Escuchaba la radio desde hacía un rato sin prestar atención, cuando, no sé por qué, empecé a seguir la conversación que en ese momento tenía lugar. Hablaban del nombrado vapor o trasatlántico Valbanera, tristemente famoso por el naufragio que tuvo en Cuba con muchísimos canarios a bordo. Se han publicado libros, estudios, y artículos sobre la tragedia, y el programa de la radio hacía hincapié especialmente de aquellas pequeñas historias particulares que tuvieron lugar en aquella ocasión. Hablaban de personas que se salvaron por casualidades, unos que se quedaron bebiendo y perdieron el barco, otros que decidieron quedarse en un puerto del Caribe antes de llegar a La Habana. En fin, historias que adquieren un valor muy grande ante la tragedia que iba a suceder.
De entre estas historias, a uno de los contertulios le vino a la mente, hilando unas historias con otras a cual más triste y dramática, la del personaje del que hablamos arriba, y que llamó el loco del Valbanera. Es la historia deán personaje que se hizo popular en el puerto de la Habana. Todos los días iba allí a esperar la llegada del barco, cuando ya se sabía que había naufragado. Allí fallecieron su mujer y sus hijos, y el hombre, trastornado, dedicó el resto de su vida a esperarlo en el muelle de La Habana. "El mar me devolverá a los míos", decía. Se dejó crecer la cabellera, que decían que le llegaba hasta los pies. Y su figura así rehizo triste y pintoresca.
Algunos dicen que este relato no es sino una leyenda sin fondo real. En cualquier caso, nos encontramos otra versión del mito de Penélope y Ulises, y que es un mtema repetido en comunidades marinas, donde naufragios y esperas se vuelven situaciones tristes que pueden acabar transformando las vidas de las personas y convertir los asuntos humanos en temas de la literatura.
Para tener un relato más literario, mirar aquí.