios comerciales, por otro, jóvenes universitarios islandeses de ideas socialistas que iban a la prestigiosa universidad para formarse académicamente y reforzar sus convicciones ideológicas. Esto, claro, potenciado por la Stasi y un fuerte control de la vida cotidiana de las gentes.
Algunos de los islandeses, y algunos de origen húngaro se dan cuenta de que el paraíso socialista no era tal. Además, están recientes la represión militar de Checoslovaquia, y está en el aire los movimientos sociales en Hungría.
En este contexto se desarrolla una historia de amor entre dos estudiantes, él islandés, ella húngara, en el mundo viciado traicionero de Leipzig.
Al final, las dos historias convergen, después de la paciente labor de reconstrucción de Erlendur, Oli y Elingborg, en la presente innvestigación que narra la novela.
El desenlace no se desvela hasta casi el final.
EL MACGUFFIN: UN TAPACUBOS O CUBIERTA DE COCHE.
Hay algún
macguffin, si está uno en lo correcto, con la historia del tapacubos, el tabacubos que le falta al coche, un
Ford Falcon de la época, que deja abandonado la víctima antes de desaparecer.
Lo cierto es que hasta ese detalle, que puede parecer menor, tal vez no lo sea, tien al final su solución.
Por lo visto, los tapacubos son loque lamamos cubiertas de los neumáticos, los de estos coches eran muy vistosos, y hoy se venden como vintage.
Este es el famoso por las películas ambientadas en la Guerra Fría del Ford Falcon del los años sesenta:
Imagen de un Ford Falcon de los sesenta.
Al final de la novela, no se sabe si en un gesto de ironía, el comisario tendrá un detalle para con el ahora ya vintage Ford Falcon.